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Procesada Hebe de Bonafini por malversación de fondos públicos

La presidenta de Madres de Plaza de Mayo está acusada de desviar unos 13 millones de dólares que recibió para la construcción de viviendas sociales

Federico Rivas Molina
Hebe de Bonafini, a la izquierda, resiste en agosto de 2016 la detención ordenada por el juez que la investiga por presunta defraudación al Estado.
Hebe de Bonafini, a la izquierda, resiste en agosto de 2016 la detención ordenada por el juez que la investiga por presunta defraudación al Estado.EFE
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La presidenta de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, ha sufrido un duro revés judicial. El juez federal Marcelo Martínez de Giorgi decidió procesarla junto con su exapoderado en la fundación de las Madres, Sergio Schoklender, por el presunto desvió de 200 millones de pesos (unos 13 millones de dólares al cambio actual) por Sueños Compartidos, un programa de construcción de viviendas sociales que se financió con fondos públicos. El procesamiento implica que el juez encontró pruebas suficientes para juzgar a ambos, una camino que puede terminar en un juicio oral.

La causa se remonta a 2011 y Hebe de Bonafini, de 88 años, delegó siempre la responsabilidad del manejo de los fondos de la fundación en Schoklender. "Las Madres decidimos jugarnos la vida por la libertad de la misma manera que se la jugaron nuestros hijos. El precio es este, que el Poder Judicial, no la Justicia, me procese. Estoy honradísima de ser procesada por este Poder y por este Gobierno. Gracias Macri por darme este honor de ser procesada", ironizó Bonafini en un descargo de cinco minutos que hizo a través de un vídeo publicado en redes sociales.

Hebe de Bonafini se convirtió en víctima de la última dictadura argentina en 1977, cuando los militares secuestraron a dos de sus tres hijos, hoy desaparecidos. Su lucha durante 40 años por los Derechos Humanos le valió el reconocimiento internacional. Pero, durante los últimos años, Bonafini ha sido criticada por su alineamiento sin condiciones al kirchnerismo. Fue su cercanía con el anterior Gobierno la que la llevó a construir, en nombre de la Fundación Madres de Plaza de Mayo, viviendas sociales financiadas por el Estado. El proyecto recibió entre 2005 y 20011 unos 1.295 millones de pesos (266 millones de dólares al cambio de ese momento) para construir 4.757 casas en distintos lugares del país. Pero Sueños Compartidos sólo entregó 822 viviendas y dejó de pagar los salarios a los obreros que las construyeron. Madres quedó entonces en la mira por el destino del dinero y se abrió por presunta malversación de fondos públicos.

Al frente de Sueños Compartidos Hebe de Bonafini puso a Schoklender, portador de un apellido muy conocido en Argentina. Sergio y su hermano Pablo estuvieron 14 años presos por asesinar a sus padres en 1981. El Caso Schoklender, como se lo conoció en los años 80, inspiró incluso una película, Pasajeros de una Pesadilla, protagonizada por Federico Luppi. Tras cumplir su condena, Sergio Schoklender se convirtió en apoderado de las Madres, bajo el ala protectora de Bonafini. La relación se cortó abruptamente cuando la titular de Madres endilgó todos los cargos de malversación en la construcción de viviendas a su exapoderado. Bonafini hoy se considera víctima y no victimaria en la causa que investiga el juez Martínez Giorgi."Tengo la conciencia muy tranquila, que revisen lo que quieran", dijo Bonafini en su defensa.

Además de Hebe de Bonafini y Schoklender, el juez procesó al ex secretario de Obras Públicas del kircherismo, José López –preso por intentar ocultar en un convento un bolso con casi 9 millones de dólares-, y a Pablo Schoklender, el menor de los hermanos. Dictó en cambio la falta de mérito para el titular de Infraestructura, Julio de Vido, al frente, durante los 12 años de kirchnerismo, del ministerio que dio el dinero a la fundación madres de Plaza de Mayo. Apenas conocido el fallo, de 500 páginas, Sergio Schoklender insistió en acusar a Bonafini, a quien consideró única responsable del manejo de los fondos del programa Sueños Compartidos. “Es cierto que hay un faltante de dinero y ese faltante corresponde a la deuda de la Fundación, que debió ser de unos 206 millones de pesos. Bueno, pregúntele a Hebe de Bonafini adonde fue a parar todo esa plata”, dijo Schoklender en declaraciones al canal de noticias TN.

En agosto del año pasado, el juez Di Giorgi intentó tomarle declaración a Bonafini en esta causa, pero la mujer resistió la orden de detención rodeada de cientos de seguidores. Fiel a su estilo confrontativo, la titular de Madres decidió no considerar al magistrado digno de atención, clamó siempre por su inocencia y desoyó una a una todas las citaciones judiciales. Pero el procesamiento ha demostrado que el juez, en cambio, sí tomó en serio las denuncias.

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Sobre la firma

Federico Rivas Molina
Es corresponsal de EL PAÍS en Argentina desde 2016. Fue editor de la edición América. Es licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Buenos Aires y máster en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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