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Krauze: “La democracia mexicana está en obra negra”

Políticos e intelectuales mexicanos debaten en la Feria del libro de Guadalajara alrededor de la última obra del historiador mexicano

David Marcial Pérez
El escritor mexicano Enrique Krauze en la presentación de su libro en la FIL.
El escritor mexicano Enrique Krauze en la presentación de su libro en la FIL.Ulises Ruiz Basurto

El historiador y escritor Enrique Krauze escribió en los ochenta uno de sus ensayos más rotundos: Democracia sin adjetivos. Eran aún los años de un PRI hegemónico encaramado a la cima de un sistema corporativista, vertical y tan solo formalmente democrático. Si Krauze pudiera ahora volver atrás escribiría otro libro con otro título: Justicia sin adjetivos. “Fuimos muy ingenuos al pensar que tan solo con una democracia electiva llegaría la paz y la armonía. La democracia está en obra negra en México. Qué injusto, impune, corrupto y violento es nuestro país”.

Sentado a la mesa con relevantes nombres de la política y la cultura mexicana, el historiador presentó este domingo en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara los últimos tomos de su más reciente selección de textos, Colección Ensayista liberal (Debate), que recorren las últimas cuatro décadas de su país. Democracia en construcción, Presidencia imperial, El mesías tropical, La legislatura vergonzosa, El desaliento de México –su dura enmienda la gestión del presidente Peña Nieto– son algunos de los elocuentes títulos que componen los tres volúmenes.

Con mirada comparativa, el historiador reconoció también ciertas virtudes a los más de 70 años de Gobierno inalterable. “Muchas cosas se construyeron, otras no. Propició una gobernabilidad fuerte y estadistas con visión de Estado”. Sentado a su izquierda, Manlio Fabio Beltrones, uno de los viejos varones del PRI, relevado de la presidencia del partido hace pocos meses, sería para Krauze la encarnación de una de esas figuras. Desde la creación a principios de los noventa de un instituto electoral que velara por el rigor de los procesos en las urnas, el porcentaje de votos que han obtenido los recientes presidentes mexicanos ha ido menguando de manera acusada. Desde el 50% de Carlos Salinas de Gortari en 1988, hasta el 35% de Enrique Peña Nieto.

Incidiendo en la senda declinante de apoyo electoral, el político priista reconoció que “el sistema está agotado” y que no le gustaría que en la cita de dentro de dos años se repitiera el caos institucional vivido en 2006, cuando Felipe Calderón salió vencedor por un dedo ante Andrés Manuel López Obrador. El entonces candidato del PRD no reconoció el resultado y durante la toma de posesión del panista se vivieron escenas delirantes en el Parlamento –empujones, gritos, insultos– entre las dos fuerzas políticas. Beltrones recordó que el expresidente estadounidense George H. W. Bush estaba presente y le dijo "¿vuestro cambio de Gobierno es siempre así?”

Krauze lanzó un guante a la escena política actual – “Hace falta un acuerdo político que cree un nuevo marco de gobernabilidad”– que fue secundado por Santiago Creel, primer secretario de Gobernación en el primer Gobierno del PAN en 2000. “La transición produjo gobiernos débiles y partidos muy fragmentados, lo que ha provocado que poderes fácticos pseudolegales, como los monopolios, o directamente ilegales, como el narco, hayan ganado terreno”.

Ampliando el foco, el académico y columnista Jesús Silva-Herzog Márquez envió varios dardos sobre las muchas caras del liberalismo. “Ha sido secuestrado por los economistas, que han implantado sus recetas del hombre racional como dogmas de fe. Se ha depreciado el compromiso con lo público. La privatización ha terminado corroyendo el espacio público”. La respuesta de Krauze fue una vuelta a los orígenes: “El frío, triste y limitado neoliberalismo ha manchado el noble liberalismo del siglo XIX y parte del XX”.

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Sobre la firma

David Marcial Pérez
Reportero en la oficina de Ciudad de México. Está especializado en temas políticos, económicos y culturales. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en El País. Antes trabajó en Cinco Días y Cadena Ser. Es licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid y máster en periodismo de El País y en Literatura Comparada por la UNED.

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