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Dos socios al descubierto

Samark López, el empresario socio del vicepresidente Tareck El Aissami, se hizo millonario tras ser director de Planificación del Gobierno de Mérida

Samark López en una imagen de su web.
Samark López en una imagen de su web.samarklopez.org

Era un secreto a voces en Venezuela hasta que este lunes una dependencia oficial ha confirmado la relación entre el vicepresidente Tareck El Aissami y el empresario Samarck José López Bello, quien ha sido incluido junto al funcionario venezolano en la lista negra de la Oficina de Control de Recursos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés) -una dependencia del Departamento del Tesoro de Estados Unidos-, por sus supuesta relación con el narcotráfico y prácticas de lavado de dinero.

Una nota de prensa de la OFAC afirma que López, nacido en julio de 1974, “ha proporcionado asistencia material y financiera en bienes y servicios para apoyar en las actividades de tráfico de sustancias ilegales actuando por o en nombre de El Aissami”. Economista y empresario venezolano del sector alimentario y de la construcción, López trabajó como director de Planificación del Gobierno de Mérida (oeste de Venezuela), la provincia de donde es oriundo el vicepresidente. A partir de ese momento forjó un espectacular ascenso que lo convirtió en un hombre poderoso. Hasta hoy de él solo se hablaba en susurros.

López, siempre según la OFAC, supervisa una red internacional, compuesta por compañías de petróleo, distribución, ingeniería, telecomunicaciones y compañías de activos, que tiene contratos con el Gobierno venezolano. 13 de ellas han sido bloqueadas tras la medida anunciada por Washington.

Su nombre se dio a conocer por primera vez en Venezuela en el año 2009, cuando una concejala de la provincia denunció que una de sus empresas, Grupo Sahect, era la responsable de que caducaran toneladas de alimentos básicos importados por la estatal Pdval. López sobrevivió a ese escándalo, aunque comenzó a ser señalado por la prensa local. Todos apuntaban a una idea que hoy suscribe la OFAC: el empresario era utilizado como testaferro por el vicepresidente para amasar una fortuna. “También maneja los arreglos comerciales y financieros que generan beneficios significativos a El Aissami”, afirma esta dependencia del Departamento del Tesoro.

La página web Poderopedia asegura que López es el responsable de la compra de la Cadena Capriles (hoy Grupo Últimas Noticias), que hasta que fue vendido poseía tres exitosas cabeceras periodísticas: los diarios populares Últimas Noticias y Líder en Deportes y el económico El Mundo. Esta adquisición fue la primera de una serie de operaciones que acabaron con el poder de la prensa tradicional en Venezuela y se colocó al servicio del régimen bolivariano.

Fue la primera compra de un gran medio que se vincula al vicepresidente. Desde que llegó al Gobierno del Estado de Aragua, en 2012, El Aissami se propuso invertir en el negocio de la televisión para procurarse una imagen de político exitoso. En los últimos tiempos, a través del productor de televisión Esteban Trapiello, mejoró la red estatal de medios audiovisuales e invirtió en un poderoso canal, llamado La Tele Tuya, que hoy transmite en exclusiva los grandes eventos deportivos de Venezuela.

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En la base de datos del Instituto Venezolano de Seguros Sociales, Samarck López aparece como empleado de Profit Corporation, una empresa de ingeniería, que ha obtenido contratos en el área de hidrocarburos y el sector eléctrico y que es una de las 13 sancionadas por la OFAC. Según el organismo cobra un salario de 46.890,17 bolívares mensuales (unos 12 dólares, según la tasa de cambio del mercado negro). La información oficial trata de desviar la atención sobre el verdadero poder acumulado por López, hijo de una pareja de educadores que trabajaron en el Estado de Delta Amacuro, en el extremo oriente de Venezuela, uno de los más pobres del país. Su ascenso, en cualquier caso, también coincide con el poder creciente que ha acumulado el vicepresidente luego de la muerte de Hugo Chávez. Se las ha arreglado para ser el escudero de Maduro en medio de la peor crisis económica de la historia republicana de Venezuela.

El largo camino que desembocó en las sanciones anunciadas por Washington contra El Aissami empezó en 2010, según fuentes consultadas por este diario. Poco antes, en agosto de 2009, fue capturado el narcotraficante venezolano Walid Makled en la frontera con Colombia. Makled aseguró, en entrevistas concedidas a la prensa colombiana tras su detención, que los cargamentos pasaron sin supervisión por Venezuela hacia su destino final gracias a un pacto con El Aissami, entonces viceministro del Interior.

Se desconoce si esas afirmaciones fueron ratificadas en el juicio, que se celebró sin presencia de público, y culminó en una condena de 15 años de prisión para el capo. El alto funcionario negó una y otra vez esas acusaciones calificándolas de infamias y de ser en realidad una represalia contra Venezuela por expulsar a la DEA en 2005. Pero el Departamento del Tesoro dice tener pruebas de que el hoy vicepresidente facilitó el traslado de más de 1.000 kilos de droga en varias ocasiones desde Venezuela hacia Estados Unidos y México, que iban destinadas al cártel de Los Zetas. Además también asegura que brindó protección a otros dos narcotraficantes. En su defensa, El Aissami ha dicho que durante su gestión como responsable de la seguridad del Estado venezolano se capturó a más narcotraficantes que en ninguna otra época.

El Gobierno de Venezuela no había respondido a la decisión estadounidense entrada la noche de este lunes. Quien sí lo hizo fue Samark López a través de su página web, donde asegura ser un empresario “que trae dignidad a la gente”. “El listado no contiene ninguna evidencia fáctica o justificación legal respecto de la razón por la cual Samark López debe ser colocado en ese listado, más allá de que Samark Lopez y Tareck El Aissami se conocen personalmente. El listado parece estar motivado políticamente (…) Samark Lopez ejercerá todos los recursos legales, administrativos y judiciales posibles”, dice.

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