_
_
_
_
_

El ejército azul de voluntarios

En Montana, muchos ciudadanos se movilizan para pedir que la gente vote

La sede del Partido Demócrata en Billings (Montana).
La sede del Partido Demócrata en Billings (Montana).Linda Von Burg

El Estado de Montana es grande, realmente grande. Es más grande que Alemania. Pero solo cerca de un millón de personas vive aquí. Y mayoritariamente votan republicano. Desde 1952 en Montana se ha votado a candidatos a la presidencia republicanos, a excepción de Johnson en 1962 y Clinton en 1992. No todos aquí están contentos con ello.

Más información
Todos los reportajes de LENA en EE UU

Una de las sedes demócratas está en Billings. En una pequeña oficina cerca de la ciudad más grande de Montana hay voluntarios que llaman por teléfono siguiendo listas kilométricas. Marian Bradley, más conocida como 'La mamá demócrata', trabaja desde hace 40 años para el partido y participa en distintas organizaciones. También su marido y su hija se dedican a eso. "Quería salir un rato antes del colegio y hacer más por los demócratas. Ahora mientras tanto, le damos clases desde casa", cuenta la activista política de 61 años.

Desde el sábado los voluntarios de la movilización final se dedican al llamado 'Get out the vote' (sacar el voto). Eso significa que cerca de los 100 voluntarios de todo el estado llaman a los votantes potenciales del partido demócrata , otros llaman a la puerta de sus casas y preguntan si ya han votado. "Intentamos motivar a los votantes y en el caso de que haya alguien que tenga motivos concretos para no acudir a las urnas, intentamos ayudar", afirma Bradley. Cada persona habla aproximadamente con 400 personas al día.

¿Y por qué se involucran si al final está claro que el republicano Donald Trump va a ganar en Montana? "Creemos que podemos ganar aquí las elecciones. Pero para ello tiene que ir tanta gente a votar como sea posible", explica la Mamá demócrata, Marian Bradley. La teoría afirma que si todos los estadounidenses votaran, los demócratas ganarían. Y ese es el objetivo al que se quieren acercar en Montana.

Al parecer los republicanos no son conscientes de esa movilización, no conocen el trabajo de esos voluntarios. La sede de Billings solo se ocupa durante la época preelectoral. Está en un barrio que ganó Donald Trump con un cómodo 70% frente a Ted Cruz y a John Kasich.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Christl Domina, con 46 años, es la primera vez que se dedica a esto. Trabaja como voluntaria porque quiere apoyar a Hillary Clinton y porque no puede soportar a Donald Trump. Por eso ya no se podía quedar más tiempo en casa cruzando los dedos. "Somos el ejército de voluntarios y al final marcaremos la diferencia", asegura Domina. Por ejemplo, llamó hace poco a una mujer que no sabía qué candidatos había en las elecciones. Y para demostrar a esas personas qué posibilidades tienen, es necesario que haya voluntarios. Se contarán las horas hasta el cierre de las urnas: En la hora 34 Christl Domina ya podrá terminar. Gritar y aplaudir.

No se le va a pagar a nadie. Los voluntarios reciben una tarjeta SIM, y en la sede hay papel e impresora. "En las primarias me pagaron, ahora ya no", afirma Marian Bradley. El motivo: El estado es rojo y la campaña de Clinton gasta lo menos posible en Montana.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_