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Portugal despide a Soares con rosas rojas y amarillas

Felipe VI asiste a los solemnes funerales por el “padre de la democracia” lusa

El rey Felipe VI saluda a Isabel Soáres, hija del expresidente portugués Mario Soáres durante su funeral. Miguel A. Lopes EFEFoto: atlas

Cazas sobrevolando el cielo, cañonazos desde el Tajo, caballos enjaezados, música y discursos en el Monasterio de los Jerónimos...Portugal ha despedido este martes a Mário Soares, expresidente, exprimer ministro, pero sobre todo, el hombre que luchó contra la dictadura fascista y después contra el deslizamiento de la Revolución de los Claveles hacia otra dictadura. El primer funeral de Estado desde 1970 solo quebró su estricto protocolo con las rosas rojas y amarillas que la gente llevó en señal de duelo.

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Día a día, las rosas rojas y amarillas ganaron presencia en el adiós a Soares. Rojas, como símbolo de la revolución y del partido que fundó, amarillas, porque eran las preferidas de su mujer, María Barroso, que falleció hace año y medio, y que ha sido muy recordada en la ceremonia de los Jerónimos.

Al claustro imperial del monasterio han acudido las autoridades extranjeras y del país para celebrar el funeral de Estado. Entre los jefes de Estado, el rey de España, Felipe VI, el presidente de Brasil, Michel Temer, los presidentes de Cabo Verde y de Guinea Bissau, y el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, entre otras personalidades. “Con su muerte, Portugal y la Unión Europea perdieron un estadista imponente: un visionario, un pragmático, un reformista, un luchador y un demócrata", ha declarado Schulz.

Junto a las autoridades, una fuerte representación de los diferentes partidos socialistas europeos, africanos y latinoamericanos. En sus palabras, el hijo de Soares, João, ha recordado la convivencia de su padre con líderes socialistas como Willy Brandt, François Mitterrand y Felipe González.

El expresidente español, que coincidió con Soares en varios años de sus Gobiernos y que consiguieron a la vez la adhesión a la Union Europea en 1985, ha recordado la figura del político luso: “Soares va a ser siempre un referente por su pensamiento político, pero también por su coraje, por su pasión por la libertad y la justicia social”, señaló González.

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“Nuestro padre era nuestro héroe”, ha recordado Isabel, hija del político, mientras que su hermano João ha relatado la docena de encarcelaciones que sufrió y la sonrisa con que recibía siempre a la familia cada vez que le visitaban unos minutos, separados entre rejas. Desde India, donde está de viaje oficial, el primer ministro António Costa, dijo: “Soares luchó por una Europa de las comunidad de los valores y de las ideas. Hizo reformas que cambiaron el país y para mejor”. El actual secretario general del PS añadió: “Soares fue la voz y el rostro de la libertad”.

El presidente del Parlamento, Eduardo Ferro Rodrigues, ha recordado que, aunque del mismo partido, muchas veces no estuvieron en el mismo lado, “aunque la mayoría de las veces él tenía razón”. E identificó a Soares con las palabras de Beltroch Brecht: “Hay hombres que luchan un día y son buenos, hay otros que luchan un año y son mejores, pero hay otros que luchan toda la vida, y esos son imprescindibles. Soares era uno de ellos”.

La ceremonia oficial se ha cerrado con las palabras del presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, quien recordó la portugalidad del político, “un singular humanista”, “un visionario”.

Pantallas gigantes de televisión han transmitido las imágenes en varios lugares de la ciudad. Entre el público anónimo que seguía la ceremonia se sonsacaban adjetivos para definir a Mário Soares, “valiente”, “entrañable”, “corajoso”, eran los más comunes junto a una cualidad muy apreciada en Portugal: “gustaba de la vida”, “amor por la vida”; pero fue una antigua compañera de trabajo de Soares quien le ha distinguido por algo que nunca había tenido: “no era cínico”.

Por segunda vez en dos días, un carro de caballos blancos ha recorrido este martes las calles de Lisboa con los restos mortales del político. A diferencia del día anterior, las personas que esperaban el paso de la comitiva portaban flores rojas y amarillas. El momento más emotivo se ha dado cuando el carro ha pasado por delante de la sede del partido, donde una multitud ha parado el carruaje y ha lanzado las flores sobre el féretro del político, ya camino del cementerio de los Placeres, donde iba a ser enterrado en el nicho 3820, el mismo que María Barroso, su compañera durante más de 60 años, la mujer que gustaba de las rosas amarillas.

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