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El ISIS y Hamás se atribuyen el atentado en el que murió una policía en Jerusalén

El Ejército israelí asegura que los tres palestinos abatidos no pertenecían a un grupo terrorista

Juan Carlos Sanz
Un policía inspecciona la zona del atentado en la puerta de Damasco de Jerusalén
Un policía inspecciona la zona del atentado en la puerta de Damasco de JerusalénAHMAD GHARABLI (AFP)

Las fuerzas de seguridad de Israel han elevado la alerta en la semana final del Ramadán tras el atentado del viernes en el que murió apuñalada una agente de policía y fueron abatidos a tiros tres jóvenes atacantes palestinos provistos de un arma de fuego y de cuchillos. El autodenominado Estado Islámico (ISIS, en sus siglas en inglés) ha atribuido por primera vez la autoría de un asalto en el Estado hebreo a “combatientes del califato” y ha advertido en un comunicado de que “no será el último”. La organización islamista Hamás, que controla la Franja de Gaza, reivindicó sin embargo el atentado en su nombre y en el del izquierdista Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP). Fuentes militares consultadas por el diario Haaretz negaron que los responsables del ataque —tres jóvenes procedentes de la localidad cisjordana de Deir Abu Machal, en la provincia de Ramala— pertenecieran a una organización terrorista y achacaron su acción a una “iniciativa local”.

El atentado de Jerusalén respondió a una operación coordinada y planificada. Dos de los atacantes abrieron fuego contra miembros de una patrulla de la policía de fronteras cerca de la puerta de Damasco, que da paso al recinto amurallado de la Ciudad Vieja. Mientras tanto, un tercer agresor apuñalaba repetidas veces a la sargento del mismo cuerpo paramilitar Hadas Malka, de 23 años, que falleció poco después tras ser evacuada a un hospital con heridas muy graves. Los tres asaltantes murieron abatidos en el acto por los disparos de los agentes de seguridad.

“Los sahids (mártires) sembraron el terror en el corazón de los judíos”, rezaba el comunicado difundido por el Estado Islámico a través de la red encriptada Telegram. El sello de los ataques del ISIS —coches bomba, ametrallamientos indiscriminados, vehículos que arrollan a los transeúntes…— no aparece visible en el atentado de la puerta de Damasco. Los yihadistas solo se habían atribuido hasta ahora una acción contra Israel: el lanzamiento el pasado abril de tres cohetes desde el Sinaí contra la ciudad turística de Eilat, en el mar Rojo. Los proyectiles disparados por el grupo Provincia del Sinaí, que opera como filial yihadista en la península egipcia, fueron derribados por los interceptores de escudo defensivo israelí Cúpula de Hierro.

La mano de los grupos armados palestinos sí que parece estar detrás del ataque. El portavoz de la organización islamista Hamás, Sami Abu Zuhri, acusó al ISIS de intentar sembrar la confusión con su reivindicación y precisó que uno de los asaltantes era miembro de la organización islamista y los otros dos pertenecían al FPLP. El Shin Bet (servicio de seguridad interior israelí) reveló que dos de los autores del ataque habían salido recientemente de prisión después de haber cumplido varios meses de condena por “actividades terroristas”. "Es imposible verificar la reivindicación del ISIS", dijo un portavoz del Shin Bet a France Presse, dado que las declaraciones de Hamás "comprometen la fiabilidad" de ambas atribuciones de autoría.

No es la primera vez que un grupo de hombres armados palestino actúa de forma coordinada en la Puerta de Damasco con armas semiautomáticas de fabricación casera, como los denominados subfusiles Carl Gustav, construidas en talleres clandestinos en Cisjordania. En febrero de 2016, tres asaltantes que portaban armas de fuego causaron la muerte de la agente de la policía de fronteras Hadar Cohen, de 19 años. Los atacantes fueron neutralizados a tiros.

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El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha ordenado cancelar los 250.000 permisos concedidos a palestinos de Gaza y Cisjordania para viajar a Jerusalén e Israel a fin de efectuar visitas familiares. Más de 180.000 personas —en su mayoría mujeres, niños y hombres mayores de 40 años—, habían recibido hasta ahora autorización para acudir a Jerusalén. Ante la calma que reinaba durante el presente Ramadán, se había permitido por primera vez el paso de autobuses con familias procedentes de Cisjordania.

Las fuerzas de seguridad también han cercado y bloqueado la población de Deir Abu Machal, en una medida de represalia que no se adoptaba desde que la ola de violencia que estalló en octubre de 2015 comenzó a reducirse a finales del año pasado. En la llamada Intifada de los cuchillos han muerto 41 israelíes y 7 extranjeros, así como 272 palestinos, dos terceras partes de los cuales fueron abatidos como presuntos agresores. Los miembros del clan Al Maqdisi, al que pertenecían los tres atacantes, perderán además sus permisos de entrada y trabajo en Israel.

El Gobierno israelí achaca los atentados a la incitación a la violencia difundida a través de las redes sociales entre los jóvenes de Cisjordania y Jerusalén Este. Los dirigentes palestinos sostienen que los ataques tienen su origen en la frustración acumulada tras 50 años de ocupación y más de tres años de paralización de las negociaciones de paz.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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