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La OTAN y la UE cooperarán en la lucha contra los ciberataques y la desinformación

Las dos organizaciones suscriben una lista de 40 medidas para estrechar lazos

Lucía Abellán
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.STEPHANIE LECOCQ (EFE)

La OTAN suma fuerzas con la UE para hacer frente a las amenazas del siglo XXI. Las dos organizaciones han aprobado este martes –por separado- una lista de 40 tareas en las que cooperarán a partir de ahora. La primera alude a un ámbito aún poco desarrollado: la lucha contra los ciberataques, la desinformación y otras fuentes de desestabilización que sufren hoy muchos miembros de ambas organizaciones (22 países integran las dos).

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Tres países aliados (Estados Unidos, Reino Unido y Alemania) han informado ya a sus socios en la OTAN de que han sufrido ataques cibernéticos por parte de un “agente extranjero”, aseguran fuentes diplomáticas. El más sonoro es el que afectó al sistema informático del Partido Demócrata estadounidense poco antes de las elecciones. Washington acabó acusando a Rusia, aunque no hizo públicas evidencias. Tampoco las tienen el resto de países, que apuntan siempre a una conexión rusa en estos episodios, aunque sin poder señalar al responsable.

Los ministros de Exteriores de la OTAN están reunidos en Bruselas y han escenificado esta nueva cooperación mediante un encuentro con la alta representante para la Política Exterior, Federica Mogherini. "Afrontamos nuevas amenazas, como la guerra híbrida, los ciberataques y el terrorismo. Y ni la OTAN ni la UE tienen toda la gama de herramientas para responder a esos retos, así que tenemos que cooperar", ha justificado el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, tras la reunión de los ministros con la alta representante.

Adiós a Kerry

Con la reunión de ministros que concluye mañana, el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, se despide de la OTAN. La estrategia que marcará la nueva Administración en una organización siempre liderada por Washington suscita más de una incógnita en la Alianza Atlántica. Kerry ha querido adoptar un tono institucional y evitar controversias. "Estoy absolutamente convencido de que la próxima Administración [de Trump] mantendrá el compromiso con los principios de la OTAN; creo que el sentido común prevalecerá", ha expresado al término de la reunión de ministros de Exteriores.

El ministro español, Alfonso Dastis, ha mantenido una reunión bilateral con Kerry para hablar de la relación bilateral. También con su homólogo turco, Mevlüt Cavusoglu.

Las dos organizaciones se dividirán el trabajo en áreas. La Alianza se ocupará de supervisar las amenazas en el ámbito militar, mientras la UE se centrará en el ámbito civil (seguridad de las infraestructuras, combate a la desinformación…). “Hay mucho margen para la cooperación. Hay que dar resultados concretos de manera discreta”, instó el embajador estadounidense ante la OTAN, Douglas Lute. A la vista del impacto que logran algunas de estas estrategias –con la diseminación de rumores falsos por redes sociales o con ciberataques a puntos sensibles como la Comisión Europea-, tanto Europa como la Alianza tienen aún mucho que hacer para controlar las amenazas.

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Ejercicios militares

Ambas instituciones comenzarán a coordinar ejercicios militares (en el caso de la UE son simulaciones de crisis) desde el año próximo. Los que realice la OTAN (por ejemplo, los vinculados a ciberamenazas) contarán con un observador de la UE y viceversa. La Alianza liderará esa estrategia el año próximo y la Unión, en 2018.

Más allá de los ámbitos concretos, la mera colaboración entre dos organizaciones que han vivido de espaldas durante años ha tenido que superar muchos recelos. En primer lugar, por parte de los llamados países neutrales, que forman parte de la UE pero no de la OTAN y que ven en esta estrategia un modo de acceder a la Alianza por la puerta de atrás. Son Austria, Irlanda, Suecia y Finlandia, aunque la cercanía de estos dos últimos respecto a Rusia ha reforzado su deseo de acercarse a la Alianza en los dos últimos años.

Chipre, también ajeno a la organización, plantea problemas pero por el lado turco. Ankara, integrante de la OTAN, recela de reforzar la cooperación con la UE porque no quiere compartir información con Chipre (los dos países están enfrentados por el conflicto que dividió al país en dos tras la ocupación en 1974 del norte de la isla por fuerzas turcas). La mala relación entre Turquía y la UE puede amenazar este intento de cooperación europea con la OTAN. "Las relaciones son complejas, pero fundamentales para las dos partes", ha argumentado Mogherini en referencia a las tensiones entre Bruselas y Ankara. El documento aprobado alude a la necesidad de compartir "información crítica".

Tras la reunión con la representante europea, los ministros de Exteriores dedicarán la cena a la enésima discusión sobre Rusia, un país al que consideran responsable de muchas de estas maniobras de lo que denominan guerra híbrida (sin los elementos convencionales de un ataque). Al mismo tiempo, los aliados saben que es crucial mantener el diálogo abierto con un país cuya influencia internacional es indudable (en Siria, pero también en el seno de Europa). La OTAN intentará celebrar en breve otra reunión del Consejo OTAN-Rusia, el órgano que reúne a los dos bloques y que permaneció inactivo en el periodo posterior a la anexión de la península ucrania de Crimea por parte de Rusia.

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Sobre la firma

Lucía Abellán
La redactora jefa de Internacional de EL PAÍS ha desarrollado casi toda su carrera profesional en este diario. Comenzó en 1999 en la sección de Economía, donde se especializó en mercado laboral y fiscalidad. Entre 2012 y 2018 fue corresponsal en Bruselas y posteriormente corresponsal diplomática adscrita a la sección de España.

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