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Clinton aparca los derechos humanos en su visita a China

EE UU da prioridad a la crisis económica y la seguridad

Hillary Clinton inició ayer la etapa más difícil de su gira asiática con pragmatismo político. La Secretaria de Estado de EE UU aterrizó en Pekín, donde criticará ante los líderes chinos la situación de los derechos humanos, pero no hasta el punto en que lo hizo en 1995, cuando su marido, Bill Clinton, era presidente.

Sus prioridades serán la crisis económica, el cambio climático y las cuestiones de seguridad, como la desnuclearización de Corea del Norte. Porque, según dijo en Seúl, antes de volar por la tarde a Pekín, el debate con China sobre los derechos humanos no debe dificultar los intentos de alcanzar un consenso en otros asuntos más amplios. "Tenemos que continuar presionando, pero nuestra presión en este tema no puede interferir con la crisis económica global, el cambio climático y las crisis de seguridad. Debemos tener un diálogo que conduzca a un entendimiento y cooperación en cada uno de estos asuntos", dijo, informa Reuters. "Eso no significa que las cuestiones de Taiwan, Tíbet, los derechos humanos, y el amplio abanico de desafíos que, a menudo, debatimos con los chinos no formen parte de la agenda. Pero sabemos bastante bien lo que nos van a contestar".

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El comentario de Clinton refleja la actitud pragmática adoptada por la Administración de Barack Obama, que parece no tener otra opción que trabajar con el Gobierno chino, ya que sus intereses mutuos, económicos, políticos e incluso medioambientales, cada vez son más interdependientes.

Clinton afirmó el lunes en Japón antes de iniciar su primer viaje como jefa de la diplomacia estadounidense que quiere reforzar los lazos entre Pekín y Washington más allá del núcleo económico que protagonizó la política de George W. Bush con China.

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Ambos países se han hecho recriminaciones en las últimas semanas sobre cuestiones comerciales. Mientras, el Secretario del Tesoro, Timothy Geithner, ha acusado a Pekín de manipular su divisa para ganar ventaja competitiva en los mercados internacionales -una reivindicación histórica de EE UU-, China ha advertido contra las tendencias proteccionistas norteamericanas, debido a la crisis mundial.

Pero, en paralelo, han declarado que van a reanudar su intermitente diálogo militar, y que quieren colaborar más estrechamente para luchar contra el calentamiento global. "Potenciar la cooperación sobre el cambio climático va en interés de los dos países", ha afirmado esta semana la portavoz china de Exteriores, Jiang Yu.

Los derechos humanos pasan así a un segundo plano, para decepción de activistas y algunas organizaciones internacionales, que esperaban una repetición del duro discurso que pronunció Clinton hace 13 años, durante la Cuarta Conferencia Mundial de la Mujer, celebrada en Pekín, y que levantó ampollas entre los dirigentes chinos.

Hillary Clinton, en el aeropuerto de Pekín tras llegar a China.
Hillary Clinton, en el aeropuerto de Pekín tras llegar a China.REUTERS

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