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El espíritu de resistencia arraiga entre las minorías

Representantes de colectivos latinos, musulmanes y afroamericanos coinciden en la necesidad de persistir en la protesta

Hannah Kane, organizadora social de Many Languages One Voice (MLOV).

Desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, las minorías y los inmigrantes son los grupos más vulnerables. En sus primeros 100 días, el republicano ha tratado de imponer un veto migratorio contra seis países de mayoría musulmana, planea construir un muro en la frontera con México y ha impulsado las deportaciones masivas. Estas son las conclusiones de organizadores sociales:

Latinos

“Al final del Gobierno de Obama, parecía que los latinos estaban superando el miedo, la gente, incluso indocumentados, se atrevía a exigir sus derechos y pedir justicia cuando lo consideraba. Y ahora, con la presidencia de Trump, el miedo ha vuelto a dominar. Para algunos miedo a salir de casa. Es un sentimiento palpable” dice Hannah Kane, organizadora social de Many Languages One Voice (MLOV), una ONG que trabaja con la comunidad hispana en Washington.

“Pero también hay un sentimiento de urgencia para resistir y protestar las medidas de Trump. Antes parecía que las personas que se unían a estas iniciativas lo hacían por conciencia moral, ahora lo hacen porque no tienen otra opción”, sentencia Kane, que lleva más de cinco años trabajando con comunidades hispanas.

En las marchas del día sin inmigrantes, a mediados de febrero, centenares de hispanos por todo el país abandonaron sus trabajos por un día para reivindicar, desde el miedo pero también el coraje, su valía en el tejido social, cultural y económico de EEUU. “Es un reflejo de la agonía pero también de la determinación de los latinos”, afirma Kane.

Maha Hilal: "El veto fue una medida contra los musulmanes".
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Comunidad árabe y musulmana

Maha Hilal lleva más de diez años trabajando con la comunidad árabe y musulmana, estudiando la islamofobia en EEUU. “No creo que lo que Trump ha hecho hasta ahora sea tan diferente a lo que hicieron en práctica los Gobiernos de Barack Obama y George W. Bush”, dice Hilal, explicando que el bloqueo de los dos vetos migratorios propuestos por Trump ha reducido sus políticas anti-musulmanas a palabras. Y eso, explica, es sólo una continuación de la “discriminación contra musulmanes desde los ataques del 11-S”.

“El cambio fundamental es la retórica. Trump dice a los musulmanes: sois mi blanco. Obama apelaba a la inclusión, pero luego les menospreciaba con sus políticas”, explica Hilal, coordinadora de DC Justice For Muslims Coalition, una organización dedicada a la defensa de la comunidad árabe en Washington. “Imagino que la situación empeorará bajo Trump, visto lo que ha intentado hacer en sus primeros meses y quienes son sus asesores. Pero la resistencia será más fuerte y la gente estará más determinada a ser solidaria”, afirma Hilal.

Afroamericanos

“Hay que pelear, es lo que nos toca ahora”, dice un camarero afroamericano vestido con una camiseta de la marcha de las mujeres, una congregación histórica que tuvo lugar en decenas de ciudades el día después de que Trump tomara posesión. Eso mismo expresa Aaron Goggan, organizador social de Black Lives Matter, en un ensayo reciente. Hay que pelear, porque “Trump está perpetrando una agenda xenófoba y en contra de los negros”.

Durante los años de Obama, la histórica tensión racial entre los cuerpos de seguridad y los negros se redujo y el demócrata impulsó una mayor transparencia en las investigaciones de muertos a manos de la policía. “Pero el Gobierno de Trump favorece la reinserción de la violencia policial contra los afroamericanos”, afirma Goggans, apoyándose en los lemas habituales del republicano, entre ellos la promesa de reinstaurar “la ley y el orden”.

La resistencia afroamericana es la más antigua. Data desde hace décadas y ha pasado por numerosos períodos. Entre minoría, la más castigada por el racismo estructural de las instituciones, la resistencia nunca ha dejado de estar presente. Así lo recuerda Goggans, al decir: “Debemos recordar que Trump no es ni el principio ni el final de nuestra opresión”. Para los afroamericanos, la resistencia en la era Trump es solo un capítulo más.

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