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Virus del Zika: una oscura sombra acecha la ciudad del sol

Sólo se han realizado pruebas sobre el terreno a mujeres embarazadas en dos zonas de Miami

Los relaciones públicas charlan plácidamente con los periodistas de viajes en un buen hotel situado en el conocido barrio Art-déco de Miami Beach. Pero con preguntas sobre el Zika y sobre las consecuencias del virus en el número de visitantes y en la facturación, queda patente que uno puede esperar sentado toda la tarde. Estaría bien cambiar el discurso de los relaciones públicas, a los que no se les permite mucho informar sobre ello, de que, desgraciadamente, no saben nada del tema.

Playa de Miami, Florida (EE UU).
Playa de Miami, Florida (EE UU).A. G

Ángel Solano, Gerente del Hotel Chesterfield de la Avenida Collins, situada cerca de la playa, es una excepción. Él sí que asegura que en las tres primeras semanas de julio el negocio se resintió de forma notable en comparación con el año anterior. Pero todo volvió a "estar bien". Sin embargo, él tampoco maneja cifras exactas.

El Zika es una oscura sombra que acecha la Ciudad del sol. Se acerca discretamente. La mayoría de adultos infectados por mosquitos concretos del tipo Aedes Aegypti no muestran síntomas. En otros casos, tras unos días aparecen molestias como la fiebre o el dolor de cabeza. Pero las mujeres embarazadas expuestas al Zika pueden dar a luz niños con múltiples daños cerebrales, cabezas más pequeñas de lo habitual y menor esperanza de vida. La enfermedad se llama microcefalia. Entre tanto, los científicos aseguran que también están en peligro los bebés que aún no han nacido.

El virus del Zika, que lleva el nombre de una selva de Uganda, se descubrió en 1947 y se ha propagado desde África a Asia, Sudamérica y Centroamérica. Desde este año también está presente en Estados Unidos y, especialmente, en el Condado de Miami-Dade en Florida del Sur. La Organización Mundial de la Salud (OMS) habla de "una propagación explosiva" y de una evolución "preocupante".

Pablo, que actualmente alquila sombrillas en la no tan masificada playa de South Beach, no se inmuta con el revuelo. "Hace poco vinieron aviones a rociar la playa", asegura el joven cerca ya de los 30 años. "Procuré irme. A mí me preocupan más esas sustancias antimosquitos que el virus del Zika en sí mismo". Pero el microbiólogo Larry Lynam no opina lo mismo. Teme que a la situación del Zika se le reste importancia de forma sistemática. "El turismo es un sector muy importante aquí".

La semana pasada se registraron 3.712 estadounidenses infectados por todo el país que, por ejemplo, habían viajado al Caribe. Además de 105 casos de transmisión por mosquitos dentro de Estados Unidos, hasta ahora, solo en Florida. Al menos 30 contagios se han producido por relaciones sexuales. No obstante, añade Lynam, que dirige una consultoría para empresas de biotecnología, solo se han realizado pruebas sobre el terreno a mujeres embarazadas en dos zonas de Miami, en el barrio de Wynwood y en una zona céntrica de South Beach cerca del jardín botánico. Se han dado casos de hombres con síntomas claros de Zika pero no se les han realizado pruebas para determinar si tenían el virus porque no pertenecían al grupo de riesgo. "Es una locura afirmar que el Zika está acotado", advierte Lynam.

Hasta ahora no existe ninguna vacuna contra el virus. ¿Qué hay que hacer? Lynam, que vive en Florida, desaconseja entrar en pánico. Pero sobre todo las chicas y las mujeres jóvenes que visiten el estado o que vivan en él, tienen que tomar precauciones y no ahorrar en protector antimosquitos.

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