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El opositor ruso Navalni viaja a Barcelona para recibir tratamiento médico

El político, que aspira por competir por la presidencia, intenta salvar el ojo dañado en una agresión

Pilar Bonet
Alexei Navalni, en un juzgado de Moscú, el pasado 26 de marzo.
Alexei Navalni, en un juzgado de Moscú, el pasado 26 de marzo.KIRILL KUDRYAVTSEV (AFP)
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El inquebrantable Navalni

El político de oposición ruso, Alexéi Navalni, viajó el domingo de Moscú a Barcelona, donde el lunes se someterá a una intervención quirúrgica en el ojo derecho, dañado por el líquido que le lanzó un agresor el pasado 27 de abril. Navalni voló en compañía de su esposa Yulia, después de que esta semana las autoridades rusas, de forma inesperada, le ofrecieran un pasaporte. El activista, que aspira a competir por la presidencia de Rusia en 2018, llevaba cinco años sin poder viajar al extranjero, ya que ha sido condenado en tres ocasiones por delitos de carácter financiero. Navalni, que considera estas condenas como políticamente motivadas, fue atacado en Moscú por un individuo que le lanzó zelionka (un desinfectante de color verde de uso muy extendido en Rusia) a la cara y se dio a la fuga. El político recibió inmediatamente asistencia médica, pero no se ha recuperado de la agresión, ya que, aparentemente, el desinfectante iba mezclado con alguna sustancia tóxica que le afectó las pupilas y la cornea y le produjo una quemadura de grado medio.

Navalni dijo haber perdido el 80% de la visión del ojo afectado y que los médicos rusos le habían recomendado acudir a especialistas en el extranjero, pero eso no era posible hasta que, de repente, el 4 de mayo, el político recibió una llamada del servicio de Emigración de Rusia ofreciéndole el pasaporte. Esta oferta ha dado pábulo a diferentes hipótesis entre los comentaristas políticos, entre ellas la de que las autoridades rusas están "invitando" al exilio al molesto político. En el entorno de Navalni aseguran que el viaje al extranjero durará a lo sumo una semana.

El canal de televisión Lifenews, con buenas conexiones con los servicios de seguridad rusos, publicó una foto de Navalni y su esposa sentados en el avión que les debía llevar a Barcelona. Entre las últimas actividades del político está un dossier en el que acusa al jefe de Gobierno, Dmitri Medvédev, de ser el supuesto beneficiario de una opaca trama basada en fundaciones benéficas. En su calidad de condenado por la justicia rusa, cumpliendo sentencia en libertad provisional, Navalni debe comparecer cada quince días ante las autoridades y está obligado a no cambiarse de domicilio. Aunque el político denunció inmediatamente la agresión, la policía de Moscú solo informó el 4 de mayo de la apertura de un expediente penal por el incidente del que aparentemente son responsables activistas de un movimiento nacionalista (SERB), que en septiembre pasado atacaron una exposición de fotografías en Moscú. Esta es la segunda vez que Navalni es atacado con desinfectante este año. La anterior fue en marzo en la ciudad de Barnaul en el Altai. El viernes, en seis localidades rusas los propietarios de locales donde Navalni ha establecido su centro de operaciones rescindieron los contratos, alegando diferentes motivos, según informó el jefe de la campaña electoral del político, Leonid Volkov.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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