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Entrevista:AHMED RASHID | Analista político paquistaní | La guerra contra el terrorismo

"Al Qaeda puso sus ojos en Swat hace tres años"

Ángeles Espinosa

Ahmed Rashid lleva advirtiendo del peligro de talibanización de Pakistán desde hace una década. Sin embargo, las palabras del autor de Descenso al Caos (Península, 2009) han estado cayendo en saco roto hasta que los extremistas se acercaron peligrosamente a Islamabad el mes pasado. Ahora, el Ejército les combate a un centenar de kilómetros de la capital. "Es una batalla que va a llevar tiempo", señala el autor durante una conversación en su domicilio de Lahore. "Los talibanes no han estado tres años estableciendo sus redes para retirarse a la primera de cambio". En su opinión, "Al Qaeda puso sus ojos en Swat porque es el lugar ideal para establecer un centro de operaciones".

Pregunta. ¿Qué diferencia la actual campaña militar contra los talibanes de las anteriores?

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Respuesta. La principal ha sido la provocación de los extremistas. Al denunciar la democracia y el sistema judicial, han dejado claro cuáles son sus intenciones. En segundo lugar, es la primera vez que se desplazan tropas desde la frontera con India. Estados Unidos dice que se han trasladado entre seis y ocho brigadas. Existen dudas sobre si va a mantenerse el esfuerzo, pero el enorme desplazamiento de población de Swat apunta a que sí. Espero que esa gente no esté sufriendo en balde. Lo más preocupante es que desde 2004 no hemos visto ataque de ningún tipo contra los líderes (talibanes). Esto suscita las sospechas de paquistaníes y estadounidenses sobre que el ISI (siglas de Inter Services Intelligence, el poderoso servicio secreto paquistaní) sigue en contacto con ellos y que desea preservarlos para el futuro.

P. ¿Quiénes son los talibanes de Swat? ¿Qué lazos tienen con los extremistas de las agencias tribales y con Al Qaeda?

R. Al principio eran un movimiento local para la reinstauración de la sharía, que estuvo en vigor en Swat hasta 1969 cuando ese principado pasó a formar parte de Pakistán. Sin embargo, empezó a recibir apoyo de los talibanes paquistaníes y de Al Qaeda, que desde hace tres años tiene los ojos en Swat como un posible refugio, mejor situado que las FATA (siglas de las Agencias Tribales Administradas Federalmente, donde se cree que se esconden Osama Bin Laden y sus secuaces), con mejores infraestructuras y fácil para las operaciones. Así que enviaron grandes cantidades de dinero y milicianos de fuera de Swat a Fazlullah, quien empezó una campaña de terror contra la población local para imponer su férula. Él nunca tuvo esa autoridad. No era ni un líder, ni un ulema, ni tenía influencia. Era el operador del telesilla en la estación de esquí...Fue el dinero y las armas de Al Qaeda lo que le dieron el poder y la autoridad que le permitieron extender el movimiento.

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P. Entonces ¿es cierto que el 10% de los combatientes en Swat son extranjeros como dice el Ejército?

R. Sin duda que hay extranjeros en Swat. No sabemos cuántos. Siempre los ha habido con los talibanes, desde el 11-S, porque miles de extranjeros se escaparon de Afganistán con los talibanes y Al Qaeda. Chechenos, centroasiáticos y otros. Pero más que los extranjeros lo que es decisivo es el papel de los pastunes de las FATA. Los verdaderos combatientes (en Swat) han venido de allí. Son ellos los que están dirigiendo esta guerra, no es Fazlullah. Han enviado a varios miles de milicianos experimentados. También están reclutando a jóvenes locales en Swat, pero estos no tienen experiencia de combate y los usan para mantener las posiciones, mientras los veteranos se enfrentan al Ejército y se expanden por las zonas vecinas como Shangla o Buner. Se trata de una campaña muy organizada.

P. ¿Por qué es tan importante para Occidente apoyar la operación contra esos elementos en Swat?

R. Según fuentes de inteligencia españolas ciudadanos españoles ya han sido entrenados en FATA. Si Swat llega a convertirse en el centro de operaciones de Al Qaeda, facilitaría mucho sus esfuerzos de reclutamiento debido a la facilidad con la que la gente puede entrar y salir de allí, y a que infraestructuras, comunicaciones, todo es mucho mejor que en FATA. Además, Swat cuenta con recursos naturales como maderas nobles y minas de esmeraldas, y es fácil de defender. Es un lugar ideal para un campo de entrenamiento (terrorista).

P. ¿Existiría el mismo interés si no hubiera armas nucleares en Pakistán?

R. Tal vez menos, pero el hecho de que haya habido atentados en España, en Londres y también en India y Pakistán, cuyas pistas han llevado hasta FATA, es suficiente para que esta batalla preocupe internacionalmente. Incluso sin armas nucleares. Por supuesto, que el hecho de que las tengamos, añade una nueva dimensión a la fragilidad del Estado paquistaní.

P. ¿Qué más puede hacer la comunidad internacional por los desplazados internos a parte de donar dinero?

R. Lo primero, la logística. Me parece que es muy pobre. Al Gobierno le pilló por sorpresa. Sería útil algún tipo de ayuda logística por parte de la ONU, el Comité Internacional de la Cruz Roja o quien tenga capacidad. Y el Gobierno debe cooperar con las instituciones extranjeras que sepan cómo distribuir la ayuda. Lo segundo, con el calor que está haciendo, no hay ni alojamiento ni electricidad. Así que son necesarias grandes inversiones en esas áreas que el Gobierno no puede hacer. Entre tanto, ONG afiliadas con grupos fundamentalistas están operando en los campamentos de desplazados, como ya ocurrió durante el terremoto de 2005. No sé cómo el Ejército y el ISI lo han permitido. Me parece muy peligroso porque hacen proselitismo. Son grupos ilegalizados que no debieran estar haciendo trabajo humanitario.

P. Eso nos lleva al riesgo de talibanización de Pakistán. La llegada de los extremistas a 100 kilómetros de Islamabad ha provocado la alarma, pero más allá de que puedan o no hacerse con el poder, ¿no se ha producido ya una cierta talibanización mental?

R. Sin duda la propaganda talibán se ha extendido por la sociedad y aumentó tras la toma de Swat. En dos niveles. Por un lado, con los coches bomba y ataques suicidas en las ciudades. Por otro, con las insinuaciones, rumores y preocupantes historias que circulan boca a boca sobre el acoso a mujeres, a barberos o a tiendas de DVD, incluso aquí en Lahore. Es la forma clásica como los talibanes empiezan sus campañas, creando una atmósfera de pánico. Y lo están consiguiendo en todo Pakistán. Eso no significa que vayan a hacerse con el poder mañana, pero están fomentando el miedo y el nerviosismo. Nadie habla de otra cosa.

Ahmed Rashid.
Ahmed Rashid.

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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