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Las burlas de un comisario europeo sobre gais, chinos y valones causan un alud de críticas

Un vídeo recoge las salidas de tono en una cena de Oettinger, responsable europeo de Sociedad Digital

La canciller alemana, Angela Merkel, junto al comisario europeo Günther Oettinger.Foto: reuters_live
Álvaro Sánchez

La corrección política se da por supuesta en Bruselas. Portavoces y comisarios comunitarios se expresan en las ruedas de prensa diarias en la Comisión Europea con una cuidadosa terminología. "No vamos a hacer comentarios sobre ese tema" es una fórmula habitual para eludir pronunciarse sobre cualquier cuestión que estimen inconveniente diplomáticamente o sobre la que no tengan suficiente información. En ese contexto, los comentarios sarcásticos y las burlas del comisario alemán Günther Oettinger sobre homosexuales, valones o chinos, han desatado una tormenta de críticas, con algunos eurodiputados exigiendo su renuncia y cuestionando su posición en el organigrama comunitario, donde suena para hacerse con la cartera de Presupuestos.

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Las salidas de tono de Oettinger, miembro de la CDU, el partido de Angela Merkel, y actual comisario de Economía y Sociedad Digital, fueron grabadas en vídeo la semana pasada durante un discurso concebido para amenizar una cena de la patronal de empresarios en Hamburgo. En un escenario mucho más relajado que el atril de la Comisión Europea, Oettinger dejó a un lado el burocrático lenguaje comunitario para expresarse sin cortapisas.

El comisario utilizó la frase "gente de ojos rasgados" para referirse a los nacionales de China, y se burló de la vestimenta y el peinado de los miembros de una delegación del gigante asiático que mantuvo un encuentro con la UE. "La pasada semana, ministros chinos nos visitaron para la cumbre anual China-Unión Europea. Nueve hombres. Un partido. Nada de democracia. Una proporción inexistente de mujeres. Todos ellos de traje azul oscuro. Todos peinados de izquierda a derecha con abrillantador de zapatos negro".

Oettinger también se despachó a gusto contra las reformas promovidas por la ministra de Trabajo de Alemania, la socialdemócrata Andrea Nahles: "La agenda alemana incluye ayudas a las madres. Ayudas obligatorias, la jubilación a los 63 años, ayudas por el nacimiento de hijos y el estúpido peaje en las autopistas que nunca será introducido. Al final, quizá se acabe aprobando el matrimonio homosexual obligatorio", afirmó entre las carcajadas de los asistentes. "La edad de jubilación acabará siendo de 61 o 60 años. En ese caso le diré a mi hijo que deje la escuela no después de estudiar 12 o 13 años, sino tras 19 años. Así estudiará mucho tiempo y después se jubilará sin haber trabajado un solo día", añadió con ironía.

El desliz del comisario puede salirle muy caro. La marcha de la actual comisaria de Presupuestos, Kristalina Georgieva, al Banco Mundial a partir del próximo 2 de enero, situaba a Oettinger, un político veterano que antaño ostentó la cartera de Energía, como principal candidato en las quinielas para sucederla. Cualquier cambio de cargo ha de contar con el consentimiento del Parlamento Europeo, donde los exabruptos pueden costarle la reprobación pública de los eurodiputados. De momento, la Comisión no se plantea abrir una investigación, pero la ONG francesa SOS Racismo ha pedido a Merkel y Juncker que le sancionen por sus "comentarios racistas" que "rezuman homofobia y sexismo".

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Sus comentarios no solo provocaron risas en la sala, también despertaron indignación. El agregado comercial de Valonia y Bruselas, que se encontraba en la cena, se levantó y se fue en mitad de la intervención de Oettinger debido a sus palabras sobre el rechazo de Valonia al CETA, el tratado de libre comercio entre la UE y Canadá. "En mi mesa los invitados me preguntaban sobre el acuerdo, pero sin agresividad. Entonces Oettinger tomó la palabra y refiriéndose al CETA dijo [y cito de memoria porque no lo grabé]: 'No es aceptable que una microregión dirigida por comunistas bloquee toda Europa'", explicó el representante valón al diario belga Le Soir. La respuesta del presidente valón, Paul Magnette, llegó en forma de pregunta. "¿Será tan dura la Comisión con las expresiones racistas-homófobas de Oettinger como frente a los que defienden la transparencia y la democracia? Estaremos pendientes".

La reacción de Bruselas ante las palabras de barra de bar de Oettinger ha sido tibia. El portavoz de la Comisión Europea eludió cualquier disculpa en nombre de la institución e insistió en que Oettinger ya había aclarado "detalladamente" esos comentarios. "No tenemos nada que añadir", cerró. En la misma línea, Steffen Seibert, portavoz del gobierno de Merkel, cuyo ejecutivo decide qué comisario debe representar al país en Bruselas, señaló que sigue contando con la total confianza. de la canciller. Entretanto, Oettinger se ha limitado a justificar en el diario alemán Die Welt que empleó un lenguaje coloquial y explicó que usó expresiones como "ojos oblicuos o rasgados" al hacer referencia, de forma informal, a la competencia económica que representan países como China o Corea del Sur.

Un historial plagado de salidas de tono

La polémica en torno a las palabras del comisario Günther Oettinger es solo la última de un largo historial de salidas de tono.

El apocalipsis. Días después del desastre nuclear en la central japonesa de Fukushima, Oettinger, entonces comisario de Energía, sorprendió con unas declaraciones un tanto catastrofistas pese a no contar con información privilegada sobre lo que estaba ocurriendo sobre el terreno. "Estamos hablando de Apocalipsis, y creo que la palabra está bien elegida", aseguró.

Choque con Francia. En noviembre de 2014, el comisario sorprendió al calificar al país galo de "país deficitario reincidente", usando un término más asociado a la delincuencia, por superar el déficit marcado por Bruselas. El comentario molestó en París, pero el presidente Juncker defendió que la libertad de los comisarios de expresar sus propias opiniones políticas.

Banderas a media asta. El comisario, que forma parte del ala más dura en la defensa de la ortodoxia presupuestaria, recibió un aluvión de críticas en 2011 tras afirmar que las banderas de los países que incumplían los objetivos presupuestarios de Bruselas debían ondear a media asta.

Ingobernables. Oettinger señaló en un acto en 2014 su preocupación por los países "que son esencialmente ingobernables", entre los que citó a Italia, Bulgaria y Rumanía. Un comentario contrario a la dialéctica habitual de Bruselas, que trata de mantener una relación públicamente cordial con los Estados miembros.

El caso de los desnudos. Poco después de ser nombrado comisario digital de la UE, al referirse a un polémico caso de personalidades desnudas en la Red, el comisario dijo que no era su trabajo proteger a estrellas "lo suficientemente estúpidas como para hacerse una foto desnudas y subirla a Internet". Las imágenes, lejos de ser colgadas en Internet por sus protagonistas, habían sido robadas de sus teléfonos y correos electrónicos por hackers y publicadas sin su permiso.

Alusión a Turquía. Más recientemente, en agosto, Oettinger aseguró que Turquía nunca sería miembro de la UE mientras el actual presidente, Recep Tayyip Erdogan, continuara en el cargo. Sus declaraciones fueron calificadas por Ankara de "racismo cultural".

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Sobre la firma

Álvaro Sánchez
Redactor de Economía. Ha sido corresponsal de EL PAÍS en Bruselas y colaborador de la Cadena SER en la capital comunitaria. Antes pasó por el diario mexicano El Mundo y medios locales como el Diario de Cádiz. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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