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Un arzobispo argentino clama contra la “cultura fornicaria y el petting”

Héctor Aguer arenga contra el uso de anticonceptivos, las uniones “contra naturam” y las “señoritas que cambian de novio cinco o seis veces al año”

Federico Rivas Molina
Monseñor Héctor Aguer tras el Tedeum del 25 de mayo en La Plata.
Monseñor Héctor Aguer tras el Tedeum del 25 de mayo en La Plata.Arzobispado de La Plata

“Vivimos en una cultura fornicaria”, los anticonceptivos son “un negocio para ocultar los ritmos de la fertilidad” en la mujer, el “petting [el contacto erótico sin coito] descontrolado en los lugares públicos” nos deshumaniza y más vale ir a la playa desnudos que con un traje de baño “que se reduce a tres trocitos simbólicos de tela”. El arzobispo de la ciudad argentina de La Plata, monseñor Héctor Aguer, no ha ocultado su estupor ante lo que consideró una sociedad asolada por el “vicio” y la “fornicación contra naturam” de personas del mismo sexo, lejos de los valores derivados de “una especie concretísima de la templanza que se llama castidad”. Aguer, reconocido en la Iglesia Católica argentina por sus posiciones conservadoras, no ahorro ningún tema en una extensa columna de opinión que publicó en el diario El Día de La Pata bajo un título que asumió provocador: La fornicación. Sus opiniones contra la unión entre personas del mismo sexo le valieron un llamado de atención desde el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI).

Para Aguer, “la deshumanización del eros, que por su propia naturaleza es carnal y espiritual, comienza con el descarte del pudor, de la honestidad, de la modestia, del recato”. “Pienso en el 'petting' descontrolado en lugares públicos”, dijo. También opinó que hay "una cultura fornicaria que se va extendiendo sin escrúpulo" y puso como ejemplo “los casos de fornicación que se dan en el mundo de la farándula”. “Hay records notables de señoritas (no estoy seguro de que sea ésta la identificación que corresponde) que cambian de “novio” cinco o seis veces al año; se supone que no se reúnen con ellos a leer la Biblia”, dijo.

Los Juegos Olímpicos no quedaron fuera de sus opiniones. “El Ministerio de Salud de Brasil envió a Río de Janeiro nueve millones de profilácticos, 450.000 destinados a la Villa de los Atletas, donde se hospedaban 10.500 deportistas de todo el mundo, más los técnicos. La prensa brasileña hizo un cálculo: 42 condones por cada atleta, teniendo en cuenta los 17 días de duración de las competencias. La preparación para las mismas impone, como es lógico, la abstinencia, pero después de cada competición; ¡a coger atléticamente!”, escribió.

Los preservativos, según Aguer, no son más que un “negocio que ha ocultado la sabia disposición de la naturaleza, que ordena en la mujer los ritmos de fertilidad”. Para cerrar atacó por promover la fornicación contra naturam” al matrimonio igualitario, una figura que en Argentina está permitida por ley cuenta un amplio respaldo social. “La discriminación de los antidiscriminadores ha llegado a límites inconcebibles, como el de negar el derecho de los niños a ser criados y educados por un padre y una madre; así se ha visto en la entrega en adopción de niños a “matrimonios igualitarios””, escribió.

Repudio oficial

Aguer ha sido consciente de que sus palabras serían fuente de controversia. “Tengo pleno respeto por las personas concernidas en todo lo que he dicho y comprendo con cercanía y afecto sus conflictos, pero no puedo dejar de proclamar la verdad. Mal que le pese al INADI, si se entera", dijo. El INADI se ha enterado, efectivamente. El secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, ha dicho que las palabras del obispo han sido “en un sentido amplio una provocación”. “Su posición es autoritaria, discriminatoria y merece el rechazo de todos nosotros. Está en las antípodas del Papa Francisco y es un pensamiento individual y no institucional”, opinó Avruj. “El tema de los preservativos me parece peligrosísimo”, agregó, “por la concientización que realizamos junto a la Organización Mundial de la Salud en torno a enfermedades de transmisión sexual. Vamos a evaluar qué actitud corresponde tomar desde el INADI, pero no podemos dejar de plantearlo”, agregó el funcionario.

El titular de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA), César Cigliutti, también criticó al Aguer. Sus palabras fueron “una clara violencia hacia nuestra comunidad LGBTI, a las leyes de nuestro país y también a un estado democrático". "En Argentina hace más de 6 años que existe el matrimonio igualitario, más de 15.000 parejas están casadas. A 4 años de la Ley de Identidad de Género, más de 10.000 personas trans tienen la documentación que les corresponde", dijo. "Mal que le pese al siglo XVIII de monseñor Aguer estamos en el siglo XXI, en un país que es vanguardia en Latinoamérica de leyes para nuestra comunidad LGBTI”, agregó.

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Sobre la firma

Federico Rivas Molina
Es corresponsal de EL PAÍS en Argentina desde 2016. Fue editor de la edición América. Es licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Buenos Aires y máster en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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