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Lenín Moreno promete independencia de Correa: “Las decisiones las tomaré yo y voy a aplicar mi estilo”

El presidente en funciones asegura que Lasso "está ejerciendo un derecho al pataleo" y promete que intentará lograr la unidad de los ecuatorianos

Francesco Manetto
Lenín Moreno, ganador de las elecciones en Ecuador, este martes
Lenín Moreno, ganador de las elecciones en Ecuador, este martesEFE

Lenín Boltaire Moreno (Nuevo Rocaforte, 1953), presidente electo de Ecuador, comenzará su mandato con una letra parecida a la de su antecesor, Rafael Correa, aunque el cabeza de lista de Alianza PAÍS, encargado de lidiar con el desgate del llamado “socialismo del siglo XXI”, promete tocar una melodía diferente. “Las decisiones en el próximo Gobierno las voy a tomar yo, y voy a aplicar mi estilo”, ha asegurado este miércoles en un encuentro con un reducido grupo de corresponsales extranjeros.

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Moreno, que asumirá el mando a finales de mayo, fue elegido para competir con el conservador Guillermo Lasso en un contexto de elevada polarización social y el pasado domingo ganó las elecciones en segunda vuelta por algo más de dos puntos. El escaso margen y las sospechas de fraude alentadas por el aspirante opositor han redoblado la crispación, una circunstancia que el futuro mandatario asegura asumir. “Yo seré presidente de todos. Soy el encargado de lograr esa unidad, un poco fracturada, un poco fisurada”, ha considerado.

El candidato oficialista tendrá que gestionar, además, el legado simbólico del presidente que gobernó el país durante una década con un carácter visceral y volcánico, con varias muestras de intransigencia con la oposición. “La diferencia fundamental es el estilo”, ha asegurado.. “Me gusta al buen humor, comprender, entender, y que lleguemos a conclusiones, a acuerdos mínimos”. Moreno ha manifestado, por ejemplo, algunas diferencias con respecto a la libertad de expresión. “El presidente tiene que estar dispuesto a tolerar bastante más que un ciudadano común. Un presidente no debe preocuparse cuando la gente se ríe de él, debe preocuparse cuando él se ríe de la gente”, ha razonado.

¿Significa eso que el futuro Ejecutivo planea cambiar la polémica ley de medios? No. “De acuerdo a lo que decía la Constitución, se tenía que aprobar una ley de comunicación. Yo creo que es la institucionalidad la que ha que reformar más que la ley misma”, ha dicho. “Solamente un ermitaño puede pensar que existe una realidad social que no esté regida por la ley”. Moreno se ajustará a la norma existente, que ha calificado de “buena”, aunque con algunos matices. “Creo que la institucionalidad debe ser poco sancionadora”, ha mantenido.

El político, en cualquier caso, ha afirmado que seguirá en contacto con el presidente saliente y ha defendido su trabajo -que en los últimos años ha revelado señales de agotamiento- por haber “levantado el orgullo” de Ecuador. “Eso lo lideró el economista Rafael Correa. Es un hombre inteligente, es frontal, hizo confrontación cuando era necesario y en ese tiempo ere necesario”, ha justificado en relación con sus primeras legislaturas. Pero ha insistido en trasladar una imagen dialogante. “En este momento ya estamos en un país con instituciones. Nosotros tenemos una institucionalidad, que nos ha costado trabajo, que no es perfecta. Todo es revisable. Yo lo que creo que hay que perfeccionar las instituciones, pero siempre estoy abierto al diálogo, a lograr acuerdos. Así entiendo yo la democracia”, ha proseguido.

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Así, ha buscado marcar distancias, muy suavemente, de la grave crisis institucional que golpea a Venezuela. “Respetamos las vías, la institucionalidad de los países hermanos, pero nuestro modelo es un modelo ecuatoriano”. Moreno, que se ha definido como “socialista del siglo pasado y socialista de este silgo”, ha querido dejar claro que tiene “mucho respeto a la autodeterminación de cada pueblo” y ha evitado formular condenas. No obstante, ha lanzado un mensaje a Nicolás Maduro y a la oposición venezolana. “Siempre vamos a abogar por el cumplimiento de la democracia y por el diálogo. Que dialoguen el Gobierno y la oposición y que lleguen a acuerdos mínimos. Si la oposición y el Gobierno replantean grandes objetivos nacionales, en ese momento va a ser fácil ponerse de acuerdo”, ha opinado.

El desgaste económico

El Gobierno de Lenín Moreno corre el riesgo, según varios analistas, de pasar del proyecto político bautizado como “revolución ciudadana” a unos recortes en gasto social. Ecuador es una economía dolarizada que depende del precio del petróleo. El año pasado sufrió una recesión y estas elecciones han estado marcadas por el frenazo económico. El presidente electo ha tratado de transmitir optimismo, señalando que “los precios del petróleo se han estabilizado”. Pero ha reconocido que para que las políticas sociales sean sostenibles recurrirá a la financiación con crédito externo o interno, como el que el país pidió a China. A pesar de muchos críticos acusan al Gobierno de haber “vendido” Ecuador, Moreno ha resaltado: “China nos ha dado el crédito sin mayores preguntas, y nos ha servido”.

Moreno ha intentado también rebajar las acusaciones de fraude del candidato opositor. La Organización de los Estados Americanos ha avalado los resultados oficiales de las elecciones, pero el expresidente del Banco de Guayaquil exige un recuento de las papeletas y está convencido de que hubo manipulación del voto. “El señor Lasso está ejerciendo un derecho, pero el Consejo Nacional Electoral y los ciudadanos le piden que presente las pruebas. En Ecuador lo llamamos derecho al pataleo”, ha concluido.

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Sobre la firma

Francesco Manetto
Es editor de EL PAÍS América. Empezó a trabajar en EL PAÍS en 2006 tras cursar el Máster de Periodismo del diario. En Madrid se ha ocupado principalmente de información política y, como corresponsal en la Región Andina, se ha centrado en el posconflicto colombiano y en la crisis venezolana.

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