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Un etíope critica la represión en su país al ganar la plata en el maratón

Feyisa Lilesa lleva la protesta de los oromo, su grupo étnico, a los Juegos Olímpicos

Feyisa Lilesa realiza su gesto crítico al llegar a la meta.
Feyisa Lilesa realiza su gesto crítico al llegar a la meta.ADRIAN DENNIS (AFP)

El atleta etíope Feyisa Lilesa realizó un gesto crítico con su Gobierno al obtener la medalla de plata en el maratón olímpico celebrado este domingo en Río de Janeiro (Brasil). Lilesa cruzó los brazos por encima de su pecho, un gesto típico del grupo étnico oromo que ha sufrido últimamente el acoso de las autoridades policiales, en los últimos metros antes de cruzar la meta y lograr el segundo puesto. El reglamento olímpico prohíbe de manera explícita las protestas o los gestos con connotación política.

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Lilesa, de 26 años, es natural de la región de Oromia. Los oromo, de mayoría cristiana, han protagonizado, en las últimas semanas, unas duras protestas antigubernamentales que se saldaron con la muerte de más de un centenar de manifestantes. El grupo étnico, formado por más de 35 millones de personas, reprochó al Gobierno de Adís Abeba el nulo respeto por los derechos humanos, las detenciones y ejecuciones arbitrarias, la injusta distribución de la riqueza, y la marginación política a la que se ven sometidas distintas etnias.

Lilesa repitió su gesto reindicativo en rueda de prensa, asegurando que su vida corría peligro si regresaba a Etiopía. El atleta defendió su acción ante los medios: "El Gobierno etíope está asesinando al pueblo oromo, también le está privando de sus tierras y de sus recursos. Yo, como oromo, secundo estas protestas. Mis familiares están encarcelados y si se atrevieran a hablar de derechos humanos acabarían ejecutados". Antes de finalizar la comparecencia, el atleta anunció que todavía no ha decidido si volverá a Etiopía o si comenzará a residir en otro país. "Si no me matan, me encarcelarán", aseguró.

El corredor etíope respondió a una pregunta sobre una posible sanción del Comité Olímpico Internacional. "No puedo hacer nada al respecto. Sentí que debía hacer el gesto, tengo un problema muy grave en mi país y no tengo la opción de protestar en mi país".

El Congreso Federalista Oromo— un partido opositor que defiende los derechos de esta etnia— denunció la muerte de más de 400 manifestantes en las protestas de principios de agosto en Oromia, una cifra admitida como válida por Human Rights Watch pero que ni Reuters ni otras agencias de noticias pudieron contrastar.

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Un portavoz gubernamental aseguró este lunes a la cadena estatal Fana Broadcasting Corporate que "Lilesa no tendrá ningún problema al regresar a su país. Estamos muy orgullosos de que haya logrado una medalla de plata para Etiopía". 

A pesar de que la propaganda política, religiosa o racial en los Juegos está prohibida por el Comité Olímpico Internacional, la acción de Lilesa no es la única reivindicación que ha destacado durante estos Juegos. Darya Safai, una mujer iraní, ha conseguido llevar a cabo su protesta. Safai se ha manifestado contra la prohibición a las mujeres de asistir a partidos de voleibol en Irán. En los Juegos de 1968, Tommie Smith y John Carlos, dos atletas estadounidenses, se subieron al podio de los 200 metros lisos con el puño en alto envuelto en un guante negro. Smith y Carlos recordaron al mundo que los negros, en Estados Unidos y en muchas otras sociedades, seguían siendo ciudadanos de segunda clase.

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