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Las multinacionales reclaman a Argentina más flexibilidad laboral

El foro de inversiones marca un hito positivo pero Macri también recibe exigencias

Carlos E. Cué
El Foro de Inversión y Negocios de Argentina en pleno desarrollo.
El Foro de Inversión y Negocios de Argentina en pleno desarrollo.EFE

El entusiasmo con la nueva Argentina se respira por todas partes en el foro de inversiones que ha traído a Buenos Aires a 1.900 empresarios y altos ejecutivos de 67 países. El éxito organizativo del Gobierno de Mauricio Macri era el comentario más extendido en el segundo de los tres días del encuentro, inspirado en la cumbre de Davos. Pero los ejecutivos de las multinacionales no solo dejan muy buenas palabras de apoyo a Macri. También plantean sus exigencias para invertir. Y la principal, que ha dominado las dos jornadas, es la más polémica: reformas para flexibilizar el mercado laboral. Argentina tiene los mejores salarios de Latinoamérica y los sindicatos más fuertes, y cualquier cambio ahí es tomado como una declaración de guerra.

Incluso antes de que Macri toque nada los sindicatos ya están amenazando con una huelga general contra el ajuste y la inflación. Pero el mensaje quedó claro para el Gobierno, si quieren inversión “tienen que flexibilizar el mercado laboral”, como resumió Bob Dudley, el consejero delegado de la petrolera británica BP. Dudley, que no ocultó su entusiasmo con Macri, dibujó un escenario dramático de los anteriores 12 años, en los que gobernó el kirchnerismo. Es un mensaje generalizado en todos los participantes en el foro de distintos sectores. La idea que trasladan es que Argentina vuelve a la ortodoxia y al mundo de los países “pro business”, como se dice en la jerga, esto es cuyos gobiernos facilitan las inversiones aceptando las reclamaciones de las empresas, que se basan casi siempre en flexibilización laboral y bajada de impuestos.

Pero Dudley y otros fueron más allá y llegaron a señalar que con el kirchnerismo Argentina ha perdido la cultura de trabajo que en su opinión tenía históricamente. “Los últimos 12 años se perdió el espíritu de trabajo que siempre tuvo Argentina, hay que lograr que vuelva. El mundo está viendo a Macri moverse rápido y hacer muchas cosas, esto está devolviendo a Argentina al mapa del planeta. Ahora hay que lograr trabajo para todos. Esta es una población muy bien formada y este país no está tan poblado, así que no debería ser tan difícil”, remató.

Otra empresa clave por su enorme presencia en Argentina es Carrefour, que tiene 20.000 empleados en este país. Su director de desarrollo, Francis Mauger, no solo puso el acento en la flexibilidad laboral sino también en el proteccionismo argentino, uno de los países, con Brasil, más cerrados de toda América Latina. “Argentina está entrando en una nueva era. Estoy muy impresionado con lo que están haciendo después de 15 años de estar fuera de la financiación internacional. Pero hay que abrir el mercado. El proteccionismo nunca ha sido la solución. Cerrar el mercado no es incentivar a la industria local. La mano de obra Argentina está muy bien preparada, en Carrefour tenemos más argentinos trabajando afuera que franceses en Argentina. Pero hay que disminuir las cargas sociales”, presionó Mauger. “Argentina tiene las mejores universidades de Latinoamérica y sin embargo tiene la mayor tasa de desempleo juvenil, hay que preguntarse qué está pasando ahí”, remató David Herranz, responsable para Latinoamérica de Adecco, la multinacional de trabajo temporal.

El fantasma de la flexibilización laboral sobrevuela pues la cumbre empresarial. Sin embargo, el Gobierno se cuida mucho de lanzar ningún mensaje en ese sentido. Con los sindicatos en máxima alerta, un Parlamento en el que está en minoría y una población que se dividió a la mitad en las elecciones –Macri solo ganó por tres puntos- el presidente no tiene margen ni de lejos para una reforma laboral como la que hizo España o se promueve en otros países de Europa para facilitar el despido.

Todos los empresarios preguntaban dentro del foro y en los pasillos por los sindicatos argentinos y su enorme capacidad de presión y el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, dejó muy claro que el Gobierno va a ser muy cauteloso y no va a ir al choque, como tal vez desearían muchos ejecutivos. “Estamos planteando un paradigma distinto, buscamos ámbitos de consenso con los sindicatos. El tema salarial se lleva toda la discusión porque tenés un arrastre del 700% de inflación en 15 años. Hay además convenios de hace 40 años que no contemplan los procesos productivos de hoy. Vamos a hacer una reforma tributaria. Pero el presidente nos pide que todo lo hagamos con consenso. Los sindicatos tienen mucho poder, mucha capacidad de definición, pero también un ámbito de encuentro común. Llevará tiempo”, sentenció.

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Otro de los asuntos que más preocupan a los inversores y más reclaman todos en el foro es la seguridad jurídica. Para tranquilizarlos a todos el Gobierno organizó una mesa específica, moderada por Alberto Ruiz Gallardón, el exministro de Justicia español e histórico dirigente del PP, ahora fuera de la política, en la que se trasladó una imagen nueva de Argentina. Los máximos representantes de los tres poderes, ejecutivo, legislativo y judicial, se sentaron juntos para debatir sobre la manera de cambiar la imagen de Argentina como un país imprevisible. "¿Todo el mundo se pregunta ¿este entusiasmo es perdurable o Argentina va a cambiar como siempre?", explicó con media sonrisa Ricardo Lorenzetti, presidente de la Corte Suprema, que acaba de dictar un fallo muy desfavorable al Gobierno al frenar la subida del gas y sin embargo estaba allí con la vicepresidenta Gabriela Michetti y el presidente del Congreso Emilio Monzó como gesto de respeto a la división de poderes.

"Argentina tiene una larga tradición pendular. Cambia todo cada 10 años. Un persona de 60,70 años no ha tenido una década tranquila. Ahora tenemos que aferrarnos a la ley, nuestra Constitución tiene unos principios claros que dan previsibilidad a los inversores", sentenció Lorenzetti. Monzó, que viene  del peronismo y ahora está con Macri, ironizó sobre la historia de su anterior grupo. "El peronismo se caracteriza por gobernar muy bien el desorden. Por eso a veces desordena todo para controlarlo. Eso hace al argentino muy creativo, para sobrevivir. Pero este presidente, que es un ingeniero, busca la previsibilidad. Y con él se termina una generación que buscaba el desorden". Los inversores le aplaudieron con entusiasmo.

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