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Schröder pierde apoyos y miles de afiliados en el SPD

El canciller sufre una caída en las encuestas y deserciones masivas por su plan de reforma

Los sondeos registran un Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) en demoscópica caída libre, con sólo un 26% de intención de voto; más de 30.000 afiliados se dieron de baja en el SPD entre enero y agosto de este año; las elecciones del Estado Libre de Baviera concluyeron con un SPD por debajo del 20%, el peor resultado desde el final de la II Guerra Mundial; seis diputados del SPD votaron contra la ley de reforma sanitaria en el Parlamento.

Estos datos dejan abierta la duda de si la coalición SPD-Verdes cuenta con mayoría suficiente para sacar adelante el programa de reformas de la sanidad, el paro y las pensiones llamado Agenda 2010.

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Ayer, el canciller socialdemócrata, Gerhard Schröder (SPD), de 59 años, volvió a dejar claro de forma inequívoca: "Mi destino político quiero, de una forma completamente consciente, unirlo a la realización de esas reformas. Si no logramos cumplir esa tarea hasta navidades, no volveremos a encontrar otra oportunidad". El tiempo apremia. El año 2004, con elecciones europeas y en varios estados federados, se habrá pasado la oportunidad de sacar adelante las reformas.

En el vía crucis particular de Schröder ya se avista la siguiente estación. El 17 de octubre, en el Bundestag se debatirá la reforma de la legislación laboral. En esa ocasión la coalición rojo-verde que gobierna en Alemania no podrá contar con los votos de la oposición democristiana (CDU/CSU), como ocurrió con la reforma sanitaria, y tendrá que contar con una mayoría propia. Schröder mantiene lo que ya parece haber convertido en estrategia: amenazar con abandonar el barco si las reformas no salen adelante, es decir, si los diputados del SPD lo dejan en la estacada.

El SPD traga a duras penas el sapo de unas reformas, la Agenda 2010, que suponen recortes importantes a la red de seguridad social, tejida durante décadas de la llamada economía social de mercado.

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Los cimientos de la seguridad social alemana se tambalean y amenazan con venirse abajo. Tasas mínimas de natalidad y prolongación hasta casi los 80 años de las expectativas de vida hacen añicos los cálculos para las pensiones. Con tasas de desempleo por encima del 10% y 4,5 millones de parados, el seguro de paro no resiste. Al mismo tiempo, caen los ingresos fiscales, con el consiguiente incumplimiento de la exigencia de la Unión Europea de mantener el déficit por debajo del 3% del producto interior bruto (PIB). Los gastos de sanidad se disparan y los recortes en las prestaciones resultan inevitables. Demasiado para Schröder y un SPD que ganaron las elecciones hace un año por apenas 6.000 votos.

La militancia socialdemócrata se muestra hastiada de un Gobierno de centro-izquierda cuya primera tarea consiste en hacer el trabajo sucio de sanear la economía con tijeretazos a la red de seguridad social.

Las consecuencias: devoluciones masivas de carnés de afiliados y abstención al votar. En el feudo tradicional de la socialdemocracia alemana, en las cuencas del Rin y del Ruhr, la democracia cristiana (CDU) cuenta ya con más afiliados que el SPD. Desde la reunificación alemana, el año 1990, ha perdido 286.000 afiliados y 100.000 desde que Schröder dirige el partido.

La última reunión de la presidencia del SPD en Berlín fue tormentosa. Según informa Bild Zeitung, Schröder acusó de "chantajista" a uno de los jefes de fila de los disidentes que votaron contra la reforma de sanidad. Schröder lucha contra las cuerdas por una reforma que su propio partido no acaba de tragar.

Gerhard Schröder saluda en un acto del SPD, en junio de 2003.

 / EPA
Gerhard Schröder saluda en un acto del SPD, en junio de 2003. / EPA

La CDU contraataca

El ex presidente de Alemania Roman Herzog presentó ayer el informe de una comisión de la democracia cristiana (CDU) para reformar los sistemas de Seguridad Social y llegó a la conclusión de que "el sistema social está al borde del abismo" y "si no hay crecimiento el sistema vuela por los aires".El parto de la comisión Herzog, encargada por la CDU de elaborar un programa de reforma de los sistemas de Seguridad Social, duró medio año. Ayer, el prestigioso ex presidente presentó en Berlín las conclusiones.

Las propuestas coinciden con las del Gobierno federal en que no queda más remedio que recortar las prestaciones y en que es hora de arrimar el hombro. Las diferencias están en dónde recortar y las modalidades de los tajos.

Entre otros muchos detalles, la comisión Herzog propone elevar a 67 años la edad de retiro con la jubilación íntegra, aunque contempla la posibilidad de retiro a los 63 años para quienes hayan completado 45 de cotización. El número de hijos debe tener repercusión en una mejora de la jubilación y además no pagarán cuotas por seguro de enfermedad y de dependencia.

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