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Egipto agiliza el permiso para levantar iglesias pero mantiene límites

La nueva ley divide a los cristianos coptos, un 10% de la población. El asunto inflama las tensiones sectarias en el país árabe desde hace décadas.

Una iglesia (dcha.) y una mezquita (izq.) comparten espacio entre cultivos en El Cairo (Egipto), este miércoles.
Una iglesia (dcha.) y una mezquita (izq.) comparten espacio entre cultivos en El Cairo (Egipto), este miércoles.AMR ABDALLAH DALSH (REUTERS)

Después de varios meses de tensas negociaciones, el Parlamento egipcio aprobó la noche del martes una ley que regulariza la construcción de iglesias en Egipto, un asunto que inflama las tensiones sectarias en este país árabe desde hace décadas. La nueva legislación ha dividido a la comunidad cristiana copta, pues no satisface completamente sus demandas históricas de igualdad y libertad de culto. Los coptos, que representan aproximadamente un 10% de la población de Egipto, apoyaron de forma casi unánime el ascenso al poder del mariscal Abdelfatá al Sisi, que depuso al presidente islamista Mohamed Morsi a través de un golpe de Estado en 2013.

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Hasta ahora, la edificación o restauración de una iglesia requería, entre otros trámites, un decreto presidencial, de acuerdo con la interpretación de una ley otomana de más de un siglo de antigüedad. El proceso administrativo era tan farragoso, demorándose a veces años o décadas, que muchos cristianos coptos se veían obligados a celebrar sus ceremonias religiosas en templos construidos de forma ilegal o en estado de ruina.

La nueva legislación facilita la empresa, que ahora requerirá el visto bueno de los gobernadores provinciales, pero continúa otorgando a las autoridades una gran discrecionalidad. Las provisiones más controvertidas son las que establecen que el tamaño de los templos deberá ser el “apropiado” en función de la población cristiana de la zona, y que el gobernador podrá justificar su decisión en base a la necesidad de “preservar la seguridad y el orden público”. Es decir, la propia ley abre la puerta a que, como sucede en la actualidad, la presiones y amenazas de los grupos salafistas puedan frenar la construcción de iglesias, sobre todo en las zonas rurales.

“El Gobierno ha matado el sueño”, ha declarado Emad Gad, uno de los diputados coptos más prominentes que votó en contra del texto al considerar que perpetúa el estatus de los coptos como ciudadanos de segunda clase. “El Estado arranca la identidad nacional y la sustituye con el salafismo”, agregó. Una mayoría abrumadora del Parlamento validó la nueva legislación, a la que se opusieron diversos diputados coptos y los salafistas del partido Nur, de tendencia ultraconservadora.

Apoyo de las tres Iglesias cristianas

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Finalmente, el texto sí contó con la bendición de las tres Iglesias cristianas del país: la protestante, la católica y la ortodoxa. El patriarca de esta última confesión, que reúne a más del 90% de los egipcios coptos, se retractó de su oposición a la norma después de una última reunión con las autoridades, pocos días antes de la votación. El Papa Tawadros II mantiene una estrecha alianza con el régimen del mariscal al Sisi, al que flanqueó mientras leía el comunicado que anunciaba el derrocamiento de Morsi el 3 de julio del 2013.

"Esta ley representa un paso adelante para los cristianos. Algunos sectores están decepcionados. Querían una ley más ambiciosa, pero aún no es posible. Hay que cambiar la mentalidad en algunos pueblos. De aquí unos años, ya daremos ese paso", explicó en una conversación telefónica Antoine Greiche, portavoz de la Iglesia católica en Egipto. "Uno asunto controvertido era el de las 2.000 Iglesias construidias sin permiso. Todas ellas serán reconocidas automáticamente ", agregó Greiche, que subrayó la posición de solidaridad mantenida por todas las confesiones cristianas durante las negociaciones con el Gobierno.

Desde su llegada al Palacio de Ittihadya, el presidente al Sisi ha lanzado algunos guiños a los coptos, como la asistencia este año a la misa de Navidad, pero no había modificado su estatus legal, suscitando una creciente impaciencia en algunos sectores de la comunidad cristiana. Este verano ha sido especialmente tenso, pues se han producido diversas reyertas sectarias, casi todas en la provincia sureña de Minia.

En este feudo islamista, decenas de iglesias fueron víctimas de ataques durante las horas siguientes al brutal desalojo del campamento de protesta de Rabá al Audawiya hace tres años, en el que murieron un millar de simpatizantes de los Hermanos Musulmanes. Según un estudio de la ONG egipcia Egyptian Initiative for Personal Rghts, desde la revolución del 2011, se han registrado un total de 77 incidentes sectarios en Minia.

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