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Mauricio Macri: “Basta de eufemismos, Venezuela no es una democracia”

Durante un encuentro con la prensa previo a su viaje a España, el presidente argentino pide paciencia a quienes se inquietan por sus errores: "No soy infalible, no me creo un dios"

Carlos E. Cué
El presidente Macri comparece ante la prensa española en Olivos.
El presidente Macri comparece ante la prensa española en Olivos.Silvina Frydlewsky

Mauricio Macri busca un papel internacional cada vez mayor en un mundo que ha dado un giro completo desde la victoria de Donald Trump. En ese contexto viaja la próxima semana a Madrid. Durante un encuentro con los corresponsales de la prensa escrita española con motivo de esa visita, el presidente argentino, que esta semana habló con Trump sobre Venezuela y tiene un rol destacado en la estrategia de varios países latinoamericanos para presionar a Nicolás Maduro, fue tajante: "Basta de eufemismos, Venezuela no es una democracia".

Macri ya impulsó, con Brasil y Paraguay, la suspensión de Venezuela de Mercosur. Pero está cada vez más preocupado, aunque no aclara si se va a dar algún paso más dentro de la OEA. "Los argentinos lo vivimos de cerca porque el kirchnerismo nos llevó al borde de chavizar la Argentina y tuvimos que luchar mucho para evitarlo. Sé lo que está sufriendo el pueblo venezolano, creo que lo que hay que seguir es una posición firme, sin eufemismos, diciendo que en Venezuela no se respeta la democracia, los derechos humanos. Ayudaremos donde podamos a que se salga de este conflicto social, político y económico". Para Macri, el país que ha confirmado la condena al opositor Leopoldo López es una "pseudodemocracia". "Nuestra canciller y nuestro Gobierno siempre mostró vocación de tratar de ayudar a un proceso de transición para que se vuelva a elegir democráticamente en Venezuela. Apoyamos el referéndum pero el presidente Maduro se opuso, y ahí estamos".

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El presidente cree que Sudamérica tiene que unirse cada vez más. Por eso llama a fortalecer el Mercosur, el mercado común del que Caracas ha sido suspendida, y avanzar en un acuerdo con la Alianza del Pacifico y la UE. "Hay una oportunidad con el Brexit de acelerar la relación con la UE. Tenemos una actitud muy abierta y de lograr puentes con la mayor cantidad de países y bloques con el mundo". Macri cita al Papa para pedir "tiempo" para ver qué hace Trump, al que conoce mucho porque hicieron negocios juntos, pero admite que "todo está en movimiento, como hace mucho que no se veía en el mundo".

En ese contexto parece clave la visita a España. "Este viaje es muy importante por la historia y afecto entre ambos países, por el afecto que le tengo a España. Ya hay una vía de comunicación con Rajoy, nos conocemos hace años, y esto es importante para relanzar las relaciones después de más de una década de congelamiento".

La única fricción del viaje parece estar en el conflicto del Gobierno argentino con Telefónica, que le acusa de favorecer al Grupo Clarín con las nuevas reglas para el mercado de las telecomunicaciones. "Para nada el asunto de Telefónica puede complicar el viaje", sostiene el presidente. "Estamos lanzando reglas en el mercado de las comunicaciones. Soy optimista. Nosotros queremos que inviertan y mejoren prestación en calidad y precio".

El presidente está en un momento muy delicado, con todos los comentaristas argentinos, los más críticos y los más cercanos, inquietos por una aparente descoordinación del Gobierno que le ha llevado a cometer varios errores. Macri se ha visto forzado a anular un polémico acuerdo por una deuda de 300 millones de dólares que la empresa familiar de los Macri tenía con el Estado argentino desde 2001. "Cuando a uno le toca comenzar a gobernar en un país quebrado, en default y con la inflación a un nivel como la Argentina, en un proceso de estancamiento de cinco años y con elevadísimo déficit fiscal, nada es fácil. Tengamos un poquito de paciencia. Un año y dos meses es muy poco tiempo para sacar conclusiones. Yo nunca dije que era infalible. Si tomamos miles de decisiones vamos a cometer errores. Si hay uno podemos corregirlo", asegura.

Macri incluso apela a su afición por el psicoanálisis, que practica desde hace 20 años, como una forma de buscar una actitud más humilde. "El psicoanálisis te ayuda a conocerte, a no caer en esos que creen que están más allá del bien y del mal y son un dios en la tierra. Esos líderes han hecho mucho daño a su gente". El presidente rechaza la idea de que su imagen se haya visto perjudicada por los escándalos que, desde los papeles de Panamá, en los que apareció, hasta la última crisis por la deuda de la empresa familiar, han acabado en los tribunales. "Más allá que haya denuncias todos los días, en ninguna hay nada real. Cada caso son cuestiones virtuales, no hay hechos concretos, hechos consumados.Denunciar puede denunciar cualquiera, la realidad es que haya hechos concretos", insiste.

Macri quiere convertir la visita a España en un hito de la inversión extranjera, que está tardando más de lo previsto en llegar. El entusiasmo en Buenos Aires es notable y ya han confirmado que viajarán a España más de 200 empresarios argentinos de diversos sectores, en especial alimentación, energía, infraestructura, laboratorios farmacéuticos, turismo, automotriz, software. El presidente comprobará así una vez más algo que parece ser la tónica desde que llegó al poder, esto es que tiene una imagen mejor fuera que dentro de Argentina, aunque aún conserva un fuerte apoyo en las encuestas en su país y sobre todo tiene una oposición muy debilitada.

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