_
_
_
_
_

La oposición boliviana rechaza el referéndum ofrecido por Lozada y continúa las protestas

Una nueva marcha colapsa el centro de la capital administrativa

En un intento de atajar la crisis social que asuela el país, el presidente de Bolivia, Gonzalo Sánchez de Lozada, ha anunciado la convocatoria inmediata de un referéndum -que, según la Constitución del país, no es vinculante- sobre la exportación de gas, el asunto que ha motivado protestas en todo el territorio, una huelga general y la masiva petición de renuncia del mandatario por parte la oposición. Los líderes opositores han rechazado la oferta de Lozada e insisten en su renuncia.

Más información
"Sánchez de Lozada y sus ministros tienen que ir a la cárcel"
Miles de bolivianos exigen en las calles la renuncia del presidente
Carlos Mesa, periodista, historiador y político independiente

Ante la respuesta de los sindicatos, Lozada, que hasta ayer apenas había intervenido públicamente durante la crisis, ha reaccionado calificando de "terroristas" a los líderes de la oposición, a los que acusa de promover los disturbios que se producen por todo el país para imponer una "narcodictadura".

A juicio de Jaime Solares, líder de la Central Obrera de Bolivia (COB), ha declarado que "el referéndum ya no lo necesitamos, el pueblo lo está dando todos los días, con su movilización, y pide que Sánchez de Lozada deje el Gobierno". Solares ha añadido que a la renuncia del presidente "debe aplicarse la sucesión", que recaería en manos del actual vicepresidente, Carlos Mesa. Ésye ya se desmarcó el lunes del Gobierno, aunque sin dimitir, y hoy lo ha hecho de la oposición diciendo que no será "bandera de ningún grupo cuyos intereses hoy trascienden también los intereses de la patria".

El proyecto de exportación de gas boliviano a Estados Unidos por un puerto de Chile, el país que arrebató a Bolivia en el siglo XIX su única salida al mar, ha ocasionado un gran descontento, que, unida a la crisis económica que afecta al país desde 1999, ha provocado una oleada de protestas que amenaza con tumbar el Gobierno de Lozada.

Mientras el presidente se empecina en el cargo, los movimientos opositores se han embarcado en una campaña de movilizaciones que han derivado frecuentemente en violentos disturbios, que se han cobrado ya la vida de al menos 76 personas, según la Asamblea de Derechos Humanos de Bolivia. Lejos de decaer, los disturbios, centrados inicialmente en La Paz -capital oficiosa y sede del Gobierno- y la vecina El Alto, se han extendido por todo el país. Hoy mismo, al inicio de una nueva jornada en el país, una gigantesca manifestación ha ocupado el centro de La Paz para exigir nuevamente la dimisión de Lozada. Desde El Alto, una enorme columna de personas se ha desplazado a La Paz con banderas con un crespón negro, en homenaje a los 76 muertos durante las últimas semanas en las confrontaciones con las fuerzas del orden. El centro ha quedado colapsado por los manifestantes, mientras efectivos de la policía custodian los edificios oficiales y tropas del Ejército mantienen cerrados los accesos a la Plaza Murillo, donde se encuentran los palacios de Gobierno y del Congreso.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Las protestas iniciadas hace un mes amenazan, además, con una crisis humanitaria, dado que los productos básicos empiezan a escasear en las ciudades. Hoy mismo, los hospitales de La Paz han comenzado a racionalizar la alimentación de sus internos.

AP

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_