Nacionalistas y socialdemócratas, igualados ante las elecciones parlamentarias de mañana en Croacia
Las elecciones parlamentarias del próximo domingo en Croacia podrían presentar un resultado muy igualado entre los partidos nacionalistas y los de centro-izquierda,
según prevén las últimas encuestas. La coalición liderada por el Partido Socialdemócrata (SDP) de Ivica Racan -en el Gobierno- obtendría unos 72 escaños, mientras que las fuerzas de centro derecha lograrían entre 68 y 70. Si bien la diferencia a favor del Gobierno es poca, Racan confía en que los representantes de las minorías, especialmente los serbios, darán sus votos a favor de la política de integración europea desarrollada en los últimos años y contra el regreso de la derecha, cuyo régimen autoritario del fallecido Franjo Tudjman cayó cuatro años atrás.
Por su parte, la Unión Democrática Croata (HDZ, nacionalista), fundada por Tudjman, sigue siendo una de las grandes fuerzas políticas, con un apoyo del 25% de los electores. Con los aliados de centro-derecha, el HDZ podría alcanzar a los socialdemócratas.
Ivo Sanader, presidente del HDZ y líder de la oposición, vio crecer sus oportunidades en el último año por el aumento alarmante de la deuda externa, estimada en unos 20.000 millones de dólares. Sanader, que fue miembro del Gabinete con Tudjman, también se ha visto beneficiado por las órdenes de captura levantadas por el tribunal de La Haya contra generales croatas, lo que alimentó el discurso nacionalista, crítico, como sostiene la derecha, con la actitud del Gobierno de Racan respecto del tribunal. Además, la Iglesia católica ha mostrado su apoyo a los partidos de centro-derecha durante la campaña electoral.
Racan, por su parte, pudo hacer callar varias veces a la oposición porque, a pesar de todo, la economía y los salarios crecen y Croacia recibe ayudas de la UE. Líderes europeos como Romano Prodi, Tony Blair o Gerhard Schröder no dudaron en visitar Zagreb para dar un respaldo a la política de Racan y advertir de que la vuelta de los derechistas al poder podría retrasar el camino hacia Bruselas.
