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Las nuevas voces latinoamericanas debutan en la Asamblea General de la ONU

Los presidentes de Argentina, Brasil y Perú intentan proyectar una imagen renovada de sus países

Los nuevos presidentes de Argentina, Brasil y Perú, que han supuesto un viraje político a la derecha en la región, aprovecharon este martes su debut en la Asamblea General de Naciones Unidas para tratar de proyectar una imagen renovada de sus países. El argentino Mauricio Macri, el brasileño Michel Temer y el peruano Pedro Pablo Kuczynski manifestaron una voluntad de mayor integración, defendieron la ortodoxia económica y argumentaron que su llegada al poder ha aumentado la confianza en unos países golpeados por el retroceso económico.

El presidente brasileño, Michel Temer, en su discurso en la ONU
El presidente brasileño, Michel Temer, en su discurso en la ONUDrew Angerer (AFP)
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Latin America’s new right-leaning leaders make United Nations debut

Brasil fue el primer país en intervenir, como es tradición desde la primera asamblea del organismo, que presidió en 1947 el embajador Osvaldo Aranha. Temer defendió el proceso de destitución de su predecesora, Dilma Rousseff, y lo definió como un reflejo de la “fortaleza de las instituciones bajo la vigilancia de una sociedad plural”. “Las normas se aplican a todos, incluso a los más poderosos. Esto es lo que está demostrando Brasil al mundo”, aseguró.

También el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva ha sido imputado por la justicia brasileña la semana pasada. Uno de los ministros de Temer dimitió implicado en el caso de corrupción de Petrobras y el mismo presidente fue citado el pasado junio después de que un testigo lo implicara en esa trama corrupta.

El presidente, que asumió el cargo de forma definitiva a principios de mes, vendió una imagen optimista de Brasil. “La confianza se está restableciendo, está cobrando forma un horizonte más prospero”, proclamó Temer tras defender la “senda de responsabilidad fiscal y social” de su Gobierno, que lanzó este mes un ambicioso programa de concesiones y privatizaciones de empresas públicas.

Sin embargo, seis países latinoamericanos abandonaron el pleno de la ONU durante el discurso de Temer en protesta por la salida de Rousseff.

Kuczynski, presidente peruano desde julio, fue el único de los tres dirigentes que mencionó la crisis venezolana. Pidió un “absoluto respeto” de los derechos democráticos y un proceso de diálogo.

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En cuanto a su país, ensalzó su “firme compromiso con la consolidación definitiva de la democracia”, recuperada hace apenas 16 años tras la salida del poder de Alberto Fujimori. También resaltó la apuesta de su Gobierno por la “modernización” y el libre comercio ante las crecientes “tentaciones proteccionistas” en el mundo.

El argentino Macri, que llegó al poder en diciembre, también exhibió entusiasmo en su giro dado tras 12 años de gobiernos kirchneristas. Dijo que se ven los “resultados” del acercamiento exterior de Buenos Aires, por ejemplo en inversiones que, aseguró, relanzarán la economía. El mandatario recibió la semana pasada a 1.900 empresarios de todo el mundo para promover la inversión en el país.

“Los argentinos estamos listos para entrar en el siglo XXI y asumir nuestro rol en sociedad internacional”, proclamó.

Pero Macri repitió, aunque más matizados, algunos de los asuntos que solía abordar en la ONU su predecesora, Cristina Fernández. Pidió “mayor cooperación internacional” para esclarecer los atentados en los años noventa en Buenos Aires, que algunos atribuyen a Irán. E instó a un diálogo con Reino Unido para “solucionar amigablemente” la disputa de soberanía por las Islas Malvinas.

La afirmación llega tras la polémica desatada en Argentina por el comunicado de ambos países, la semana pasada, a favor de un mayor acercamiento bilateral y la ampliación de vuelos entre las Malvinas y el continente.

Los tres mandatarios pidieron una mayor representación de las naciones emergentes en la ONU y reivindicaron la relevancia geopolítica de cada país. También defendieron su lucha contra el cambio climático y aplaudieron avances regionales, como la normalización diplomática entre Cuba y Estados Unidos, y el acuerdo de paz entre Colombia y la guerrilla de las FARC.

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