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La avalancha de Colombia deja más de 250 fallecidos

Mocoa ha sido declarada en estado de calamidad para agilizar las operaciones de rescate y de ayuda a las víctimas

Los soldados solombianos rescatan a una niña en Mocoa.Foto: atlas | Vídeo: AP | ATLAS
Ana Marcos

Las víctimas por la avalancha en la ciudad colombiana de Mocoa, la capital del departamento del Putumayo (sur del país), ascienden a 254 muertos y más de 200 heridos, según el último informe facilitado este domingo por la noche por el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, quien ha vuelto a viajar a esta ciudad al sur del país para liderar el operativo de emergencia tras la avalancha del pasado sábado. En un primer momento, Cruz Roja emitió un informe en el que comunicaba 234 fallecidos. El organismo ya ha rectificado esta información. "Más de 80 cuerpos ya han sido identificados para que sus familias puedan celebrar los servicios fúnebres", ha concretado el mandatario. 43 de los 254 fallecidos son niños.

La ciudad ha sido declarada en estado de calamidad para agilizar las operaciones de rescate y de ayuda a las víctimas, con un número indeterminado de desaparecidos y damnificados. La tragedia sucedió la madrugada del sábado, cuando tres de los ríos que pasan por Mocoa, de unos 45.000 habitantes, se desbordaron a causa de las lluvias.

Los heridos ya están siendo atendidos por el personal sanitario que se ha trasladado a la región con la colaboración del Ministerio de Salud y las Fuerzas Armadas. "Los más graves ya han sido evacuados a los departamentos vecinos", ha explicado Carlos Iván Márquez, responsable de la Unidad de Riesgos. "En este momento nuestra prioridad son los desaparecidos. Tenemos un equipo de 400 expertos buscando en terreno, con apoyo de helicópteros y de botes rastreando los ríos". No se descarta que el número de víctimas aumente ya que "hay mucha gente desaparecida", según ha manifestado el presidente colombiano, Juan Manuel Santos. Se ha habilitado la institución Educativa Pío XII para que los vecinos de la zona acudan a reclamar a sus familiares y amigos que aún no aparecen.

"Nos preocupan especialmente los niños", ha dicho Santos, quien ha puesto a cargo de la identificación y asistencia de los menores a su mujer María Clemencia de Santos. "En este momento se han identificado 47 fallecidos, más de una veitena de heridos y aun no tenemos un censo exacto de los que no encuentran a sus padres", ha especificado la primera dama que ya trabaja con el Instituto de Bienestar Familiar en esta tarea.

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La población damnificada está siendo ubicada en tres albergues donde reciben alimentación y agua, una de las carencias más graves después de que los sistemas de acueducto y alcantarillado quedaran completamente inhabiltados por la avalancha de piedras y barro. En este momento 10 carro tanques [camiones cisterna] y generadores de electricidad tratan de suplir la falta de servicios básicos. "Es un problema estructural y vamos a tardar tiempo en resolverlo", ha reconocido el presidente.

La asistencia sanitaria se está organizando con puestos que se instalarán en los albergues. "Hemos recibido 500 kilos de medicamentos", ha especificado Alejandro Gaviria, ministro de Salud, presente en Mocoa. "Para evitar los brotes estamos trabajando con Medicina Legal en una morgue improvisada donde será necesario instalar un cuarto frío con la ayuda de generadores eléctricos", ha explicado. El hospital de la ciudad ya tiene agua y luz.

"Seguimos trabajando en un censo de vivienda para determinar los daños y comenzar con las tareas de reconstrucción", ha concretado Márquez. Se mantiene la ayuda de unos 80 euros durante tres meses para el alquiler a las víctimas que se hayan quedado sin casa. La mañana del domingo una de las vías terrestres que comunica el municipio con el resto del departamento del Putumayo ya ha sido habilitada. El director del Invías, Carlos García, coordina el restablecimiento de los otros puntos viales en Mocoa afectados por las avalanchas.

"Toda la capacidad del Estado está desplegada para apoyar labor humanitaria y de búsqueda y rescate", ha escrito Santos en su Twitter sobre esta tragedia. Desde primera hora del sábado, 1.120 efectivos del Ejército y la Policía trabajan en las tareas de salvamento y rescate de heridos y fallecidos. Más de un centenar de soldados del Batallón de Ingenieros Militares expertos en atención de emergencias y desastres ya se han desplegado en la zona. El operativo reforzado con personal de Cruz Roja, la Unidad de Gestión de Riesgos, Bomberos y otros organismos está respaldado por cuatro helicópteros del Ejército y tres de la Policía Nacional, además de cinco aviones de la Fuerza Aérea Colombiana. Gestión de Riesgos ha abierto una cuenta bancaria para canalizar todas las donaciones. El dinero se destina a un fondo gestionado por el organismo para coordinar la recepción de ayudas.

"En una noche se recogieron 130 milímetros por centímetro cúbico cuando usualmente, en todo un mes, llueve 400 milímetros. Es decir, el 30% de la lluvia de un mes se produjo anoche", explicó Santos a su llegada a Mocoa el sábado por la mañana.  La tragedia supera el más reciente desastre natural de Colombia, el de otra avalancha que destruyó el 18 de mayo de 2015 la localidad de Salgar, en el departamento de Antioquia, que dejó al menos 104 muertos.

"Es una tragedia que lamentamos muchísimo. Y reclamamos un SOS", ha dicho el alcalde de Mocoa, José Antonio Sánchez, a Caracol Radio. El regidor ha confirmado que hay 17 barrios afectados y más del 50% de la población ha sido damnificada por la catástrofe. En la zona no hay ni luz ni agua. "Estamos totalmente aislados, mi casa está destrozada, el barro está casi hasta el techo", ha asegurado. La magnitud de la catástrofe se agrava por el aislamiento de esta zona de Colombia, situada en la región amazónica, en la frontera con Ecuador, que carece de suficientes vías de acceso, pues solo se puede llegar a Mocoa por vía aérea o por precarias carreteras que la comunican tras varias horas de viaje con las ciudades de Neiva y Pasto.

Los habitantes de Mocoa, acostumbrados a convivir con una naturaleza de selva y ríos caudalosos, fueron sorprendidos por el inusual aguacero que sacó de su cauce los tres que pasan por la ciudad y que, convertidos en una riada de agua y piedras, se llevaron todo lo que encontraron a su paso. 

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Sobre la firma

Ana Marcos
Redactora de Cultura, encargada de los temas de Arte. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Fue parte del equipo que fundó Verne. Ha sido corresponsal en Colombia y ha seguido los pasos de Unidas Podemos en la sección de Nacional. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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