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Activistas de Alhucemas inician una huelga de hambre en la cárcel

El Movimiento de protestas convoca un paro general de tres días en el Rif tras ser condenados 25 manifestantes a 18 meses de prisión

Francisco Peregil
Manifestantes del Movimiento Popular, de Alhucemas, durante una protesta en la ciudad rifeña el pasado 11 de junio.
Manifestantes del Movimiento Popular, de Alhucemas, durante una protesta en la ciudad rifeña el pasado 11 de junio. FADEL SENNA (AFP)

La situación en el Rif se agrava día a día. El miércoles se conoció la condena a 18 de meses de cárcel para 25 manifestantes de Alhucemas de entre 18 y 25 años. En Nador, otros ocho activistas fueron condenados a ocho meses de cárcel firme. Esa misma noche, las manifestaciones en Alhucemas se tornaron violentas. Los gritos de “pacífica, pacífica, pacífica”, con los que empezaban y terminaban la inmensa mayoría de las concentraciones durante los últimos siete meses dejaron paso a las piedras. Mientras tanto, el Movimiento Popular (Hirak al Chaabi, en árabe) continúa activo y ha convocado una huelga general en el Rif a partir del viernes. Además, cuatro miembros destacados del Movimiento comenzaron el miércoles por la noche una huelga de hambre indefinida en la cárcel de Okasha, en Casablanca, donde esperan juicio.

Los presos son Nasser Zafzafi, líder del Movimiento, Mohamed Jelloul —quien ha sido encarcelado 43 días después de salir de la cárcel tras cumplir una condena de cinco años por las protestas de la primavera árabe marroquí— Silya Ziani, la única mujer encarcelada hasta el momento, y Mohamed Mejjaoui.

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Rachida Kaddouri, esposa de Mejjaoui, visitó a su marido este miércoles por la mañana, antes de que se conociera la condena de 18 meses contra 25 manifestantes. “Lo vi muy delgado, pero bien de ánimo. Aunque tal vez él haya fingido que está bien de ánimo para que nosotros no nos preocupemos. Me dijo que él está solo en la celda. Creo que hay otros cinco que están también solos. Ya hicieron huelga de tres días la semana pasada para que no los aíslen. Los responsables de la cárcel les prometieron que los iban a juntar, pero no han cumplido la promesa”.

Varios familiares y activistas indicaron a este diario que, además de los cuatro presos citados, hay otro, Rabía Ablaki, que lleva en huelga de hambre desde que lo metieron en la cárcel, hace unos doce días.

Los activistas comparan las condenas de 18 meses contra 25 manifestantes con la pena de entre cinco y siete meses para  los condenados por la muerte del vendedor de pescado Mouhcine Fikri
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Desde Alhucemas a Casablanca hay ocho horas en coche. La mayoría de los familiares viajan en autobús para ver a los presos y se vuelven en el mismo día. “Yo salí el martes a las nueve de la noche desde Alhucemas y llegué a las cinco de la madrugada a Casablanca”, explica Rachida Kaddouri.

En una ciudad de 56.000 habitantes, como Alhucemas, casi todo el mundo tiene a algún familiar o amigo entre los más de 90 procesados por las protestas. Las manifestaciones no han cesado desde que comenzaron las detenciones el 26 de mayo. Un vecino del barrio de Hadul, donde se registraron el miércoles los enfrentamientos entre manifestantes y policías, indicó a este diario: “No nos dejan reunirnos en ningún barrio. Nos corren de un lado a otro, como el gato y el ratón. La gente está quemada. Ayer vi mujeres chillando por los suelos… La Policía lo que quiere es más problemas, más detenciones”.

Los activistas del Movimiento comparan las condenas de año y medio de cárcel para los manifestantes con la de los siete condenados por la muerte del vendedor de pescado Mouhcine Fikri, quien falleció triturado en un camión de basura el 28 de octubre cuando intentaba que no le confiscasen la mercancía. Aquel caso, que fue el detonante de las protestas, se resolvió con penas de cinco meses —para el conductor y dos empleados del servicio de recogida de basuras— y ocho meses, para cuatro empleados de la Dirección de Pesca.

Las reacciones a las primeras condenas coincidieron en Marruecos con la visita del presidente francés, Emmanuel Macron, quien ofreció una conferencia de prensa el miércoles por la tarde, tras su primer encuentro oficial con Mohamed VI. Macron advirtió que no emitiría ningún juicio sobre cuestiones internas de Marruecos. No obstante, el mismo día en que se conoció la condena de 25 manifestantes de entre 18 y 25 años a un año y medio de prisión, el presidente francés declaró: “La conversación que hemos tenido [con el rey] no me lleva a temer una voluntad de represión, sino más bien una respuesta en el tiempo a las causas profundas (de las protestas)”.

A través de Macron se conoció la posición de Mohamed VI sobre los mayores disturbios sociales desatados en Marruecos desde la primavera de 2011. “Yo he percibido, por una parte, que el rey considera legítimo y normal que haya manifestaciones que están previstas en un marco constitucional. Y, por otra parte, [he notado] que él desea calmar la situación respondiendo a las demandas de este movimiento y aportando respuestas concretas”.

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Sobre la firma

Francisco Peregil
Redactor de la sección Internacional. Comenzó en El País en 1989 y ha desempeñado coberturas en países como Venezuela, Haití, Libia, Irak y Afganistán. Ha sido corresponsal en Buenos Aires para Sudamérica y corresponsal para el Magreb. Es autor de las novelas 'Era tan bella', –mención especial del jurado del Premio Nadal en 2000– y 'Manuela'.

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