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¿Quiénes son los rebeldes de Alepo?

Entre 4.000 y 8.000 armados de 40 grupos insurrectos forman el último reducto opositor

Varias ambulancias estacionadas en la zona de evacuación. AMMAR ABDULLAH (REUTERS) / VÍDEO: REUTERS-QUALITYFoto: atlas
Natalia Sancha

El frágil pacto, alcanzado a contra reloj y negociado entre potencias internacionales, Moscú-Ankara, estuvo apunto de descarrilar este miércoles cuando topó con la letra pequeña que exigieron los actores locales que desde hace más de un lustro combaten en el frente: insurrectos y Ejército sirio. Lejos de componer un frente homogéneo y común, el bando rebelde de Alepo cuenta con más de 40 facciones armadas de entre 100 a 1.500 combatientes cada una. Pujados por la necesidad bélica en Alepo, estas facciones se han agrupado en dos principales coaliciones: Jeish el Fatá (Ejército de la Conquista) y Fatá Haleb (Conquista de Alepo). En ambas, se impone el ala conservadora salafista. Varias de ellas han sido acusadas de cometer crímenes de guerra durante los cuatro años que controlaron el hemisferio oriental de la ciudad.

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Arranca la evacuación de civiles en Alepo

La cifra tanto de civiles como de combatientes en Alepo es objeto de controversia. Los cálculos iniciales de la ONU cifraron en 250.000 el número de civiles, de los cuales habrían salido 80.000 en la última semana, y en 8.000 el de combatientes rebeldes. Sin embargo, la televisión estatal siria cifró este jueves en 9.000 el remanente de vecinos en el Alepo oriental y en 4.000 el de opositores armados.

Según el cálculo del enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, un 12% de los insurrectos serían yihadistas de Fatá al Sham. Esta antigua filial de Al Qaeda que, a pesar de cambiar de envase, sigue presente en la lista de grupos terroristas de Europa y Estados Unidos. Dos organizaciones paraguas, Jeish el Fatá y Fatá Haleb, aglutinan a estas facciones en el Alepo este, que contarían con entre 4.000 y 8.000 combatientes.

Jeish el Fatá (Ejército de la Conquista) reagrupa a seis de los grupos más radicales entre los que destacan Fatá al Sham y Ahrar al Sham.

Frente Fatá al Sham: Los expertos estiman que este grupo yihadista cuenta con unos 1.000 hombres en Alepo que responden al líder Abu Mohamed el Jolani. Entre 10.000 y 15.000 combaten en toda Siria, el 30% de ellos, extranjeros. Al Qaeda en Siria ha cambiado de nombre primero a Frente Al Nusra para más tarde pasar a llamarse Fatá al Sham en un intento de limpiar su imagen. En mayo de 2012, la filial terrorista llevó a cabo los primeros atentados suicidas en Siria, en los que mató a 55 personas e hirió a otros 400 en la capital. Inicialmente fuertes en el noreste del país, en 2014 perdieron Raqa a manos del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés), escisión de Al Qaeda y competidor ideológico.

Hombres de Jeish el Fatá (Ejército de la Conquista) en la provincia de Idlib, en diciembre de 2015.
Hombres de Jeish el Fatá (Ejército de la Conquista) en la provincia de Idlib, en diciembre de 2015.
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Ahrar al Sham: Coalición de varios grupos de corte islamista y salafista lideradas por Abu Ammar al Omar y una de las principales fuerzas armadas insurrectas en Idlib. Entre 10.000 y 15.000 milicianos luchan en sus filas, entre 800 y 1.000 en Alepo en alianza con Al Qaeda.

Fatá Haleb (Conquista de Alepo) es la segunda coalición, con una treintena de grupos armados que incluye a moderados del Ejército Libre Sirio (ELS) como la División de Infantería 101, pero donde predomina el liderazgo armado de islamistas y salafistas como Nour al Din al Zinki, el Frente al Shamia, o Jeish el Islam (Ejército del Islam).

División de Infantería 101: facción que pertenece al Ejército Libre Sirio, nacido al principio de la contienda cuando varios generales desertaron del Ejército regular. Contaría con escasos cientos de hombres en Alepo. Compuesto por sirios, pertenece al espectro moderado de la oposición que se levantó tras la represión de las manifestaciones populares.

Nour al Din al Zinki: cuentan con entre 1.000 y 1.200 hombres en Alepo, donde surgió el grupo a finales de 2011 bajo el liderazgo del jeque Taufik Shahabudín. Facción de corte islamista, estaría financiada por Ankara y compuesta por locales sirios.

