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Los perros abandonados por la presidenta surcoreana

Park Geun-hye dejó atrás a sus nueve animales al marcharse la residencia oficial

Macarena Vidal Liy
La expresidenta de Corea del Sur, Park Geun-hye, con algunos de sus cachorros Jindo en 2015.
La expresidenta de Corea del Sur, Park Geun-hye, con algunos de sus cachorros Jindo en 2015.AP

“Si quieres un amigo en Washington, consíguete un perro”: algo así dicen que dijo el presidente estadounidense Harry Truman para quejarse de la falta de lealtad en la vida política. Es un consejo que siguió la presidenta surcoreana, Park Geun-hye. Pero ahora que ha sido destituida y se ha visto forzada a abandonar su vida política, la exjefa de Estado también ha dejado atrás a sus perros, algo que le ha valido una nueva lluvia de críticas.

Son nueve, blancos como el algodón y adorables. Su raza es la Jindo, autóctona de Corea y célebre, según los entendidos, por su valentía y lealtad hacia sus amos. Una lealtad que no se ha visto correspondida, en opinión de los numerosos internautas surcoreanos que se han lanzado a protestar contra una presidenta ya en niveles imposibles de impopularidad.

Los dos primeros entraron en la vida de Park en 2013, como un regalo de sus antiguos vecinos después de que la líder conservadora ganara las elecciones presidenciales y se instalara en la residencia oficial del jefe de Estado en Seúl, la Casa Azul. “Saerong” y “Heemang”, “Nuevo” y “Esperanza”, una hembra y un macho, eran entonces apenas dos cachorros.

El pasado domingo, cuando la presidenta se marchó de la Casa Azul ya caída la noche y acompañada de una comitiva de simpatizantes, los perros no iban con ella

Los dos canes se convirtieron en estrellas en Corea del Sur. Su dueña se dejó fotografiar con frecuencia con ellos, presumiendo de que eran los verdaderos amos de la mansión presidencial. Le gustaba decir que los perros “no traicionan a sus dueños”.

En 2015 tuvieron una primera camada de cinco cachorros, que se entregaron a otros dueños, explica el diario Korea Herald. Este enero nacieron otros siete, ya en medio del escándalo de corrupción que ha costado el puesto a la presidenta. Para entonces, la Asamblea Nacional ya había aprobado la destitución y solo faltaba que el Tribunal Constitucional diera por válida esa decisión, algo que ocurrió el viernes pasado.

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El domingo, cuando la presidenta se marchó de la Casa Azul ya caída la noche y acompañada de una comitiva de simpatizantes, los perros no iban con ella. Un portavoz de la residencia confirmó que los nueve habían quedado atrás y no tendrían acomodo en la residencia personal de Park, en el barrio de clase alta de Gangnam, en el sur de Seúl. “Pensamos entregarlos a gente que los cuidará bien”, afirmó el portavoz.

El anuncio ha suscitado la ira de los amantes surcoreanos de los perros. Una asociación protectora de los animales en Busan, la segunda ciudad del país, ha amenazado con llevar a la expresidenta ante los tribunales por abandono de sus mascotas. Otra organización se ha declarado dispuesta a acoger a los nueve canes hasta que les encuentren familias adecuadas que quieran adoptarlos.

“Hay gente que no le llega a la suela de los zapatos a los perros en lo que se refiere a fidelidad”, ha afirmado en su página de Facebook, según The Korea Times, Park Jie-won, presidente del Partido del Pueblo y nativo de la isla Jindo, de la que es originaria esa raza canina.

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Sobre la firma

Macarena Vidal Liy
Es corresponsal de EL PAÍS en Washington. Previamente, trabajó en la corresponsalía del periódico en Asia, en la delegación de EFE en Pekín, cubriendo la Casa Blanca y en el Reino Unido. Siguió como enviada especial conflictos en Bosnia-Herzegovina y Oriente Medio. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid.

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