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España entrega a México al segundo detenido de los Porkys de Veracruz

Diego Cruz, acusado de violar a una menor de edad con su grupo de amigos, será juzgado en su país

Foto: Diego Cruz, uno de los Porkys de Veracruz. / EFEVídeo: VIDEO EL PAÍS
Elena Reina

España ha entregado este jueves a Diego Cruz, después de siete meses de batalla legal para culminar la extradición. El joven, de 21 años, está acusado de violar a una menor de edad en Veracruz junto a su grupo de amigos, más conocidos como los Porkys. Las autoridades españolas han hecho el traspaso a las mexicanas en el Aeropuerto de Madrid-Barajas. Y Cruz, que confiaba en su doble nacionalidad, en vivir en tranquilo y libre del otro lado del Atlántico, es el segundo detenido por el crimen que irritó a México y cuya investigación llegó a convertirse en una cuestión de Estado.

Él y su defensa intentaron por todos los medios no llegar a este final, no subirse nunca a ese avión. Todo comenzó para Cruz en abril del año pasado, cuando las cabezas de él y sus tres amigos, empezaban a tener un precio. La indignación generalizada por la impunidad de los más ricos acabó permeando en las altas esferas políticas y algo que parecía un suceso local, una violación en Veracruz, se convirtió en el crimen nacional. Y Daphne Fernández —la menor abusada por ellos—, el símbolo del torrente de víctimas de abusos sexuales en el país. Cruz huyó de México en el momento más tenso. Pudo hacerlo, pese a que existía una orden de detención en su contra: subió a un avión y escapó de las fronteras mexicanas. La indignación se disparó.

La Fiscalía mexicana emitió las fichas rojas de la Interpol para dar con él. En junio del año pasado fue encontrado en España. Estaba con unos amigos de fiesta y cuando lo capturaron intentó mentir sobre su identidad e insistió en su nacionalidad española. No le sirvió de nada, como era de esperar, y los tribunales ratificaron varias veces la orden de extradición a México. Siete meses después, Cruz pisará tierras mexicanas y será juzgado en ellas por pederastia tumultuaria —se le acusa de actuar en grupo—, un delito que en Veracruz está penado de 12 a 40 años de cárcel.

El origen del mote de la banda de Los Porkys

Los Porkys de la Costa de Oro, hijos de familias adineradas en Veracruz, que se paseaban exhibiendo su poder por las zonas más exclusivas de la entidad como auténticos mirreyes, fueron bautizados con el mote por su parecido con aquellos Porkys de Xalapa que marcaron el imaginario colectivo de los veracruzanos en los años noventa y principios de los 2000. Todos juniors o mirreyes, chicos de familias poderosas e influyentes de la región, hijos de empresarios y políticos, fueron señalados por la comisión de un crimen y exonerados después de las consecuencias penales. Aquellos mataron a un joven a golpes y, como los actuales, pese a estar implicados en el caso, lograron sortear la Justicia y cruzar las fronteras.

Tres de los cuatro Porkys —uno de ellos fue exonerado desde el principio— figuraron entre los más buscados de México en la primavera del año pasado.Y aunque para los amigos todo comenzara ahí, es necesario remontarse un año atrás: la noche del 2 de enero de 2015. Ese día Los Porkys, hijos de familias adineradas de Veracruz, salían de una discoteca. Se subieron a un coche negro, propiedad del padre de uno de ellos, y obligaron a la víctima a acompañarles. En la parte trasera del vehículo, Cruz y otro amigo, Jorge Cotaita, abusaron de Daphne Fernández, según la víctima. Y al llegar a la casa del cabecilla de la pandilla, Enrique Capitaine, hijo de un exalcalde veracruzano, la chica fue violada.

Diego Cruz el segundo detenido de los de los cuatro implicados en el caso contra la menor Daphne Fernández. Dos siguen en libertad. Enrique Capitaine, el cabecilla del grupo, fue el primero en ser capturado en mayo de este año. El único que queda prófugo de la pandilla es Jorge Cotaita, quien junto con Cruz, está acusado también de pederastia agravada. Pero, además, Cotaita estuvo implicado en la muerte de Jonathan Peña Yáñez, un corredor de 35 años que falleció atropellado el 24 de abril de 2013. Su hermano Hugo Calderón Yáñez, contó por teléfono a EL PAÍS que después de insistir en que se investigara el caso recibió amenazas de muerte y tuvo que mudarse con su familia a otro municipio

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El cuarto, Gerardo Rodríguez, que conducía el coche en el que abusaron de la joven, quedó desde el principio libre de cargos, precisamente por ser sólo un "mero testigo" de los hechos. Y aunque Capitaine fue señalado por la joven como el que la violó y, según la declaración de la víctima, los demás sólo abusaron de ella, Cruz y Cotaita se enfrentan, no obstante, al delito más grave al cometer el abuso en grupo. De momento, sólo Capitaine y Cruz se enfrentarán a la Justicia.

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Sobre la firma

Elena Reina
Es redactora de la sección de Madrid. Antes trabajó ocho años en la redacción de EL PAÍS México, donde se especializó en temas de narcotráfico, migración y feminicidios. Es coautora del libro ‘Rabia: ocho crónicas contra el cinismo en América Latina’ (Anagrama, 2022) y Premio Gabriel García Márquez de Periodismo a la mejor cobertura en 2020

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