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La corrupción golpea los ayuntamientos de Roma y Milán

Detenido el hombre de confianza de la alcaldesa de Roma mientras el regidor lombardo es investigado

La alcaldesa de Roma, Virginia Raggi, el pasado junio.
La alcaldesa de Roma, Virginia Raggi, el pasado junio.Gregorio Borgia (AP)

La corrupción golpea con fuerza y a la vez los ayuntamientos de Roma y Milán. Raffaele Marra, jefe de personal del Ayuntamiento de Roma y uno de los colaboradores más cercanos de la alcaldesa, Virginia Raggi, ha sido arrestado por haber recibido presuntamente un soborno del constructor Sergio Scarpellini, que también ha sido detenido. Los hechos tuvieron lugar durante el mandato del alcalde posfascista Gianni Alemanno (2008-2013), del que Marra –ex oficial de la Guardia de Finanza—también fue hombre de confianza. Por su parte, el alcalde de Milán, Giuseppe Sala se ha “autosuspendido” como alcalde de Milán tras conocer que figura como investigado por una caso de corrupción durante su gestión como comisario de la Expo2015. Al parecer, el hasta ahora alcalde estaría acusado de favorecer a determinadas empresas en los concursos de adjudicación de las obras de la Exposición.

 En el caso de Roma, la detención de Raffaele Marra supone un golpe para la alcaldesa Raggi, quien había defendido a su jefe de personal frente a quienes, como Beppe Grillo, el fundador del Movimiento 5 Estrellas (M5S), pedían su dimisión después de que L’Espresso sacara a la luz sus turbios manejos durante el Gobierno de Alemanno. Según el semanario, Marra era el auténtico “alcalde en la sombra” de Roma, dada la inexperiencia de la alcaldesa del M5S, una joven abogada que llegó a la alcaldía el pasado mes de junio después de que la dimisión del anterior Ignazio Marino, dejara la ciudad en manos de un comisario nombrado por el Gobierno de Renzi.

Según la fiscalía de Roma, que encargó a los Carabinieri, la detención del jefe de Personal de Roma, Raffaele Marra habría recibido comisiones de la constructora del también detenido Sergio Scarpellini y, mediante tráfico de influencias, habría comprado junto a su esposa inmuebles a precios muy por debajo del mercado. La investigación de L’Espresso, gracias a la cual se puso en marcha la fiscalía de Roma, vincula además a Marra con personajes investigados o detenidos por su relación con Mafia Capital, una red criminal de políticos y empresarios que, gracias a la complicidad de funcionarios municipales, se quedaba con los mejores contratos. La organización mafiosa estaba dirigida por un viejo terrorista de extrema derecha y un empresario de izquierdas que habían logrado lucrarse incluso con las ayudas a los refugiados.

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