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VINCENT COCHETEL | Enviado especial de ACNUR al Mediterráneo central

“No es sostenible que todo el mundo desembarque en Italia”

El experto de la ONU pide inversiones en desarrollo para ofrecer alternativas a la migración

Lucía Abellán
Vincent Cochetel, en una conferencia.
Vincent Cochetel, en una conferencia.Jean-Marc Ferre (UNHCR / Jean-Marc Ferré)

El enviado de Naciones Unidas para la crisis migratoria del Mediterráneo central urge a mirar más allá de Libia para tratar de neutralizar a las mafias que trafican con migrantes hacia Europa. Vincent Cochetel recibe a EL PAÍS tras dar una conferencia en Bruselas sobre el infierno de esos viajes.

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Pregunta. Hay tráfico de personas, de víctimas, a las puertas de Europa. ¿Qué puede hacer la UE?

Respuesta. Hay que invertir mucho más en los países de tránsito, en todos los países alrededor de Libia; cuando llegan allí ya es demasiado tarde. La fuerza del mercado, de los traficantes, es tal que resulta muy difícil para las organizaciones humanitarias estabilizar a la gente allí. Hace falta una inversión masiva en desarrollo para dar alternativas creíbles. Respecto al tráfico, Europa tiene que ser mucho más coherente contra los traficantes. Hay muchas declaraciones, pero pasan pocas cosas sobre el terreno.

P. La principal herramienta de la UE contra los traficantes, la operación militar Sophia, está dando resultados muy modestos.

R. Sí, muy modestos. Haría falta asegurarse de que ningún motor de barco se exporte a Libia. Hasta ahora, esos motores pasan por un país de la UE. Es inaceptable. Esos barcos matan a la gente, tanto como las armas, así que su exportación debería estar completamente prohibida. Nos gustaría también que las autoridades desvelen quiénes son los destinatarios de estas barcazas. Además, hay varios países, de la UE y de fuera, que compran petróleo ilegalmente en Libia, en la costa oeste, a comunidades que protegen a los traficantes. Hay que ser coherente y prohibirlo. La operación Sophia debería tener mandato para interceptar esos barcos con petróleo.

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P. ¿Qué países son?

R. Hay informes al respecto. Son barcos de operadores privados, pero con bandera de cuatro países europeos. Se les puede seguir el rastro.

P. Víctimas y testigos de esos viajes aseguran que todo conoce a los integrantes de las mafias.

R. Podríamos seguirles el rastro. Las agencias Frontex y Europol recogen datos de traficantes. Pero hace falta que los Estados miembros sigan la pista. Pedir a Interpol que den alertas, bloquear sus bienes (algunos tienen intereses financieros en la UE). Hay que identificarlos y seguirlos por todos los medios disponibles. El tráfico de seres humanos es tan grave como el de armas o de drogas.

P. La UE se centran principalmente en colaborar con el Gobierno de Acuerdo Nacional y en financiar a los guardacostas.

R. También es necesario. Los guardacostas están mal equipados y mal entrenados. Aun así, han salvado 10.000 vidas en lo que va de año, pero van a centros de detención en condiciones abominables. Hay que encontrar alternativas a la detención.

P. ¿Ese estado lamentable de los centros de detención es generalizado?

R. Sí. Las condiciones son muy, muy malas en todos los aspectos: higiene, alimentación salud, comunicación, sobrepoblación. Y en algunos centros especializados en niños y mujeres hay noticias de explotación sexual. Tratamos de sacarlos de allí, pero es muy difícil. La idea es convertir esos centros en semiabiertos, pero no va a ocurrir de hoy para mañana. Intentamos dar alojamientos alternativos, aunque lleva tiempo.

P. ¿Aconseja a los migrantes retornar a sus países de origen?

R. Es mejor el retorno, pero para eso hace falta que los países de origen acepten la documentación, que les reconozcan. La mayoría de la gente que he visto en centros de detención en Libia quiere volver. Lloran pidiendo que hagamos lo que sea para que vuelvan a sus países en condiciones dignas. Hay que ayudarlos. Para los que pueden pedir asilo, si pudiéramos sacarlos de la prisión en Libia y llevarlos a otros países y examinar más calmadamente sus peticiones de asilo en Europa… estamos reflexionando sobre eso.

P. ¿Le parece bien que los países vecinos de Italia ayuden en las tareas de acogida de migrantes?

R. Sí. No es sostenible que todo el mundo tenga que desembarcar en Italia. Hay que compartir la responsabilidad, no solo desde el punto de vista europeo, sino mediterráneo, con mecanismos creativos que permitan disociar la responsabilidad de desembarcarlos de la de buscar una solución para ellos.

P. ¿España incluida?

R. Todos los países mediterráneos.

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Sobre la firma

Lucía Abellán
La redactora jefa de Internacional de EL PAÍS ha desarrollado casi toda su carrera profesional en este diario. Comenzó en 1999 en la sección de Economía, donde se especializó en mercado laboral y fiscalidad. Entre 2012 y 2018 fue corresponsal en Bruselas y posteriormente corresponsal diplomática adscrita a la sección de España.

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