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Una pareja blanca condenada a cárcel por amenazas racistas en el cumpleaños de un niño afroamericano

Jose Torres apuntó con una pistola a varios negros y les dijo que les iba a matar

Kayla Norton se disculpó en la última sesión del juicio.
Kayla Norton se disculpó en la última sesión del juicio.Henry P. Taylor (AP)

Jose Torres y Kayla Norton fueron condenados este lunes a 13 y 6 años de cárcel, respectivamente, por insultar y amenazar de muerte a varios afroamericanos durante la fiesta de cumpleaños de un niño. Los jóvenes participaban en una procesión de coches con banderas confederadas, un símbolo de los grupos de supremacía blanca.

Ocurrió en julio de 2015. Varios jóvenes, entre ellos Torres y Norton, atravesaban un suburbio de Atlanta (Georgia) a bordo de camionetas cuando avistaron a varios adultos afroamericanos en el jardín de una casa haciendo barbacoa y a niños jugando en un castillo hinchable. Los jóvenes blancos, supuestamente bajo la influencia del alcohol, aparcaron los coches y un grupo de ellos se dirigió hacia la fiesta de cumpleaños.

Torres y varios más “amenazaron con matar a los afroamericanos mientras les decían insultos racistas”, según documentos del juzgado. Torres, apodado “Joe”, apuntó a varios afroamericanos con una pistola que llevaba consigo. Otros, armados con cuchillos, indicaron que también matarían a los niños. Tras la tensión, nadie resultó herido y los agresores fueron detenidos.

La investigación de las autoridades determinó que los jóvenes blancos, pertenecientes a un grupo denominado “Respeto a la bandera (confederada)”, mantenían conversaciones online de retórica supremacista blanca, llegando a considerar asistir a mítines de grupos radicales como el Ku Klux Klan o Skinheads Nation.

Durante el juicio, Norton, entre lágrimas, pidió perdón a las víctimas por el incidente. “Quiero que sepan que esa no era yo. Esa no soy yo. Nunca me acercaría a ustedes y decirles esas palabras. Lo siento mucho”, dijo la joven. Torres también lloró durante la última sesión del juicio.

Hyesha Bryant, una de las víctimas del ataque que asistió al juicio, aceptó las disculpas pero afirmó que sus palabras habían marcado la vida de sus hijos para siempre.

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Los otros participantes del ataque también se encuentran bajo investigación judicial.

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