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175.000 jóvenes se presentan en Buenos Aires a una feria de empleo con 11.000 puestos

La desocupación entre los menores de 29 años en la capital argentina casi duplica a la media nacional

Federico Rivas Molina
Panorámica de la Expo Empleo Joven 2017 celebrada en Buenos Aires.
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No es fácil conseguir un empleo en Argentina. Mucho más si se es joven y se tiene nula o poca experiencia. El 12% de los menores de 29 años está desempleado en la ciudad de Buenos Aires, una cifra que casi duplica al 7,7% de la desocupación general. El gobierno de la ciudad realiza desde hace seis años una feria que ha llamado Expo Empleo Joven, un lugar de encuentro entre empresas que buscan trabajadores y jóvenes que necesitan serlo. El año pasado reunió a 60.000 personas para 3.000 ofertas, pero este año la convocatoria ha superado cualquier expectativa: 175.000 personas desfilaron durante dos días por los estand de 200 empresas que ofrecieron 11.000 puestos.

La fila para ingresar a la feria recorría hasta cuatro veces los 200 metros de uno de los laterales de La Rural, un centro de exposiciones centenario ubicado en Palermo. “Esto ha sido un infierno, la fila daba vueltas y vueltas y no terminaba nunca”, dice uno de los encargados de seguridad en el ingreso, vestido de amarillo, el color que identifica al partido oficialista Cambiemos.

La idea del gobierno fue que los jóvenes desocupados, la mayoría de ellos estudiantes, pudiesen tener un primer contacto con grandes empresas como YPF, Telefónica, Arcor, Mercado Libre o Coca Cola, además de bancos públicos y privados. Con todo, la atención se la llevaron los supermercados, los centros de atención telefónica y las cadenas de comida rápida, puertas de entrada al mercado laboral para la mayoría de los jóvenes. Hacia allí apuntó Fernando, de 20 años, llegado desde el cordón sur que rodea a la ciudad. Estudiante de educación física, no se mostró muy entusiasmado con los resultados de su visita. “Te piden que dejes el CV en la web y que luego te van a llamar, no es que salís con un trabajo. Yo dejé mis datos en supermercados porque necesito el dinero para estudiar. Pero está complicado conseguir trabajo”, dice.

El entusiasmo oficial es bien distinto. El director de Juventud de la Ciudad de Buenos Aires, Fabián Pereyra, destaca que la gente ingresó a la exposición “motivada, comprometida y con ganas de cambiar de trabajo”. Según sus cálculos, el 70% de los visitantes no fueron desocupados, sino gente que quiso cambiar por un empleo mejor. Por eso, dice, el récord de convocatoria de ninguna manera fue la respuesta a un mercado laboral deprimido. “Algunos dijeron que esto era la fiesta de la precarización laboral o que sólo venían a dejar el CV y no conseguían trabajo. Pero si fuese así no habría pasado lo que pasó en estos dos días. Muchos de los chicos que vinieron acá estuvieron en al del año pasado, cuando hubo 3.000 oportunidades y 1.575 jóvenes consiguieron un puesto”, explica Pereyra.

En los pasillos de la feria era evidente la atracción de los puestos de empresas de servicios, pero también de gigantes como la petrolera YPF. No todas ofrecieron lo mismo. Mientras la empresa estatal dio información sobre su programa de jóvenes profesionales y pasantías, la fabricante de alfajores Havanna, por ejemplo, sólo fue en busca de vendedores de mostrador. “Entre el público tenés de todo, muchos jóvenes muy educados y con ganas de trabajar y otros que no. Ayer pusimos muestras de alfajores y no duraban ni cinco segundos, por eso hoy no trajimos. Se abalanzan sobre las cosas. También nos llamó la atención que había personas de más de 50 años, aunque esto fue para menores de 29. Están sin trabajo y prefieren arriesgar a quedarse en su casa”, dice Cecilia, asistente en el estand de la compañía de alimentos.

La mayoría de las empresas optó por la modalidad de CV vía web, lo que dejó a muchos visitantes con un sabor amargo. “Dejé mis datos y ahora hay que esperar. Pero había mucha gente”, se lamenta Gloria, una estudiante de Buenos Aires que portaba la bolsa amarilla que otorgó la organización para colocar folletos y papeles. Para otros, en cambio, el hecho de entrar en contacto, en un solo sitio, con grandes compañías fue suficiente. “La idea acá es hacer contactos, venís para que te conozcan”, dice Pedro, de 24 años, recién recibido en administración de empresas. El gobierno celebró la convocatoria como un éxito de la organización, sin relación con las necesidades laborales. Resta ahora saber cuántos de los 175.000 jóvenes que se acercaron a la feria recibirán el llamado de alguna compañía.

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Sobre la firma

Federico Rivas Molina
Es corresponsal de EL PAÍS en Argentina desde 2016. Fue editor de la edición América. Es licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Buenos Aires y máster en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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