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PREPARATIVOS MILITARES

EE UU envía a la frontera afgana con Uzbekistán las primeras tropas de tierra

El traslado de 1.000 soldados al país fronterizo coincide con la visita del secretario de Estado de Defensa, Donald Rumsfeld.- El presidente uzbeko autoriza el uso de un aeródromo para misiones humanitarias y de rescate

Mil soldados de élite de EE UU se encuentran de camino a la ex república soviética de Uzbekistán. Sin embargo, el presidente uzbeko, Islam Karímov, ha desmentido que su país vaya a recibir estas tropas, aunque ha autorizado el uso de un aeródromo para misiones humanitarias.

La noticia del despliegue militar la ha difundido un alto responsable de la administración Bush que acompaña en su periplo por los países de la zona al secretario de Estado de Defensa de Estados Unidos, Donald Rumsfeld. "La Décima División de Montaña ha despegado", ha explicado el funcionario a los periodistas que acompañan a Rumsfeld.

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Gráfico animado:: Objetivo: Afganistán

Esta división tiene previsto llegar a Uzbekistán desde su base en Fort Drum, estado de Nueva York. Su misión ofical es proporcionar protección a las operaciones militares en este país, que limita con la frontera norte de Afganistán.

Fuentes del Pentágono ya informaron el miércoles del envío de esta división a Uzbekistán. Su objetivo es doble: participar en operaciones de rescate de pilotos de la Fuerza Aérea tras eventuales bombardeos selectivos y servir de unidad de reacción rápida en caso necesario.

Mientras el despliege militar prosigue su curso, el secretario estadounidense de Defensa, Donald Rumsfeld, se ha reunido hoy con el presidente uzbezo, Islam Karímov, dentro de su gira relámpago por Oriente Medio y Asia Central centrada en contactos políticos y preparativos militares contra Osama Bin Laden.

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Uzbekistán cede el uso de un aeropuerto

El presidente uzbeko ha reiterado ante Rumsfeld que no permitirá a Estados Unidos que use su país como lanzadera para ni para un ataque aéreo ni terrestre contra Afganistán.

"No estamos preparados para ello", ha dicho Karímov en una breve rueda de prensa conjunta con Rumsfeld en referencia a la inminente llegada de las tropas norteamericanas, filtrada el miércoles por fuentes del Pentágono y confirmada oficialmente este viernes.

En cambio, Karímov ha señalado que autoriza a EE UU a utilizar un aeródromo y sus instalaciones para sus aviones, helicópteros y tropas destinadas a misiones de ayuda al pueblo afgano y de rescate. Además, ha expresado su deseo cooperar en labores de inteligencia.

El secretario norteamericano de Defensa se ha entrevistado también con con su homólogo de Uzbekistán, Kadir Guliámov, pero no con miembros de la Alianza del Norte afgana que lucha contra Kabul, que estaban en Tashkent pocas horas antes.

El presidente estadounidense, George W. Bush, autorizó esta misma semana la ayuda "encubierta" a la Alianza del Norte, que también ha recibido armamento y apoyo logístico de Rusia.

El secretario de Defensa ha llegado a Tashkent procedente de El Cairo,tras escalas anteriores en Arabia Saudí y el sultanato de Omán, al tiempo que EE UU concentraba poderosas fuerzas navales y aéreas en torno a Afganistán, supuesto refugio de Bin Laden.

Uzbekistán fue el primer país de la antigua URSS en Asia Central que se sumó con decisión a la coalición antiterrorista liderada por EE UU tras los brutales ataques a Nueva York y Washington el pasado 11 de septiembre.

Karímov y otros miembros de su Gobierno ofrecieron no sólo el uso del espacio aéreo uzbeko, sino de bases y aeródromos militares para tropas norteamericanas, las primeras en un país del antiguo imperio soviético con potencialidad bélica.

La amenaza integrista en Uzbekistán

El presidente uzbeko, en cuyo país opera el llamado Movimiento Islámico de Uzbekistán (MIU), estrechamente vinculado al régimen de los talibán afganos, pidió en privado a Rumsfeld que prolongue la presencia militar de EE UU, según fuentes oficiosas.

Karímov se salvó milagrosamente en febrero de 1999 de un atentado achacado al MIU, cuando la explosión simultánea de seis autos-bomba en el centro de Tashkent se cobró 15 muertos y más de 150 heridos.

Fuentes oficiosas revelaron que los mil soldados de la División de Montaña, con base en Fort Drum, Nueva York, tendrían una doble misión: rescatar pilotos de la Fuerza Aérea y servir de unidad de reacción rápida en caso necesario.

Aviones C-130 Hércules y C-141 Starlifter llegaron ya hace días con las primeras unidades de paracaidistas y material militar a la base de Tuzel, al lado de Tashkent, según se reveló en esta capital.

La posible prolongación de la presencia militar orteamericana en Uzbekistán causó recelos en las estructuras de poder de Rusia, que todavía considera a los países ex soviéticos parte de su esfera de influencia por cuestiones de "seguridad nacional".

Versiones de medios próximos al Gobierno uzbeko informaron de que a cambio de la ayuda a EE UU, Karímov mostró gran interés en que la aviación norteamericana "destruya la defensa antiaérea" de los talibán.

Para Tashkent, la eliminación de esta amenaza aliviaría el riesgo de los aviones comerciales uzbekos en el sur del país, además de dejar libre la ruta para el envío de ayuda humanitaria a los 26 millones de afganos.

Otras fuentes han dicho que Rumsfeld "confirmó" también a Karímov el aumento de la ayuda financiera de EE UU y le "dio garantías" de que Washington "no abandonará a Uzbekistán a su suerte".

Donald Rumsfeld, junto al presidente uzbeko, Islam Karímov.
Donald Rumsfeld, junto al presidente uzbeko, Islam Karímov.REUTERS

Robertson califica a Afganistán de "agujero negro" para terroristas

"Afganistán es un agujero negro para terristas porque no tiene una estructura estatal viable", ha declarado el secretario general de la OTAN, George Robertson, que asiste en la capital búlgara a una reunión de diez países ex comunistas candidatos a ingresar en la Alianza Atlántica.

"Por ello", ha continuado Robertson, "la OTAN está comprometida con el sureste de Europa para prevenir que otros agujeros negros emerjan en nuestro entorno".

En referencia a la campaña internacional antiterrorista, Robertson ha afirmado que se debe mejorar en la búsqueda de información sobre los terroristas, descubriendo sus cuentas y congelándolas, denegándoles refugio y "cuando fuera necesario", usando la fuerza.

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