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Europa gana 1,5 millones de habitantes gracias a la inmigración

El número de muertes supera al de nacimientos por segundo año consecutivo

Lucía Abellán
Puesto de información en la feria de formación porfesional y ofertas laborales para refugiados celebrada en Berlín a principios de junio.
Puesto de información en la feria de formación porfesional y ofertas laborales para refugiados celebrada en Berlín a principios de junio. SEAN GALLUP (GETTY)

En la Unión Europea mueren más personas de las que nacen. Solo la inmigración impide que el bloque comunitario pierda población. La UE ganó 1,5 millones de habitantes en 2016 (hasta los 511,8 millones), según los datos difundidos este lunes por Eurostat, la oficina estadística europea. Todo el crecimiento obedece a llegadas netas del exterior (una vez restados los extranjeros que abandonan el país para ir a otro territorio). Alemania, Reino Unido y Suecia encabezan la lista de países que más residentes atrajeron. Les sigue España, con algo más de 89.000 inmigrantes nuevos.

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Europa dio los primeros signos de agotamiento a principios de 2016, cuando por primera vez se registraron más fallecimientos que nacimientos. Pero las nuevas incorporaciones (casi dos millones de personas) compensaron con creces esa pérdida natural de población. Las cifras de enero de este año confirman esa tendencia: el número de nacimientos (5,11 millones) y de muertes (5,13 millones) está prácticamente igualado, pero los inmigrantes ganan peso (aunque en un volumen menor que el año anterior).

El patrón de nacimientos coincide a grandes rasgos con el de los últimos años. Irlanda, Suecia, Reino Unido y Francia se sitúan a la cabeza de Estados con mayor proporción de nuevos bebés sobre la población. Por el contrario, los países sureños (Italia, Portugal, Grecia y España, con menos ayudas públicas a la natalidad) figuran a la cola.

La inmigración se consolida como una variable decisiva en las cifras europeas de población. Alemania, el gigante económico de la UE y también el más poblado (82,8 millones de personas), acogió a 774.000 personas el año pasado, según las cifras desglosadas de Eurostat. Reino Unido, que ha convertido el freno a la inmigración en su principal bandera política, registró a 248.000 extranjeros más. Y Suecia, el país más demandado entre los solicitantes de asilo, junto con Alemania, se acercó a 118.000.

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El concepto de inmigrante en esta estadística incluye a todo extranjero —de otro país de la UE o de un tercer país— que haya residido en un Estado miembro determinado durante los últimos 12 meses (o que tenga la intención de hacerlo en los próximos 12). Es decir, el extranjero debe tener algún tipo de residencia habitual en ese país, según explican los expertos de Eurostat. Algunos países identifican ese concepto con residencia legal (no todos). En las cifras de población están también incluidos los refugiados que hayan mantenido este estatus al menos un año. Prácticamente la mitad de los Estados incluyen también a quienes lo han solicitado pero aún no han obtenido respuesta.

Cambio de rumbo en España

Pese a que España no figura entre los países que más refugiados acogen, los datos conjuntos de inmigración arrojan un cambio de rumbo radical desde el año pasado. Los 89.126 nuevos extranjeros que se comunicaron oficialmente entre enero de 2016 y enero de 2017 representan el cuarto incremento más elevado de la UE. El dato contrasta enormemente con la senda experimentada durante los años de la crisis, cuando muchos extranjeros abandonaron el país en busca de oportunidades laborales en otros territorios. El crecimiento más reciente supone el primero registrado desde 2011 y contrasta con los 7.490 inmigrantes netos que todavía perdió España en 2015. La ganancia de 2016 excede la registrada —por separado— en Holanda, en Austria y en Francia.

Muchos expertos han alertado en los últimos años de que la pérdida natural de población en la UE requiere una incorporación constante de migrantes para evitar carencias de mano de obra en algunos sectores. “Al tiempo que se cierra la puerta trasera para la inmigración irregular a la UE, los Estados miembros deberían abrir la puerta delantera a la migración legal por motivos laborales, creando más oportunidades de empleo para ciudadanos no comunitarios”, recomienda el CEPS, uno de los principales laboratorios de ideas de la UE, en un reciente informe sobre migración.

También la Comisión Europea ha recomendado —tímidamente— abrir canales legales a la migración, pero el carácter altamente inflamable que ha adquirido este debate en los últimos tres años ha silenciado la propuesta.

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Sobre la firma

Lucía Abellán
La redactora jefa de Internacional de EL PAÍS ha desarrollado casi toda su carrera profesional en este diario. Comenzó en 1999 en la sección de Economía, donde se especializó en mercado laboral y fiscalidad. Entre 2012 y 2018 fue corresponsal en Bruselas y posteriormente corresponsal diplomática adscrita a la sección de España.

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