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La policía registra la sede del Frente Nacional por un caso de corrupción

La candidata ultraderechista, Marine Le Pen, es investigada por desvío de fondos en la Eurocámara

Carlos Yárnoz

La policía ha registrado la sede del Frente Nacional en busca de pruebas por el caso del desvío de fondos del Parlamento Europeo. Marine Le Pen, líder del partido ultraderechista y eurodiputada, se negó el mes pasado a devolver los 300.000 euros que le reclama la Eurocámara por empleos ficticios como ayudantes a dos de sus colaboradores. En paralelo, la justicia francesa le investiga desde diciembre por el mismo motivo. El registro se ha producido cuando Le Pen está de visita en Líbano.

Una guardia de seguridad privada, este lunes frente a la sede del Frente Nacional en Nanterre.
Una guardia de seguridad privada, este lunes frente a la sede del Frente Nacional en Nanterre.CHRISTOPHE SIMON (AFP)

La noticia del registro policial, el segundo por casos de corrupción, la difundió el propio partido. En un comunicado, el FN ha asegurado que la iniciativa de los jueces se produce “para enturbiar el buen funcionamiento de la campaña electoral”. A dos meses de las elecciones presidenciales, la candidata Le Pen ganará la primera vuelta en abril, según los sondeos, perderá la segunda en mayo.

Para el partido ultraderechista, la acción policial se ha desarrollado a solo dos meses de las elecciones y precisamente cuando a Le Pen le auguran las encuestas mejores resultados que en anteriores sondeos. Lo cierto, sin embargo, es que el FN es el partido que más casos pendientes por corrupción -media docena- tiene ante los tribunales por malversación y financiación ilegal.

El más reciente ha sido el de sus 23 asistentes en el Parlamento Europeo. En 2015, la Eurocámara tuvo sospechas de que 29 de los 60 contratos con colaboradores de los frentistas eran ficticios. En el caso de Le Pen, la Oficina Antifraude demostró que, en efecto, cobraban pero no trabajaban como asistentes suyos Catherine Griset, su secretaria y luego jefa de Gabinete en París, y Thierry Légier, su atlético y rapado guardaespaldas.

“El Parlamento Europeo nos persigue siempre”, se revolvió la candidata la semana pasada. La Cámara le descuenta la mitad del sueldo para recuperar los 300.000 euros defraudados que no ha querido devolver, mientras un tribunal de París le investiga por presunto “fraude en banda organizada”.

La sospecha de fondo es que el antieuropeísta Frente Nacional utiliza los fondos de la Eurocámara para pagar sueldos de empleados, lograr suculentos ingresos para sus máximos dirigentes -todos ellos son eurodiputados- y beneficiar también a familiares, como ha hecho el candidato de Los Republicanos, François Fillon, con su esposa y dos hijos.

La práctica viene de lejos. Marine Le Pen ya tuvo en 2011 como asistente en Bruselas a su pareja, Louis Aliot, después ascendido a vicepresidente del partido y eurodiputado desde 2014. Le Canard Enchainé ha recordado también que el padre de Marine y fundador del FN, Jean-Marie Le Pen, logró que otra de sus hijas, Yann, fuera contratada entre 2005 y 2009 como asistente por su amigo y eurodiputado Bruno Gollnisch. Y por 7.000 euros al mes.

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Le Pen contrató como asistentes en la Eurocámara a su gualdalespaldas y a su secretaria de París

La Eurocámara prohíbe contratar a familiares directos, pero Jean-Marie Le Pen eludió así la norma. Como familia es, recuerda el semanario satírico, la secretaria Catherine Griset, hermana del exmarido de Marine Le Pen. Una vez más, imposible separar la historia del FN y la de la familia Le Pen.

El partido, y Marine Le Pen, además, es investigado en varios casos de financiación ilegal. Los jueces analizan por presuntos delitos todas las campañas electorales -presidenciales, regionales, locales, europeas…- desde que Marine Le Pen se hizo con el control del partido en 2011.

Entre la media docena de imputados a la espera de juicio, está el tesorero del partido, Wallerand de Saint Just. Las campañas se han financiado en parte con la venta con sobrecostes de material de propaganda a candidatos y grupos de apoyo. Los jueces, además, sospechan que varios prestamistas han usado cantidades aportadas al partido para blanquear dinero.

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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