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Relevo en Cuba

Una dirección colectiva gobierna Cuba

Raúl Castro continúa sin aparecer en público en el tercer día sin su hermano Fidel en el poder

Tercer día sin Fidel Castro en el poder. Y a falta de noticias sobre su estado de salud, se confirma lo que algunos analistas habían predicho: regrese o no el bastón de mando al comandante, la apuesta oficial es por una sucesión institucional y un futuro Gobierno de dirección colectiva. Por si alguien lo dudaba, ayer el diario Granma reprodujo en primera página unas recientes declaraciones de Raúl Castro (que todavía no ha aparecido en público como presidente en funciones) cuando dijo que el liderazgo fundacional de Fidel no se hereda y que sólo el Partido Comunista de Cuba (PCC), como institución "de vanguardia", puede sucederle. De hecho, ya está trabajando, bajo la dirección de Raúl, un equipo de seis personas a modo de Gobierno provisional de sucesión.

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Las palabras de Raúl, pronunciadas el 14 de junio, mes y medio antes de que su hermano cayera enfermo, fueron interpretadas entonces como una señal de que los preparativos internos con vistas al poscastrismo habían comenzado y que la nomenclatura no estaba pensando en nuevos liderazgos unipersonales, sino en una estructura colegiada y de responsabilidades compartidas. Más que nunca hoy esa tesis se confirma.

Mientras tras bambalinas se juega al ajedrez político, en las calles, pese a la aparente normalidad, las autoridades han activado los "mecanismos de protección de la revolución", en previsión de cualquier incidente o "eventualidad".

En la capital, las fiestas de carnaval, que iban a comenzar el viernes, fueron pospuestas "hasta nuevo aviso" y el coordinador general de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), Juan José Rabilero, afirmó que se está "fortaleciendo la vigilancia popular" y no sólo "para evitar alguna manifestación contrarrevolucionaria" interna. Es decir, de la disidencia. "Hemos activado los destacamentos mirando al mar, pues estamos convencidos de que en estos momentos ellos van a intentar provocar infiltraciones para crear el caos, tratando de hacer actos de terrorismo", dijo Rabilero a la emisora Radio Rebelde. El funcionario indicó que se trabaja también "para evitar las salidas ilegales, un pretexto que ellos siempre han tenido para provocar una agresión a nuestro país". Todos los cederistas han sido convocados a "conocer su medio, su lugar y su forma de combate, tratando de que haya un apoyo incondicional a la preparación para la guerra de todo el pueblo".

Hermetismo oficial

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Pese a estos barruntos bélicos, analistas y diplomáticos centraban ayer su atención en los movimientos en el PCC y por supuesto en la salud de Castro. El hermetismo oficial sobre su verdadero estado es absoluto.

Aunque por comentarios informales de familiares del comandante y por declaraciones del presidente del Parlamento, Ricardo Alarcón, y del presidente venezolano, Hugo Chávez, se cree que Castro no está grave y podría recuperarse antes de la próxima cumbre del Movimiento de Países No Alineados, que se celebrará entre el 11 y el 16 de septiembre en La Habana, algunos médicos son menos optimistas.

"Para empezar, la anestesia general a esa edad puede traer complicaciones de otro tipo. Quizá, aunque se recupere físicamente, nunca vuelva a ser ya el mismo Fidel ni pueda realizar su trabajo como hasta ahora", aseguró un prestigioso cirujano consultado por este diario, a quien le preocupa sobre todo "la salud mental" de Castro.

Sea cual sea la evolución del mandatario y el desenlace final de este episodio quirúrgico, de hecho, el nuevo equipo de Gobierno, designado por el propio Castro, ya ha empezado a trabajar. Sus miembros, probablemente, tendrán gran peso cuando se produzca la sucesión definitiva, si esta ocurre como ha sido planificada.

Además de Raúl, otros seis hombres han asumido las labores prioritarias para Fidel Castro, y en todos los casos son miembros del Comité Central. Entre ellos destaca Carlos Lage, de 54 años, secretario del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, que fue responsable de aplicar las reformas de apertura económica en los años noventa y, de hecho, actúa ya como un primer ministro. Tanto él como el canciller Felipe Pérez Roque (41), durante siete años secretario personal de Castro y hoy uno de sus más cercanos colaboradores, son piezas clave en el nuevo escenario, junto a dos hombres considerados comunistas ortodoxos, José Ramón Machado Ventura (75), actual jefe de organización del PCC, y José Ramón Balaguer (74), antiguo ideólogo de la organización, que representan, con Raúl, la continuidad de la dirigencia histórica. Tampoco es casual la presencia en este equipo de Francisco Soberón, de 62 años, presidente del Banco Central de Cuba y protagonista del actual proceso de recentralización económica que se vive en el país. Ninguno de ellos ha aparecido en público. Tampoco Raúl, y aun así todos los ojos están puestos sobre su sombra.

Tres empleados atienden la carnicería judía en La Habana.
Tres empleados atienden la carnicería judía en La Habana.REUTERS

Ni carnavales ni periodistas

Hoy en el malecón de La Habana no habrá carrozas ni comparsas, y tampoco podrán bailar el son los corresponsales extranjeros que, en avalancha y con visado de turista, intentan entrar a la isla desde el martes para informar de los últimos sucesos cubanos. Las fiestas del popular carnaval habanero, convocado entre el 4 y el 12 de agosto, debían comenzar esta noche en el paseo marítimo de la ciudad, pero fueron "pospuestas" el miércoles por la comisión organizadora sin explicar los motivos ni anunciar nueva fecha.

Las tarimas y palcos instalados en plena avenida para el evento siguen todavía en el malecón, igual que el cartel que un vecino entusiasta ha colocado hace días en la terraza de su casa, cerca del hotel Deauville, como regalo de cumpleaños para el comandante en su 80 aniversario, y que dice: "Viva Fidel. 80 más".

Quienes también se quedarán sin bailar, informativamente hablando, son los casi dos centenares de periodistas extranjeros, muchos de ellos españoles, que en las últimas 48 horas han solicitado oficialmente visado para trabajar en la isla, o los que directamente se han arriesgado a viajar a Cuba con visado de turista.

Más de 150 corresponsales han solicitado los correspondientes visados de prensa desde la noche del lunes, según fuentes del Centro de Prensa Internacional (CPI), organismo dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores. Pero estos han de tramitarse en las embajadas cubanas de cada país, y en ellas la respuesta hasta ahora ha sido tajante: la situación en el país es estable y no hay previsto conceder permisos hasta la cumbre del Movimiento de Países No Alineados, que se celebrará en La Habana entre el 11 y el 16 de septiembre.

Aproximadamente dos decenas de periodistas llegados a La Habana en las últimas horas "por libre" han sido reembarcados a su país en el mismo avión, y más de uno ha tenido que pasar la noche en los bancos del aeropuerto a golpe de mojitos, sándwich y jugo de mango.

Funcionarios del CPI se interesan por los periodistas en las taquillas de inmigración y supervisan si cuentan con las visas correspondientes. Quien no lo tiene, de vuelta a casa. "No hay ninguna cerrazón informativa", aseguran fuentes del CPI, "lo que pasa es que hay que respetar las leyes y se acabó".

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