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La desdicha de Buenaventura, la población colombiana que exige la presencia de Santos

Las protestas contra el abandono estatal han acabado en disturbios, saqueos y un toque de queda decretado por el gobierno local

Sally Palomino
Protestas en Buenaventura, Colombia.
Protestas en Buenaventura, Colombia.Archivo particular.

Buenaventura (Valle del Cauca) dispone de una gran riqueza hídrica, pero sus habitantes no tienen agua potable. Es el principal puerto de Colombia sobre el océano Pacífico, pero sus pobladores no tienen trabajo. Desde hace cuatro días lo han gritado en las calles. Exigen la presencia del presidente Juan Manuel Santos en la región, después de que los delegados del gobierno nacional para los de diálogos con los líderes de la zona se levantaron de la mesa. Quieren soluciones. Por ahora, se ha decretado toque de queda tras la noche del viernes, cuando la manifestación dejó de ser pacífica. La represión de las autoridades y el levantamiento de los ciudadanos convirtieron al centro de la ciudad en el escenario de una batalla campal. Varias tiendas fueron saqueadas y al menos diez policías y un manifestante resultaron heridos en los disturbios. Después de la violenta jornada, el número de uniformados en la zona aumentó a 1.027 y han sido capturadas 41 personas por vandalismo.

Las 83 organizaciones que han convocado al paro cívico declararon emergencia social y aseguraron que su lucha se mantendrá, a pesar del toque de queda. Piden agua, el restablecimiento del servicio integral del hospital, oportunidades laborales y que alguien se preocupe por la inseguridad en la que viven. Nada nuevo. Lo mismo por lo que llevan esperando durante años y que ha servido para que los políticos hagan campaña, mientras los pobladores sufren las promesas incumplidas.

Este viernes, 30.000 personas se reunieron en lugares emblemáticos del pueblo para reclamar. Al menos 300 camiones de carga se acomodaron en las carreteras para bloquear las vías, como única salida para apoyar la protesta. “Ha transcurrido de una manera muy tranquila y de verdad que en eso se ha destacado Buenaventura, que hace las cosas de una forma muy pacífica, lo que no quiere decir que no estemos exigiendo nuestros derechos, que han sido vulnerados por muchos años”, aseguraba John Reina, director de la Pastoral Social de Buenaventura, horas antes de que la presencia policial y la furia ciudadana chocaran.

Las redes sociales estallaron durante la madrugada con los vídeos y las imágenes tomadas con teléfonos en las que se ven los duros enfrentamientos entre los manifestantes y los agentes del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) de la Policía.  Santos se refirió este sábado muy temprano a lo ocurrido. “Respeto y defiendo derecho a la protesta. Vandalismo y saqueos no son permitidos. Situación en Buenaventura, bajo control de fuerza pública”, ha escrito en su cuenta de Twitter. Los ciudadanos siguen esperando su presencia y una respuesta concreta a sus solicitudes.

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Sobre la firma

Sally Palomino
Redactora de EL PAÍS América desde Bogotá. Ha sido reportera de la revista 'Semana' en su formato digital y editora web del diario 'El Tiempo'. Su trabajo periodístico se ha concentrado en temas sobre violencia de género, conflicto armado y derechos humanos.

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