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LA POSGUERRA DE IRAK | La investigación de las torturas

Los jefes militares de EE UU aseguran ante el Senado que no ordenaron torturar

El Pentágono ha investigado 75 casos de malos tratos en Irak y Afganistán desde el año 2002

Las autoridades militares de EE UU pusieron ayer por primera vez un número a los casos de torturas conocidos desde diciembre de 2002: "El número total de casos de abusos sobre detenidos que han sido investigados desde el principio del conflicto con Afganistán es de 75", dijo ante el Comité de las Fuerzas Armadas del Senado el general John Abizaid, jefe del Mando Central. Tanto él como el general Ricardo Sánchez prometieron ir hasta el final -"y eso me incluye a mí", dijo Sánchez- en la búsqueda de responsabilidades, pero ambos negaron haber dado órdenes para extremar las condiciones de los interrogatorios.

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El Pentágono anunció que hay un nuevo disco de fotos digitales sobre las humillaciones en la cárcel de Abu Ghraib. "Pronto transmitiré al Comité las condiciones y el momento en el que se podrán ver esas fotos", comunicó John Warner, su presidente. La sesión de ayer fue muy importante por su contenido y por la presencia de uniformados enormemente relevantes. Además de Abizaid y Sánchez, compareció también el general Geoffrey Miller, responsable de prisiones. Abizaid fue directo: "Hemos sufrido una derrota. Asumo las responsabilidades por esa derrota". Pero tanto él como Sánchez dijeron que nunca han conocido o aprobado normas que permitieran malos tratos, humillaciones o torturas. Ésta es una de las cuestiones capitales en la crisis, y el debate en curso permite deducir que hay un auténtico pulso dentro del Pentágono para delimitar responsabilidades.

El general Abizaid dio una idea de la extensión del problema: "Ha habido abusos en Afganistán, los ha habido en Irak y en otros lugares. Creo que la pregunta que tenemos delante es si ha habido un problema de abusos sistemáticos en las operaciones del Mando Central relacionadas con los interrogatorios". Y cuando el combativo senador Robert Byrd le preguntó cómo explicar "que se permitiera el desarrollo de una cultura de abusos en las cárceles", Abizaid contestó: "No creo que exista una cultura así bajo mi mando", y explicó: "Específicamente, pedí al inspector general del Ejército si creía que había un modelo de abuso de prisioneros en la zona de operaciones del Mando Central. Y después de investigar en Irak y en Afganistán, me dijo que no".

Abizaid asumió sus responsabilidades como jefe y negó que el mal fuera generalizado: el problema estuvo en Abu Ghraib, dijo, pero seguirán las investigaciones: "Por las pruebas hasta ahora recogidas creemos que había problemas sistemáticos en la cárcel que pueden haber contribuido a los acontecimientos. Hay más investigaciones abiertas. Seguiremos las pistas hasta donde nos lleven y continuaremos corrigiendo los problemas. Y buscaremos a los responsables".

Sanciones más fuertes

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El general Sánchez, que encargó la investigación al general Antonio Taguba cuando supo de la denuncia que el soldado Joseph Darby hizo el 13 de enero de este año, negó haber dado órdenes en las que se autorizaban los malos tratos y dijo que puede haber en el horizonte sanciones más fuertes que las que se han adoptado hasta ahora si surgen pruebas de las investigaciones en curso. Hasta ahora, seis mandos han recibido sólo amonestaciones. Pero Sánchez fue diáfano: "Podemos encontrar pruebas que no sólo desemboquen en más consejos de guerra, sino que nos obliguen a revisar decisiones tomadas previamente". Y nadie de la cadena de mando está libre de verse salpicado por las consecuencias, aseguró Sánchez, con este subrayado: "Y eso me incluye a mí".

El aviso es oportuno, porque no está claro su papel en el debate sobre quién dio las órdenes de aplicar malos tratos a los prisioneros. Sánchez negó haber sido él y especificó sus directivas. El coronel Mark Warren, que acompañaba a los generales como abogado, dijo que las reglas de interrogatorios habían sido distribuidas por un capitán, unas reglas que, según Sánchez, ni conoció ni aprobó. Pero la semana pasada, el teniente general Mark Alexander, de Inteligencia Militar, dijo que las líneas maestras salían de Sánchez. Puesto de nuevo en cuestión, el general explicó que lo que él había ordenado en noviembre es que la Inteligencia Militar asumiera el control en Abu Ghraib "para mejorar la base de las operaciones defensivas", no para que se encargaran de los interrogatorios.

El general Miller, antiguo responsable del complejo penitenciario de Guantánamo, aseguró que allí ha habido "algunos casos de abusos menores" que desembocaron en "dos o tres sanciones administrativas y un consejo de guerra" , pero "nada sistemático en el tiempo en el que yo estuve allí".

Los generales Sánchez (izquierda), Abizaid y Miller comparecen ante el Senado de EE UU en Washington.
Los generales Sánchez (izquierda), Abizaid y Miller comparecen ante el Senado de EE UU en Washington.REUTERS

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