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Dos soldados de fuerzas de élite turcas huyen a Grecia y piden asilo político

Según medios locales, se trataría de miembros de un comando que pretendía matar al presidente Erdogan durante el golpe de Estado de julio

María Antonia Sánchez-Vallejo
Juicio por intento de asesinato de Erdogan en Mugla.
Juicio por intento de asesinato de Erdogan en Mugla.K. GURBUZ (REUTERS)

Dos soldados turcos, supuestamente miembros de un comando de élite que pretendía matar al presidente Recep Tayyip Erdogan durante el fallido golpe de Estado de julio, han sido detenidos en Grecia tras entrar ilegalmente en el país a través de su frontera terrestre. Según otras fuentes, fueron los dos militares quienes se entregaron voluntariamente a las autoridades griegas en presencia de su abogado. Ambos han solicitado ya asilo político.

Si se confirma la veracidad de los datos, el caso pondría en un serio brete al Gobierno de Atenas, después de que recientemente el Tribunal Supremo rechazara la petición de extradición de ocho oficiales turcos implicados en la intentona golpista que entraron en Grecia a bordo de un helicóptero robado. Las relaciones greco-turcas, tradicionalmente tensas, se han deteriorado en las últimas semanas a causa del rechazo del Supremo a la extradición y el litigio jurisdiccional sobre el Egeo.

Según una exclusiva publicada por el diario Ethnos, los dos uniformados estaban “entrenados para matar” y pertenecen a un comando de fuerzas de élite. Ambos habrían intentado acabar con la vida del presidente Erdogan durante la frustrada asonada del pasado 15 de julio. Otras fuentes se refieren a la unidad especial a la que pertenecen como “Death Platoon”.

A diferencia de los ocho oficiales salvados por la justicia griega, que llegaron al país pocas horas después del golpe, estos dos uniformados lo hicieron el pasado 15 de febrero, cruzando la frontera del río Evros con la ayuda de un traficante de personas de nacionalidad argelina. Dos días después, se presentaron en una comisaría de la cercana localidad de Orestiada explicando que habían entrado irregularmente y que debían ser detenidos. El 20 de febrero presentaron la solicitud de asilo aconsejados por un abogado local. Ese mismo día, se iniciaba en Mugla (Turquía) el juicio sumarísimo contra 47 personas —la mayoría, militares— acusadas de intentar asesinar a Erdogan la noche del 15 de julio, para las que la fiscalía ha pedido sendas condenas a cadena perpetua. La vista fue seguida en el exterior del juzgado por una masa que coreaba “muerte, muerte” para los encausados.

Tensión bilateral por el Egeo

Fuentes del Ministerio de Protección del Ciudadano (Interior) manifestaron a Ethnos que “los gülenistas [seguidores del clérigo Fetulá Gülen, a quien Ankara atribuye el golpe] intentan convertir a Grecia en un campo donde dirimir sus diferencias con Erdogan”. “El Gobierno sigue muy de cerca este asunto y no permitirá que un conflicto interno turco sea transferido a Grecia”, añadieron. Es la primera vez que una fuente oficial helena se refiere a los proscritos como gülenistas. Desde el 15 de julio, más de un centenar de ciudadanos turcos, incluidas familias con niños, ha buscado en Grecia refugio de la purga desatada por las autoridades de Ankara. Más de 41.000 personas han sido detenidas desde entonces.

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El episodio podría añadir más tensión al agitado vaso de las relaciones bilaterales. En los últimos días, una patrullera de la guardia costera turca ha disparado fuego real ante un islote griego del Egeo. Ayer, Ankara aseguró que uno de sus helicópteros había caído al mar junto a Imia (Kardak, en turco), un islote deshabitado en el Egeo en disputa cuya soberanía —y la explotación de sus recursos pesqueros— acercó peligrosamente al abismo a ambos países en 1996.

A las declaraciones del ministro de Exteriores griego, el martes, advirtiendo a Ankara que no cruce la línea roja de la seguridad nacional, se suma el dardo arrojado ayer por el titular de Exteriores turco, que amenazó con “derribar el helicóptero de Panos Kamenos [ministro griego de Defensa]” si a este se le ocurre volver a sobrevolar Kardak (o Imia), como hizo a finales de enero en conmemoración de un siniestro aéreo que a punto estuvo de desencadenar las hostilidades en 1996. El viceprimer ministro turco, Veysi Kaynak, ha echado este jueves más sal a la herida al anunciar que Ankara impedirá con sus fuerzas armadas cualquier intervención griega en el Egeo.

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