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Gavin Long, un exmarine que no creía en la protesta pacífica

Las autoridades afirman que preparó un “ataque calculado” contra la policía de Baton Rouge

En su último vídeo, Gavin Long llamaba a luchar contra la opresión.
Silvia Ayuso

Gavin Eugene Long llegó a Baton Rouge con un plan claro: matar a policías. El exmarine afroamericano de Kansas City (Misuri) contaba con un historial impoluto durante su servicio militar, entre 2005 y 2010, e incluso fue condecorado en varias ocasiones. Entre 2008 y 2009 sirvió en Irak. Pero algo se torció en su vida. El domingo cumplía 29 años. Y decidió celebrarlo con una emboscada para matar a policías antes de acabar él mismo abatido.

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El FBI realizó este lunes un registro en la casa en Kansas City donde Long tuvo su última residencia. No está claro cuándo la dejó por última vez. Se sabe que estuvo unos días antes del ataque del domingo en Baton Rouge, pero por el momento se desconoce cuánto tiempo y con quién contactó en la ciudad sureña. Se cree que también estuvo, previamente, en Dallas (Texas), la ciudad que vivió diez días antes del ataque de Long en Baton Rouge otra matanza de policías, cinco, que murieron por los disparos efectuados por otro veterano afroamericano joven, Micah Johnson, también empeñado en acabar con agentes, sobre todo blancos.

Muchos son los cabos aún por atar. Pero lo que se va conociendo, no deja de ser perturbador.

Tras su paso con honores por el Ejército, que abandonó en 2010 con el grado de sargento, Long se casó, se separó y estudió seis meses en la Universidad de Alabama. El año pasado, se cambió legalmente el nombre a Cosmo Ausar Setepenra. Ese era el nombre que usaba en su canal de YouTube en el que se puede ver su extraña transformación.

En uno publicado el 10 de julio, aseguraba encontrarse en Dallas — después de la matanza de policías— para participar en las protestas por las muertes de Philando Castile y Alton Sterling, dos afroamericanos muertos a manos de la policía. En la grabación, decía que estaba harto del maltrato financiero y aseguraba que solo “con dinero y sangre” se puede combatir la situación de injusticia.

“Las revoluciones contra los opresores han tenido éxito cuando se combatía, cuando se derramaba sangre. Ninguna ha tenido éxito solo con protestas”, afirmaba Long, que claramente no creía en la protesta pacífica. “Tienes que luchar. Es la única manera para lograr que un abusador se dé por vencido”. En otros mensajes en su cuenta de Twitter denunciaba el racismo en América contra los negros, pero criticaba a los blancos, los asiáticos, “árabes e indios”.

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Aunque aseguraba no pertenecer a ningún movimiento, parece que estaba afiliado a la Nación Washitaw, una rama afroamericana del Movimiento Ciudadano Soberano, un grupo que considera que el Gobierno federal es ilegítimo.

Su último mensaje en las redes sociales se lee, tras su macabra acción, como un oscuro presagio:  “Solo por levantarte cada mañana no quiere decir que estés vivo. Y que te hayas desprendido de tu cuerpo no significa que estés muerto”.

 

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Sobre la firma

Silvia Ayuso
Corresponsal en Bruselas, después de contar Francia durante un lustro desde París. Se incorporó al equipo de EL PAÍS en Washington en 2014. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, comenzó su carrera en la agencia Efe y continuó en la alemana Dpa, para la que fue corresponsal en Santiago de Chile, La Habana y Washington.

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