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Medidas sociales para un país más diverso

El mandatario demócrata deja una herencia de iniciativas para un Estados Unidos más justo e igualitario

El presidente Barack Obama dio las gracias en su despedida pública, el martes en Chicago, a su esposa y primera dama Michelle Obama por “hacer de la Casa Blanca un lugar para todos”. La apertura del edificio presidencial a estadounidenses de todos los orígenes, edades y religiones ha sido, además de un gesto sin precedentes, una extensión de lo que el mandatario demócrata ha hecho con su presidencia, que deja un legado de medidas sociales acordes con los cambios del país durante su mandato.

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Más allá de su respaldo al matrimonio igualitario, Obama ha sido el primer presidente que ha apoyado abiertamente decisiones como la inclusión de medidas para abaratar los anticonceptivos en su reforma sanitaria o la ley de derecho al aborto; una normativa federal para la igualdad salarial entre hombres y mujeres y otra contra la violencia doméstica; una campaña en contra de las agresiones sexuales, proponer una reforma de la regulación de las armas o designar a dos mujeres como juezas del Tribunal Supremo. Un legado que no está nada claro que sobreviva en su totalidad a la era de Donald Trump.

Las mujeres de Obamacare

El presidente defendió el derecho de las mujeres a decidir sobre su salud al incluir apartados específicos en la reforma sanitaria que garantizan el acceso a los anticonceptivos. Las demandas judiciales más difíciles a las que se ha enfrentado la reforma sanitaria partieron del rechazo a este acceso, que Obama ha defendido en una apuesta sin precedentes y cediendo únicamente para permitir la objeción de organizaciones religiosas.

El control de armas

Desde 2011, EE UU ha sufrido una gran matanza por armas de fuego en cada año de la presidencia de Obama. Desde el tiroteo en Arizona, ese mismo año, en el que la congresista Gabrielle Giffords resultó gravemente herida, hasta la matanza en la escuela infantil de Newtown (2012), el mandatario se ha mostrado abiertamente partidario de la regulación del sector de las armas, algo que coincide con el cambio de postura entre los ciudadanos. Esa reforma nunca salió adelante por la oposición republicana, pero Obama pasará a la historia por ser el primer mandatario que planteó cambiar estas leyes y desafió la fuerza del lobby de las armas.

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Los otros soñadores

Obama se marcha sin haber visto entrar en vigor una reforma migratoria que creció en apoyo ciudadano conforme avanzaba su presidencia, pero que desde 2014 ha podido cambiar la vida de cerca de un millón de jóvenes conocidos como dreamers, que entraron ilegalmente en el país siendo niños y han crecido y estudiado en EE UU.

El matrimonio igualitario

Mientras la postura del demócrata “evolucionaba”, según él, acerca del matrimonio igualitario, el país registró en apenas unos años un giro drástico en el apoyo ciudadano a los derechos de los homosexuales. Obama fue el primer mandatario en negarse a defender en los tribunales leyes federales por considerarlas discriminatorias, en decir que “debería ser legal” que los homosexuales pudieran casarse y en declarar este derecho “una victoria para América” el mismo día que la Casa Blanca se tiñó con los colores del arcoíris tras la decisión del Tribunal Supremo (2015).

Respuesta al racismo

La llegada del primer afroamericano a la Casa Blanca fue interpretada por muchos como el inicio de una era posracial que la realidad ha mostrado aún incipiente. Desde la muerte del joven Trayvon Martin en 2012 —“Podría ser mi hijo”, dijo— hasta la de nueve afroamericanos en una iglesia de Charleston —a la que reaccionó cantando el himno Amazing Grace—, el mandatario se ha visto empujado a hablar de un racismo que ha intentado combatir también por otras vías. La estrategia demócrata ha abarcado desde la reforma del sistema judicial para rebajar las sentencias por posesión de drogas, renunciar al uso de prisiones privadas y destinar el mayor número posible de cargos judiciales a profesionales de minorías raciales, que tuvo como broche la llegada de dos mujeres más —incluida la primera hispana— al Tribunal Supremo.

¿Mi pelo es como el tuyo?

El legado de Obama que más impronta dejará en muchos ciudadanos también quedará grabado en el imaginario de una generación para la que la palabra presidente ha sido sinónimo de Obama desde que nació. Es el presidente que se sentó en el autobús de Rosa Parks, símbolo de la segregación racial, y el que miró al cielo para apreciar el monumento a Martin Luther King en Washington. Pero de entre todas las imágenes y anécdotas que pasarán a la historia en el retrato de la presidencia del demócrata, él siempre ha mostrado preferencia por una instantánea en la que se agacha para dejar que un niño afroamericano le toque el pelo. Le acababa de preguntar si era como el suyo. Obama pidió que la imagen permaneciera enmarcada hasta el final de su presidencia.

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