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Vetada en Jordania la banda libanesa más popular porque su cantante es gay

El país considera que las letras del grupo 'Mashrou Leila' van contra las “tradiciones del Estado”

Juan Carlos Sanz
Hamed Sinno, el cantante de Mashrou Leila, en un concierto en Dubái el pasado 7 de abril.
Hamed Sinno, el cantante de Mashrou Leila, en un concierto en Dubái el pasado 7 de abril.KARIM SAHIB (GETTY)

En 2015 aclamaron su música en la Ciudadela de Amán, donde colgaron el cartel de no hay billetes. Al año siguiente también les invitaron a actuar en la capital jordana, pero después las autoridades prohibieron la función sin previo aviso. Cuando ya era demasiado tarde para poder organizarla de nuevo, apenas 24 horas antes de la fecha anunciada, llegaron los permisos. La banda libanesa Mashrou Leila (proyecto de una noche), el grupo indie más popular entre los jóvenes de Oriente Próximo, se ha vuelto estrellar ahora contra las contradicciones de una sociedad que se pretende moderna y tolerante, pero que ha acabado cediendo ante la presión de las fuerzas conservadoras religiosas.

El concierto de Mashrou Leila que estaba previsto el martes 27 en Amán iba a ser la guinda de las celebraciones posteriores al Ramadán. Los promotores se habían adelantado para recabar todo tipo de autorizaciones. El Ministerio de Turismo figuraba entre los patrocinadores, de manera que los miles de seguidores de la formación de pop-rock daban por hecho que este año no habría problemas de última hora. La semana pasada, sin embargo, el Ministerio del Interior jordano anuló los permisos otra vez más al establecer que las letras de sus canciones van contra las “tradiciones del Estado”.

Desde que el cantante y líder de la banda, Hamed Sinno, se decidió a salir del armario, los islamistas jordanos no han dejado de poner trabas a sus actuaciones. Considerado el Freddie Mercury del Levante mediterráneo, la abierta proclamación de su homosexualidad le ha granjeado la enemistad no solo de los regímenes autoritarios cuyos abusos denuncia en sus letras, sino también la del movimiento panárabe de los Hermanos Musulmanes, erigido en guardián de la moralidad.

Reunidos por primera vez en 2008 en la Universidad Americana de Beirut, los miembros de Mashrou Leila anticiparon con sus letras el malestar que condujo a la primavera árabe. También expresaron sin tapujos los cambios sociales experimentados por los jóvenes de Oriente Próximo. Sus letras en árabe coloquial y los ritmos tradicionales injertados en su música de banda contemporánea les han permitido sintonizar con una generación ya conectada con el resto del mundo a través de las redes sociales.

“En apenas 14 meses nos han invitado (a actuar en Jordania), nos han prohibido, han revocado el veto, nos han invitado de nuevo y han anulado otra vez nuestro concierto”, relata Sinno en un vídeo difundido en la página de Mashrou Leila en Facebook. “El mensaje es claro: las autoridades jordanas no pretenden apartar a su país del fanatismo conservador que ha hecho que la región se haya vuelto tóxica en la última década”.

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Los músicos libaneses insisten en que sus canciones abordan diferentes “conflictos sociales sobre la libertad" que no se pueden ignorar. “La opresión, la censura, la represión sexual…”, citan algunos de ellos. “Prohibir la actuación de una banda porque habla sobre la homosexualidad o apoya protestas democráticas (…) es una actitud hostil hacia los derechos humanos”.

Después de haber boicoteado los dos anteriores comicios, el Frente de Acción Islámica (franquicia jordana de los Hermanos Musulmanes), se presentó a las legislativas de 2016 con la voluntad de reintegrarse a la actividad política e intentar ocupar algunos espacios de poder. La Hermandad no cuestiona la figura del rey Abdalá II, pero reivindica la aplicación de las reformas democráticas prometidas por el soberano hachemí tras el estallido de la primavera árabe.

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La prohibición, por segundo año consecutivo, del concierto de Mashrou Leila, parece confirmar la creciente influencia del islamismo en Jordania, al menos sobre el estilo de vida en la sociedad. El veto a los músicos libaneses también constata la brecha abierta —en uno de los países supuestamente más moderado y liberal del mundo árabe— entre los jóvenes de clase media urbana y sectores económicamente más desfavorecidos, religiosos y conservadores. Muestra también visiones enfrentadas en el seno del poder. La ministra de Turismo, Lina Annab, ha achacado la anulación del concierto a las quejas de quienes acusaban al grupo de ir contra sus “tradiciones y creencias”. El todopoderoso conglomerado del muhabarat, (servicios de seguridad e inteligencia) han preferido, sin embargo, cortar de raíz con la prohibición del concierto un eventual estallido integrista

Al contrario que en el resto de los países musulmanes, la homosexualidad no está penalizada en Jordania, pero las expresiones públicas de afecto entre personas del mismo sexo pueden seguir siendo castigadas como “inmorales”. Tras el veto de Amán, Mashrou Leila tiene previsto proseguir la gira de presentación de su último album Raasuk (Te hace bailar) por Túnez y Marruecos, antes de actuar en países de Europa y América de Norte.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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