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LA POSGUERRA DE IRAK

EE UU limitará la soberanía del futuro Gobierno provisional de Irak

Washington quiere conservar el control en asuntos como la seguridad y la legislación

Los testimonios de responsables de la Administración durante esta semana ante varios comités del Congreso han dejado claro que Estados Unidos no contempla la plena soberanía para el Gobierno provisional iraquí, que debería asumir sus funciones el próximo 30 de junio. Los límites que el Gobierno estadounidense quiere introducir hasta que se celebren elecciones, en enero de 2005, se refieren a la capacidad legislativa de los nuevos organismos en Irak y con el control de la policía y el Ejército. Ambos asuntos plantearán serios problemas en el debate de la nueva resolución de la ONU sobre Irak.

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El presidente Bush, que ha respaldado públicamente, sin entrar en detalles, el plan que la ONU prepara para la transición en Irak, ha dicho también que las tropas seguirán allí después del 30 de junio. Condoleezza Rice, su consejera de Seguridad, fue más clara el jueves en sus reuniones con legisladores demócratas y republicanos: "Los aspectos principales de la soberanía quedarán en manos de Irak, pero hasta que sus fuerzas de seguridad no sean lo suficientemente fuertes como para asumirlo, las tropas de la coalición mantendrán la responsabilidad de la seguridad".

En las próximas semanas se debatirá en el Consejo de Seguridad la resolución que debería replantear el papel de la ONU en Irak y organizar el proceso político, económico y militar del país, y uno de los debates pendientes más complicados será el de las facultades de los cuerpos de seguridad iraquíes. Javier Solana, alto representante de la UE, se entrevistó el jueves en Nueva York con Kofi Annan, secretario general de la ONU, después de haberse reunido en Washington con tres representantes del Gobierno de Bush. Al anticipar el problema de la policía y el Ejército iraquí, Solana dijo que era uno de los escollos pendientes sobre los que negocia Lajdar Brahimi, enviado especial de Annan en Irak. "Una posible solución sería que, una vez constituido, el nuevo Gobierno iraquí pida a la ONU que asuma provisionalmente las tareas de seguridad". Pero el problema "sigue abierto y habrá que ver si se ajusta o no en la resolución; en todo caso, lo importante es que lo pida la futura Administración iraquí, no la actual".

El jueves por la tarde, Marc Grossman, subsecretario de Estado para Asuntos Políticos, admitió posibles conflictos de autoridad en situaciones críticas o en explosiones de violencia como las de las últimas semanas: "Haremos lo que podamos para consultar con el nuevo Gobierno y tener en cuenta sus puntos de vista, pero los mandos estadounidenses tendrán el derecho, el poder y la obligación de tomar las decisiones". Grossman reveló que en estos momentos se negocia -en un comité dirigido por Adnan Pachachi, miembro del actual Consejo Provisional- un reglamento que trata de delimitar las competencias del futuro Gobierno y avanzó la propuesta base de EE UU en su intervención ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado: "El Gobierno provisional no debería actuar como un ente legislativo. Creemos que la fase entre el 1 de julio y finales de diciembre no es el momento adecuado para elaborar nuevas leyes".

En el plan de Brahimi se contempla que un Gobierno provisional dirija Irak desde el 1 de julio con un presidente y dos vicepresidentes. Después, una asamblea al estilo de la Loya Jirga afgana -los criterios de participación y el número de miembros aún son borrosos, aunque se habla de un millar de personas- elegirá una especie de cámara provisional hasta las elecciones, previstas para enero de 2005, "pero que no debería tener capacidad legislativa", según Grossman. Esa cámara deberá redactar la nueva Constitución y preparar el complicado proceso electoral junto con el nuevo Gobierno.

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Pero la regulación de ese proceso electoral dependerá no del Gobierno ni de la asamblea, sino de una comisión electoral independiente, por sugerencia de la ONU, según reveló Grossman a los congresistas. De sus palabras se desprende, además de la voluntad estadounidense de intentar controlar en la medida de lo posible factores clave del semestre de la transición, que los planes de Naciones Unidas aún están en fase de borrador, y que hay por delante una fuerte batalla política y diplomática hasta que se delimiten.

El administrador de EE UU en Irak, Paul Bremer, reunido con varios líderes tribales en la ciudad iraquí de Tikrit.
El administrador de EE UU en Irak, Paul Bremer, reunido con varios líderes tribales en la ciudad iraquí de Tikrit.REUTERS

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