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Mercosur aplica la cláusula democrática a Venezuela

Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay exigen a Caracas que respete "la separación de poderes”

Federico Rivas Molina
Los cancilleres Eladio Loizaga (Paraguay), Aloysio Nunes (Brasil), Susana Malcorra (Argentina) y Rodolfo Nin Novoa (Uruguay) durante la rueda de prensa en Buenos Aires
Los cancilleres Eladio Loizaga (Paraguay), Aloysio Nunes (Brasil), Susana Malcorra (Argentina) y Rodolfo Nin Novoa (Uruguay) durante la rueda de prensa en Buenos AiresAFP
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Primero fue la suspensión y ahora la aplicación de la cláusula democrática. El Mercado Común del Sur (Mercosur) aumenta la presión diplomática sobre Venezuela, el último país en sumarse al bloque que integran Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay y hoy sumido en una crisis política que impide “la separación de poderes”. Así lo han entendido los cancilleres de los cuatro países fundadores reunidos de urgencia en Buenos Aires, tres días después de que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) venezolano asumiera las atribuciones legislativas de la Asamblea Nacional, bajo control opositor. La canciller argentina, Susana Malcorra, leyó el comunicado del Mercosur acompañada por sus pares de Uruguay, Rodolfo Nin Novoa, de Brasil, Aloysio Nunes, y de Paraguay, Eladio Loizaga, tras una reunión que se extendió una hora más de los previsto. Dijo que “el Gobierno de Venezuela debe adoptar inmediatamente medidas concretas, concertadas con la oposición, para asegurar la efectiva separación de poderes, el respeto del Estado de Derecho, los derechos humanos y el respeto de las instituciones". Y dio por iniciado el proceso de aplicación de la cláusula, un largo camino de “acompañamiento y búsqueda de soluciones” que, en última instancia, puede terminar con la expulsión de Venezuela del bloque.

Lo cierto es que los países del Mercosur no tienen poder de policía sobre el resto de los socios, pero sí herramientas para intentar reencauzar la situación de un miembro en caso de que este se aleje de los valores democráticos que son la base del tratado de Asunción, firmado en 1991 y piedra fundacional del bloque. Malcorra, en calidad de representante del país que ejerce la presidencia pro tempore del Mercosur, aclaró que la suspensión actual de Venezuela corre por un camino paralelo a la aplicación de la cláusula democrática, decidida este sábado. La primera, vigente desde diciembre del año pasado, tuvo que ver con la demora venezolana en cumplir con pautas comerciales intrabloque; la segunda está relacionada con la calidad democrática de Venezuela, puesta en entredicho tras el fallo del TSJ contra la Asamblea Nacional.

Que el TSJ haya dado marcha atrás en su decisión contra la Asamblea no influyó en la decisión de sus socios sudamericanos. Si bien los cancilleres no hablaron de golpe de Estado, advirtieron que aún hoy Venezuela no respeta la división de poderes, base de un sistema democrático. “Hay una clara incapacidad de la Asamblea de ejercer sus funciones por el permanente uso de la condición de desacato dictada por el TSJ. Si bien en las últimas horas ha mejorado la situación, estamos lejos de demostrar que haya balance de poderes en Venezuela”, advirtió Malcorra. La figura de “desacato”, basada en la presencia de tres diputados acusados de compra de votos ya suspendidos por sus pares, ha servido al TSJ para desconocer cada una de las normas aprobadas por el Parlamento.

Los países del Mercosur participarán de la reunión del lunes convocada por la Organización de Estados Americanos (OEA) con una posición común, aunque aclarando que ni la cláusula democrática del bloque ni la carta democrática del organismo multilateral americano implican una expulsión. “Implican un seguimiento de cerca de la situación, la búsqueda de soluciones, un diálogo, una ayuda para asegurar que los principios democráticos estén totalmente vigentes", dijo Malcorra. “Hay una confusión que desacredita herramientas que hay en América que no se tienen en otras regiones del mundo; son instrumentos que ponen el objetivo del lado de los derechos humanos y el sistema democrático como parte central de nuestros compromisos. Esto no es injerencia, es volver a las bases en las que todos nos hemos comprometido” en el tratado de Asunción, dijo la canciller argentina.

¿Puede entonces la cláusula democrática terminar en una expulsión de Venezuela del Mercosur? Hay para eso un camino por recorrer. El canciller brasileño Alysio Nunes aclaró que la expulsión es, en cualquier caso, la pena máxima de un largo proceso que, en el caso de Venezuela, recién comienza. “La democracia es un pilar fundamental de la creación del Mercosur. Un país que se coloca al margen de la democracia no puede continuar a lo largo del tiempo siendo miembro del Mercosur. Es un proceso que podría llevar a la expulsión, pero espero que eso no suceda", dijo el diplomático.

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La decisión del Mercosur deja un poco más sólo a Venezuela en Sudamérica, una región que ha girado hacia la derecha y ya no es receptivo a las ideas del Socialismo del siglo XXI impulsado desde Caracas. Sólo Ecuador y Bolivia, miembros del Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA) salieron en apoyo de Maduro. En el resto de los países han sido todas muestras de preocupación o rechazo. En un comunicado difundido el viernes, los países del Mercosur más Chile y Colombia, como parte de los países de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), condenaron las decisión del TSJ venezolano. “Esos hechos atentan contra los principios y valores esenciales de la democracia representativa y a la separación, independencia y acatamiento de poderes públicos, pilares del Estado de Derecho”, dice el texto difundido por las cancillerías.

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Sobre la firma

Federico Rivas Molina
Es corresponsal de EL PAÍS en Argentina desde 2016. Fue editor de la edición América. Es licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Buenos Aires y máster en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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