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Un bombardeo del régimen sirio en Alepo mata a 14 miembros de una familia

Reino Unido, Francia y Alemania piden a la UE nuevas sanciones económicas contra Rusia y Siria. Moscú anuncia un alto el fuego de ocho horas este jueves en la ciudad

Natalia Sancha
Los equipos de rescate de la Defensa Civil busca víctimas entre los escombros, este lunes en Alepo.
Los equipos de rescate de la Defensa Civil busca víctimas entre los escombros, este lunes en Alepo.KARAM AL-MASRI (AFP)

Los 14 miembros de la familia Cabis murieron este lunes cuando una bomba sacudió los cimientos de su hogar, en la franja oriental de Alepo. Entre los muertos se encontraron ocho menores. Zahra y Hussein no habían cumplido el mes, mientras que otros seis primos y hermanos no alcanzaban los ocho años de edad. “Los bombarderos golpearon su edificio en el barrio de Al-Merje, sobre las cinco de la mañana. Ninguno de los miembros de la familia logró sobrevivir”, relata al teléfono Ibrahim Al Haj, portavoz de la Defensa Civil de Alepo este, más conocidos como los Cascos Blancos. Los rescatadores acusan a la aviación rusa de la masacre.

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Huyendo de los combates, 6,1 millones de sirios se han visto forzados a abandonar sus hogares, según datos de Naciones Unidas. Otros 4,8 millones han huido de su país. La mayoría de las familias desplazadas han optado por reagruparse bajo un mismo techo con el fin de hacer frente juntos tanto a la guerra como a los costes de alquiler y de alimentación. Una reagrupación fruto de la necesidad que hace que cuando un edificio es golpeado por morteros o bombas, desaparezcan familias enteras. Otras 35 personas fallecían en la tarde del lunes en la periferia de Alepo bajo los bombardeos de la aviación siria y rusa, según aseguró al teléfono Khaled Khatib, portavoz de los Cascos Blancos en Turquía.

Alepo, la que fuera la capital económica del país, se ha convertido en el epicentro de la guerra. Al este y bajo control rebelde, 250.000 civiles sobreviven a los bombardeos y al cerco, con tan sólo siete hospitales en funcionamiento y la vertiginosa subida de los precios de los productos básicos como desafío diario. Al oeste, un millón de personas habitan la franja bajo control del Gobierno sirio, sometida a la lluvia de morteros. Desde que fracasara el pasado mes de septiembre, y por segunda vez, el alto el fuego decretado por Moscú y Washington, 406 personas han perdido la vida en la mitad oriental y otras 91 lo han hecho en la parte occidental, según el recuento que hace la ONU.

En un intento de reavivar unas negociaciones moribundas, el Secretario de Estado norteamericano, John Kerry, y el ministro de asuntos exteriores ruso, Sergey Lavrov, se reunieron este sábado en Lausanne sin lograr acuerdo alguno. La escalada verbal entre ambos países se acompaña también de una condena más severa por parte de la Unión Europea hacia los crímenes cometidos por el régimen de Bachar El Asad. En el borrador de la declaración conjunta que suscribirán este lunes los ministros de Exteriores de la Unión se condena la "escalada catastrófica" de la ofensiva de Moscú y Damasco sobre Alepo, que ha sido "claramente desproporcionada" desde el principio. Los ministros aseguran que "el ataque deliberado contra hospitales, personal médico, colegios e infraestructuras esenciales, así como el uso de bombas de barril, de racimo y armas químicas, constituye una escalada del conflicto que puede elevarse a crímenes de guerra".

Horas después de los bombardeos de este lunes, el Ministerio de Defensa ruso ha anunciado un alto el fuego de ocho horas en Alepo el jueves para que civiles y fuerzas rebeldes puedan abandonar la ciudad. Moscú ha declinado implementar una tregua duradera, como pide Occidente, con el argumento de que solo daría a la oposición que resiste en la ciudad una oportunidad para reagruparse. "Un alto el fuego unilateral no tiene sentido, porque daría una vez más un respiro a Al Nusra y sus grupos aliados, que se recuperarán y restaturarán su capacidad militar", ha dicho el teniente general ruso Sergei Rudskoy.

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Mientras Rusia se queja de la incapacidad de Washington de separar a los rebeldes moderados de los yihadistas radicales, Washington acusa a Moscú de bombardear a los civiles de forma indiscriminada. Atorados en un impasse, los enfrentamientos prosiguen en una guerra que se ha cobrado ya más de 300.000 vidas en cinco años y medio.

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