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La llegada de segundos hijos en China no frena el envejecimiento

En el primer semestre nacieron 800.000 bebés, y no los 4 millones de la previsión oficial más optimista

Macarena Vidal Liy
Una familia con un bebé recién nacido se saca un selfi en Shanghái.
Una familia con un bebé recién nacido se saca un selfi en Shanghái.JOHANNES EISELE (AFP)

Los hospitales más prestigiosos de Pekín y Shanghái tienen sus salas de partos saturadas hasta al menos abril próximo. En las grandes ciudades, según las agencias inmobiliarias, ha aumentado la demanda de pisos de tres dormitorios para hacer sitio a los nuevos bebés. Las fábricas de juguetes suspiran con alivio ante un aumento de la demanda. Ver carritos para dos niños por la calle ya no es una rareza. Desde que hace un año China anunció el fin de la política del hijo único, impuesta en 1978, han aumentado los nacimientos. Pero no lo suficiente para evitar un envejecimiento meteórico de la población.

En Pekín, los médicos hablan de un boom de la natalidad ahora que cada pareja puede tener dos hijos. Según la Comisión de Sanidad municipal, este año los nacimientos podrían superar los 360.000, casi el doble que el año pasado, cuando llegaron a 200.000. Los hospitales de la ciudad van a añadir un millar de camas a las 4.907 con que ya cuentan sus pabellones de maternidad.

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Pero no todos en China muestran el mismo entusiasmo. Ciudades como Yichang, en el centro del país, han instado públicamente a sus funcionarios a tener un segundo vástago. El permiso de maternidad se ha prolongado, y 29 de las 32 provincias ofrecen ya formalmente permiso de paternidad a los varones con recién nacidos, en algunos casos hasta 30 días, para tratar de persuadir a las familias a que vayan a por la parejita.

Según las cifras oficiales, en el primer semestre del año los nacimientos aumentaron un 6,9% (casi 800.000 bebés) con respecto al mismo periodo de 2015. Es una cifra por debajo de las expectativas gubernamentales, que anticipaban entre 2,5 y 4 millones de nacimientos más en el país más poblado del mundo, de 1.370 millones de personas.

Se repite así la pauta registrada un año antes, cuando el Gobierno había relajado parcialmente su política y apenas un 18% de las parejas autorizadas optó por tener un segundo hijo. Simplemente, las parejas chinas en edad fértil no tienen mucho interés en ampliar la familia. Después de 40 años de oír que la familia ideal era de un padre, una madre y un hijo, la mentalidad ha cambiado; pero la renuencia es producto asimismo del desarrollo socioeconómico, apunta el demógrafo Jiang Quanbao, de la Universidad Xi’an Jiaotong. En la mayoría de los países del resto de Asia la natalidad también está en declive.

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“Las parejas jóvenes afrontan presiones económicas, debido que los precios de las viviendas están por las nubes, los gastos de la educación de los niños y de mantenerlos. Las mujeres también quieren continuar los estudios superiores y una mejor carrera profesional. Tener un hijo puede verse como una necesidad y una obligación, pero tener dos no”, explica.

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La escasez de niños impactará, inevitablemente, en una fuerza laboral que ya ha comenzado a disminuir como consecuencia de las casi cuatro décadas de política de hijo único. Un reciente estudio publicado por la revista médica The Lancet calcula que el efecto positivo de los nuevos nacimientos no se percibirá hasta la próxima década de los treinta.

“Nuestro análisis sugiere que el cambio en la política permitirá que la mayor parte de la gente pueda tener el número que desea de hijos y ayudar a atajar el desequilibrio (en la proporción de nacimientos de niños frente a niñas, uno de los legados de la política derogada). Pero el efecto en el envejecimiento de la población y la reducción de la fuerza laboral tardarán más en sentirse”, según Therese Hesketh, de la Universidad china de Zhejiang y del University College London y una de las autoras del informe de Lancet.

Según sus cifras, China alcanzará su mayor nivel de población en 2029 con 1.450 millones de habitantes, mientras que si hubiera mantenido la política del hijo único hubiera llegado a su récord en 2023 con 1.400 millones. El estudio prevé que para 2050 haya 1.420 millones de chinos frente a los 1.270 millones de no haber acometido la reforma.

Al llegar a la mitad del siglo, el 25% de la población superará los 65 años, un porcentaje que con la política previa se habría elevado al 29% (en la actualidad es del 9,55%, unos 140 millones de personas). Entonces, la fuerza laboral alcanzará los 800 millones de personas, frente a los 950 millones actuales. Sin haber tomado medidas, se hubiera reducido a los 750 millones.

Según un estudio publicado por The Lanchet, China alcanzará su mayor nivel de población en 2029 con 1.450 millones de habitantes

Es una realidad que puede afectar al crecimiento económico y que obligará inevitablemente a tomar medidas al Gobierno chino. En este país “aún no se ha establecido un sistema sólido de Seguridad Social, el apoyo que tradicionalmente prestaban las familias a los ancianos se ve en peligro por la reducción del número de hijos y del núcleo familiar, y hay una migración masiva de gente joven de las áreas rurales a las urbanas”, apunta el profesor Jiang.

Para hacer frente a este problema, el estudio de The Lancet recomienda, entre otras cosas, elevar la edad de jubilación, una de las más bajas del mundo y que permite a los varones retirarse a los 60 años y a las mujeres a los 55.

En un editorial publicado esta semana, la revista médica británica califica el envejecimiento de China como “una bomba de relojería”. El problema, apunta, requiere “una transición social y política urgente para adaptarse a un veloz cambio demográfico”.

Otro efecto adverso, según el estudio publicado en Lancet, es que se puede agudizar la creciente escasez de pediatras que se ha desarrollado en la última década, debido a las malas condiciones laborales, los bajos sueldos y las presiones de las familias de los pacientes. Los cálculos prevén que se necesitarán 190.000 especialistas en medicina infantil para 2020.

“La calidad podría deteriorarse si la presión sobre estos servicios aumentara debido al índice de natalidad”, alertan los expertos.

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Sobre la firma

Macarena Vidal Liy
Es corresponsal de EL PAÍS en Washington. Previamente, trabajó en la corresponsalía del periódico en Asia, en la delegación de EFE en Pekín, cubriendo la Casa Blanca y en el Reino Unido. Siguió como enviada especial conflictos en Bosnia-Herzegovina y Oriente Medio. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid.

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