Guerrilleros de Nour al Din al Zinki en la ciudad siria de Al Rai, el pasado septiembre.
Guerrilleros de Nour al Din al Zinki en la ciudad siria de Al Rai, el pasado septiembre.Khalil Ashawi (REUTERS)

Jeish el Islam: contaría con unos 500 hombres en Alepo. Es la agrupación paraguas de varios grupos de corte islamista y salafista. Supone la principal fuerza de oposición en la periferia de Damasco. Tras el asesinato de su líder, Zahran Alloush, le reemplazó Mohamed Alloush. Tienen entre 20.000 y 25.000 combatientes. Entre sus bastiones están Duma y Guta Oriental, en la periferia de Damasco.

Frente Shamia: surge a finales de 2014 en Alepo donde contaría con unos 800 hombres. Se trata de una alianza de varios grupos de corte salafista bajo las órdenes de Abu Amer, nombre de guerra. Combaten contra las tropas regulares sirias y contra las milicias kurdas en Alepo.

Financiación de actores regionales

“Turquía respalda a Nour al Dine Zinki y Ahrar al Sham. Ambos disponen de misiles antitanques BGM-71 TOW guiados y de fabricación estadounidense, lo que induce a que también han recibido apoyo de los norteamericanos”, explica en un correo electrónico el analista militar sirio Mohammed S. Alftayeh. “Mientras que nadie clama apoyar a Fatá al Sham, la mayoría de analistas están de acuerdo en que es Qatar su principal valedor, el mismo que les animó a desvincularse de la marca Al Qaeda”, añade. Según Alftayeh, Jeish al Islam, el grupo más importante en la periferia de Damasco aunque residual en Alepo, recibe apoyo de Riad. En cuanto a la presencia de rebeldes moderados del ELS, el experto sirio asegura que “es muy reducida y limitada en Alepo”.

La radiografía actual del bando opositor en Alepo responde a la progresiva absorción de los combatientes del ELS que han visto vaciarse sus filas de los antaño moderados que hoy buscan venganza por los indiscriminados bombardeos de la aviación siria y rusa sobre civiles por un lado, y atraídos por el flujo de recursos llegados de las monarquías del Golfo y Turquía por otro. Unos recursos limitados que han provocado también enfrentamientos entre las diferentes facciones, como los que llevaron a las armas el pasado noviembre a milicianos del grupo Fastaqin, afiliado del ELS, en contra de los más conservadores de Nour al Din al Zinki.

Entre el puzle insurrecto, unos 130.000 a 250.000 civiles, según las fuentes, han permanecido cercados por las tropas regulares sirias durante más de cuatro meses. Un cerco en el que han participado los grupos rebeldes más radicales prohibiendo la huida a civiles a quienes han usado como escudos humanos. Testimonios que refrendan varios de los 80.000 vecinos que han logrado huir a zona bajo control del Gobierno en la última semana y tal y como denuncia la ONU, quien les acusó de abrir fuego contra familias que intentaban escapar de los combates. Y sin embargo, parte de la población civil apoya a quienes consideran como sus "hermanos sirios que luchan por una Siria mejor y la caída de El Asad". A la inversa, centenares de activistas, trabajadores sociales, rescatadores y personal médico que han conformado la magra espina dorsal de una población desprovista de todo, temen hoy ser encarcelados, o ejecutados, si cruzan los controles del Ejército sirio.

Crímenes de guerra en el Alepo rebelde

N.S- Beirut

Tras casí seis años la guerra siria se ha cobrado ya más de 312.000 vidas, cerca de la mitad de ellas de civiles, según cifras proporcionadas por el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos. La resolución 2139 adoptada por el Consejo de Seguridad de la ONU el 22 de febrero de 2014 insta a todas las partes del conflicto sirio a respetar las leyes humanitarias internacionales y por ende la protección de los civiles que no participan en las hostilidades.

Partida en dos desde 2012, la población de la Alepo oriental quedó bajo las leyes, no siempre unánimes, de los diferentes grupos opositores. Amnistía Internacional denunció el pasado mes de julio en un informe los crímenes de guerra cometidos por varias facciones rebeldes. "Hoy en Alepo e Idlib, los grupos armados tienen carta blanca para cometer crímenes de guerra y otras violaciones de la ley humanitaria internacional con impunidad. Sorprendentemente, hemos documentado el uso por parte de grupos armados de los mismos métodos y torturas que son habitualmente empleados por el Gobierno sirio", reza el informe.

Los testimonios de víctimas denuncian a  facciones como Nour al Din al Zinki, Frente al Shamia, División 16, Fatá al Sham y Ahrar al Sham. Además de ejecuciones por adulterio o ataques a homosexuales, se encuentran otros casos más mediatizados como el del joven Abdulá Issa. Con tan sólo 12 años, el menor fue acusado de espía y públicamente decapitado por milicianos de Nour al Din al Zinki. A las ejecuciones dentro del perímetro rebelde se suma la lluvia de morteros que en el último mes ha matado a más de 140 civiles en los barrios residenciales de la Alepo occidental y bajo control del régimen.

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