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“Venezuela está al borde del estallido social”

Carlos Vecchio, número dos de Voluntad Popular, avisa del incremento de la violencia en el país

Juan Morenilla
Carlos Vecchio, en Madrid.
Carlos Vecchio, en Madrid.LUIS SEVILLANO

En febrero de 2014, el Gobierno de Nicolás Maduro emitió dos órdenes de captura contra los líderes del partido opositor Voluntad Popular. Leopoldo López se entregó y fue condenado a casi 14 años de prisión. Carlos Vecchio, coordinador político de la formación, permaneció 108 días escondido y amenazado hasta que dejó Venezuela rumbo a Miami con su mujer, embarazada. Al poco de llegar, nació su hijo. Hoy, este bisnieto de italianos, de 47 años, cuenta la edad del pequeño como el tiempo que lleva en el exilio.

Pregunta. Tras la suspensión del revocatorio y el asalto al Parlamento, ¿en qué momento está Venezuela?

Respuesta. Se ha dado un golpe de Estado porque se le ha robado a los venezolanos el derecho al voto y a elegir su futuro. Maduro se ha de refugiar en estos actos para seguir en el poder. La Constitución permite revocar a un presidente. Si nos quitan ese derecho, es una dictadura. Maduro ha tomado la peor decisión en el peor escenario para profundizar la crisis. El asalto al Parlamento deja muy claro de lado de quién está la violencia, de quienes no tienen la razón. Estamos en la peor crisis de nuestra historia republicana.

P. ¿Teme un estallido de la violencia?

R. Es un escenario impredecible. Se nos puede escapar de las manos. Por eso insistimos en la ruta electoral. Estamos al borde de una explosión social. Los venezolanos veían en el revocatorio una válvula de escape, pacífica y democrática. El Gobierno no lo ha entendido así, por miedo a perder el poder, porque ya no tiene el respaldo popular. Esto no solo afecta a Venezuela, sino a toda la región. En pleno siglo XXI una dictadura se ha instalado en América.

P. ¿Al Gobierno le interesa esta violencia?

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R. Cuando utilizas las instituciones para parar los procesos electorales y cerrar técnicamente el Parlamento es una forma de violencia. Teníamos elecciones a gobernadores y las suspendieron sin fecha fija. Reprimir a la población por pensar distinto es violencia. Ellos buscan la confrontación y que reaccionemos de forma violenta. Respondemos con serenidad. Nos provocan y no hemos caído en su juego. La violencia está de su lado. A nosotros nos persiguen por nuestra palabra. Pero quienes actuaron con violencia están libres, incluido el alcalde de Libertador, la figura más cercana a Maduro, Jorge Rodríguez.

P. ¿Qué debe hacer la región?

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R. Hemos llegado a un punto de inflexión. Si la región quería un acto oficial de que estamos en una dictadura, fue la suspensión del revocatorio. Hoy Latinoamérica, España y el Parlamento Europeo deben luchar por la democracia. En la lucha por los derechos humanos no hay banderas ni fronteras. Si hay un momento para levantar la voz, es este. Esta lucha la vamos a resolver los venezolanos, pero necesitamos el acompañamiento internacional. Apelo a España, que es un influenciador en Europa.

P. ¿Qué medidas deben tomar?

R. Las palabras tienen influencia en los funcionarios del Estado, en nuestras fuerzas armadas y en el pueblo. Nuestro espacio natural para presionar son Unasur y la OEA.

P. ¿Qué posición toma el Ejército?

R. Yo espero de nuestras fuerzas armadas que respeten la Constitución. No pido que apoyen al Gobierno ni a la oposición. Que garanticen elecciones y el derecho de los venezolanos a elegir nuestro futuro. Ellos también tienen familias que sufren los mismos problemas: inseguridad, inflación, desabastecimiento…

P. ¿Hay un chavismo con el que poder hablar?

R. Sí. Hay un grupo importante de disidencia dentro del chavismo, que llamaba al revocatorio. Son grupos del sector militar, civiles, exministros de Chávez, una expresión del chavismo que es el partido Marea Socialista...

P. ¿Maduro se queda solo?

R. Sin duda. Nunca ha tenido el respaldo del país mayoritario. Cada vez se aísla más. No tiene liderazgo porque lo pusieron ahí, nunca lo construyó. Es muy débil. No es capaz de solventar la crisis, ni unir al país ni a sus propias fuerzas. Cerrar la Asamblea es una muestra de debilidad. Solo puede mantenerse en el poder con la represión. Hay un proceso político irreversible de cambio en Venezuela. No lo van a poder parar. No confío en las instituciones, pero sí en nuestra gente, que va a restaurar la democracia. Ya la sociedad lo digirió, tragó el cambio político. Toca materializarlo. El gran enemigo no es Maduro, es la desesperanza.

P. ¿La oposición está unida?

R. Sí. Hay diferencias, pero las debatimos. En las decisiones concretas nos ponemos de acuerdo.

P. ¿Quién es su líder?

R. Hablar de un candidato ahora es absurdo. Hay muchos liderazgos. No importa quién llegue. Capriles, Leopoldo, Henry Ramos… Si pensamos en eso, nos dividimos más.

P. ¿Qué opina de la mediación internacional?

R. Los hechos hablan solos. Desde que Zapatero está en esto, en mayo, hay más presos políticos, más crisis, se paró el revocatorio… No ha funcionado. Rodríguez Zapatero no entendió el rol que tiene. Jugó más a los intereses del Gobierno que a los intereses de Venezuela.

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Sobre la firma

Juan Morenilla
Es redactor en la sección de Deportes. Estudió Comunicación Audiovisual. Trabajó en la delegación de EL PAÍS en Valencia entre 2000 y 2007. Desde entonces, en Madrid. Además de Deportes, también ha trabajado en la edición de América de EL PAÍS.

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