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Entra en vigor el alto el fuego en Siria pactado por Trump y Putin

Combatientes opositores y Damasco acatan el alto el fuego después de que helicópteros del Ejército regular sirio bombardeara la región

Un rebelde camina frente a construcciones destrozadas en la parte rebelde de Deraa.Vídeo: ALAA AL-FAQIR REUTERS | EPV
Natalia Sancha

El alto el fuego parcial acordado entre Estados Unidos y Rusia en el suroeste de Siria ha entrado en vigor a las 11 de la mañana de este domingo. Horas antes, helicópteros del Ejército sirio han bombardeado los arrabales de la ciudad meridional de Deraa. Los ataques, que incluyeron el lanzamiento de 10 misiles, se produjeron poco después de la medianoche, según ha informado el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, que ha agregado que, desde entonces, reina la calma tanto en Deraa, como en las provincias vecinas de Quneitra y Sueida, incluidas en el cese de las hostilidades. Tanto el Gobierno de damasco como el Ejército regular sirio han declinado hacer declaración alguna al respecto.

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En estas tres regiones del suroeste sirio ya rige una tregua declarada unilateralmente por Damasco el domingo pasado. El acuerdo para detener los combates fue alcanzado el pasado viernes por los presidentes de EE UU y Rusia, Donald Trump y Vladímir Putin, respectivamente, en la cumbre del G20 en Hamburgo (Alemania). Igualmente, Jordania, país fronterizo con el sur de Siria, ha participado en el acuerdo. En junio de 2016, Amman cerró su frontera con Siria a cal y canto reduciendo el tránsito de tanto armas como de combatientes opositores. “Hasta ahora se está respetando y no ha habido ni bombardeos ni enfrentamientos, pero esperamos a ver si se mantiene”, dice Muawiya Faisal, combatiente del Ejército Libre Sirio desde Deraa. “Hemos recibido muchas presiones de Jordania para aceptar el acuerdo. No nos llegan armas y la mayoría de los civiles han huido a las regiones fronterizas con Jordania”, apostilla Faisal. Sin embargo, el joven miliciano asegura que los uniformados regulares sirios no se han retirado de sus bases en la ciudad y periferia como acordado a través de la mediación de Amán.

El acuerdo alcanzado este domingo apunta a un nuevo acercamiento entre Moscú y Washington en el tablero sirio. “Hemos negociado un alto el fuego en zonas de Siria lo que salvará vidas. Ahora es tiempo de avanzar en un trabajo constructivo con Rusia”, publicó Trump este domingo en su cuenta de Twitter. La ONU calificó de “desarrollo positivo” el alto el fuego parcial, mientras que el ministro de asuntos exteriores ruso, Sergei Lavrov, adelantó que “se prevé asegurar el acceso humanitario y establecer contactos entre la oposición en la región y un centro de supervisión que está siendo establecido en la capital Jordana”.

A pesar de las optimistas declaraciones lanzadas por los mandatarios norteamericano y ruso, aún no se ha especificado quién habrá de monitorear la implementación del acuerdo en el terreno. Tanto Washington como Bruselas han acusado anteriormente a Moscú de ser parte del conflicto y por lo tanto no estar cualificada para actuar como observador neutral. Este alto el fuego parcial se alinea sin embargo con la iniciativa tripartita propuesta por Ankara, Moscú y Teherán el pasado mes de mayo según la cual estos tres países serían los encargados de supervisar el cese de hostilidades en cuatro “zonas de desescalada” en Idlib, norte de Homs, Guta oriental y en el sur del país (Deraa, Quneitra y Sueida). Por lo que de mantenerse con éxito la actual tregua en el sur del país, la iniciativa podría ser replicada en las otras tres “zonas de desescalada” propuestas.

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En el último mes, la región sur ha protagonizado un repunte de la violencia, especialmente en Deraa, cuya capital homónima está considerada como la "cuna de la revolución", ya que en ella estallaron en marzo de 2011 las primeras protestas antigubernamentales que degeneraron en el conflicto actual. Diferentes incitativas políticas para lograr el cese de las hostilidades en Siria se han repetido durante los siete años que dura la guerra sin que ninguna de ellas haya logrado frenar un conflicto en el que han perdido la vida más de 320.000 personas (un tercio de ellas civiles). La entrada en la guerra de Washington, en 2014, y de Moscú, en 2015, han internacionalizado el conflicto en el que ambas potencias internacionales mantienen intereses opuestos.

A diferencia de Barack Obama, Donald Trump desplegó misiles en Siria en respuesta a un ataque químico del que ha responsabilizado al régimen de Bachar el Asad. Moscú, estrecho aliado de Damasco, ha condenado los tres ataques que la Coalición internacional ha llevado a cabo en los últimos meses contra las tropas regulares sirias. El terrorismo internacional y la lucha contra el ISIS son, sin embargo, un importante punto de confluencia entre ambos. En Raqa, al norte del país y capital de facto del ISIS, tanto las fuerzas aliadas de Washington como las sirias avaladas por Moscú han lanzado el pasado mes sendas ofensivas desde norte y sur para expulsar a los yihadistas.

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