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Bruselas amenaza a Hungría con medidas legales por su deriva autoritaria

La Comisión Europea censura el veto a la universidad de Soros pero descarta medidas rotundas

Hungría lleva años desafiando a Bruselas, pero la aprobación de una ley que aboca al cierre a la prestigiosa universidad Central European University (CEU), con sede en Budapest, ha encendido todas las alarmas. La Comisión Europea ha debatido este miércoles el deterioro del Estado de derecho en Hungría, cada vez más hermanada con la vecina Polonia en la violación de las normas fundamentales de la UE. El vicepresidente primero de la Comisión, Frans Timmermans, ha mostrado la inquietud del Ejecutivo comunitario con esta deriva y ha amagado con recurrir al procedimiento de infracción este mismo mes. Bruselas, pese a todo, descarta la munición pesada: no abrirá el proceso en el que sí está inmerso Polonia por riesgo sistemático de sus usos democráticos.

Manifestación en apoyo a la Central European University de Budapest el lunes por la noche en la capital húngara.
Manifestación en apoyo a la Central European University de Budapest el lunes por la noche en la capital húngara. ATTILA KISBENEDEK (AFP)
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En pocas semanas, el Gobierno del ultranacionalista Víktor Orbán ha aprobado medidas tan controvertidas como la detención preventiva de todos los migrantes y demandantes de asilo que lleguen a territorio húngaro, el cuestionario popular denominado Paremos a Bruselas o la norma que obliga a las universidades extranjeras que operen en Hungría a tener un campus en el país de origen del capital (lo que en la práctica acorrala al centro de estudios progresista financiado por el multimillonario de origen húngaro George Soros). Estas iniciativas son solo la última muestra de una gestión gubernamental que desde el principio ha bordeado (y en ocasiones traspasado) las normas comunitarias.

Aun así, Timmermans no observa una “amenaza sistemática al Estado de derecho”, la condición para aplicar el procedimiento que afecta a Polonia. La clave es la actitud del Gobierno: mientras el polaco ningunea a Bruselas y rechaza cooperar, el húngaro “acepta implicarse en el diálogo; la Comisión quiere continuar esa vía para solucionar este asunto”, ha apuntado el número dos del Ejecutivo comunitario.

Pese a esa pretendida receptividad, el partido en el poder —Fidesz, perteneciente al Partido Popular Europeo— rechaza las iniciativas de Bruselas. La oficina del primer ministro acusa a la Comisión de "lanzar ataques a Hungría por la migración [...], forzar las cuotas obligatorias y eliminar el cierre de la frontera húngara", según un comunicado emitido este miércoles. A esas alegaciones —falsas—, el Gobierno añade un aviso respecto a la ley de universidades: "No hay margen para la suspensión de leyes en Hungría. La solución está en el diálogo". En ese terreno, el secretario de Estado de Educación, Laszlo Palkovics, ha abierto la puerta a que la Central European University continúe operando en Budapest sin tener que abrir un campus en Estados Unidos (su país de origen), como exige la nueva ley —la CEU no lo tiene, aunque está acreditada en el Estado de Nueva York y sus títulos son válidos en Estados Unidos y Hungría—. Si la CEU llega a un acuerdo con una universidad húngara, ha dicho Palkovics, podría extenderse su licencia.

El matiz llega después de un fin de semana de protestas en Budapest y del toque de atención de la Comisión Europea. Además, Orbán acudirá al Parlamento Europeo a finales de mes, según ha avanzado Timmermans.

Críticas estadounidenses y de la ONU

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El Gobierno de Orbán, que niega que el cierre de la CEU sea su objetivo y que ha acusado a la universidad de engañar a la opinión pública, responde así a la presión internacional. Las críticas al Ejecutivo de Orbán por su ataque a la universidad de Soros se han agudizado, mientras las manifestaciones masivas en apoyo a la institución continúan en Budapest. Al rechazo se han sumado también Naciones Unidas y el departamento de Estado de Estados Unidos. El relator especial de la ONU sobre libertad de expresión y opinión, David Kaye, ha reclamado al Gobierno húngaro que reconsidere su postura y aparque la normativa que “violará los principios centrales de la libertad académica en una sociedad libre", ha dicho. “La nueva ley va en contra de la libertad de opinión y expresión en Hungría, contra la libertad académica, contra el papel que desempeñan las becas y la investigación a la hora de ampliar el conocimiento y contra el desarrollo de sociedades democráticas”, ha criticado Kaye.

También el departamento de Estado de Estados Unidos, que se ha mostrado “preocupado” por el futuro de la Universidad, ha reclamado a Hungría que suspenda la entrada en vigor de la normativa. “Queremos una revisión [de la ley] y que haya debate con el fin de abordar cualquier preocupación de la universidad y de otras instituciones cuyo futuro pueda verse afectado”, ha dicho el portavoz del departamento de Estado en una reunión en Washington, como recoge una transcripción.

La CEU es un importante foco de cultura y libertad de pensamiento. No sólo en Hungría, sino para toda la región. La universidad financiada mayoritariamente por Soros está recabando cada vez más apoyos. Los rectores de las principales universidades de EE UU (desde Columbia y Cambridge a Princeton o Georgetown), personalidades como el ex secretario general de la ONU Kofi Anan y una larga lista de científicos y académicos (entre ellos numerosos premios Nobel) han salido en defensa del centro educativo.

Este miércoles ha sido el premio Nobel Mario Vargas Llosa quien ha mostrado su respaldo a la universidad. “No me sorprende que el Gobierno húngaro amenaza esta institución cuya calidad y prestigiosos investigadores y profesores enorgullecen al país. No hay duda de que las amenazas contra la Central European University son un insidioso ataque a la cultura de la libertad. Y los escritores, intelectuales y académicos que creen en la libertad deberían movilizarse contra esta acción inquisitorial”, ha dicho en un comunicado que recoge la página web del centro.

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