Estados Unidos ejecuta al preso número mil

No ha habido clemencia a última hora. A las ocho de la mañana, hora española, Kenneth Lee Boyd, culpable de doble homicidio en 1988, ha sido ejecutado por inyección letal en la Prisión Central de Carolina, convirtiéndose en el ejecutado número 1.000 en Estados Unidos desde la reinstauración de la pena de muerte en 1976. El gobernador de Carolina del Norte no ha perdonado la vida de Boyd en el último recurso del preso para librarse de la muerte. Además, el país está en vilo por la suerte que pueda correr el candidato al Nobel de Paz Stanley Tookie Williams, cuya muerte está prevista para el próximo día 13.

Kenneth Boyd, de 57 años, ha sido ejecutado por haber matado en 1988 a su esposa y al padre de ésta ante sus hijos. Boyd nunca negó haberles asesinado con una Magnum 357. Miembros de la familia declararon que Boyd acosaba constantemente a su mujer, que le había abandonado poco antes del crimen tras 13 años de difícil matrimonio. El gobernador del estado, Mike Easley, no ha conmutado la pena, como ocurrió en Virginia el martes cuando una decisión de último minuto evitó la muerte del preso que iba a convertirse en el ejecutado número mil.

"Tras haber considerado cuidadosamente los hechos y circunstancias de estos crímenes, no encuentro una razón de peso para otorgar clemencia y revocar el veredicto unánime del jurado, reforzado por los tribunales federales", ha señalado el gobernador al comunicar que denegaba el perdón.

Boyd, de 57 años, vivió sus últimas horas rodeado de su familia y amigos. "Le comunicamos que el Gobernador había denegado la petición de clemencia y lo encajó bastante bien", ha afirmado Thomas Maher, abogado del fallecido.

Una leyenda

Otros presos esperan en el corredor de la muerte. El país está pendiente de la suerte que pueda correr Stanley Tookie Williams, fundador de la banda callejera Crips y candidato al Nobel de la Paz, que recibirá una inyección letal el 13 de diciembre si el Tribunal Supremo o el gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, no hacen nada para impedirlo. Williams está ingresado en la tristemente famosa prisión de San Quintín, en la bahía de San Francisco, por el asesinato de cuatro personas hace 26 años.

El caso de Williams ha generado una gran controversia porque, según sus abogados, durante su juicio se cometieron numerosos errores y el acusado en todo momento ha reiterado su inocencia. La acusación, según los abogados, se basó principalmente en los testimonios de confidentes policiales y delincuentes sobornados con incentivos para mentir ante la justicia y así culpabilizar al reo.

Pero por encima de todo está la historia de quien se ha convertido en una leyenda por su voluntad de rehacerse a sí mismo, renegando de la violencia callejera de la que en su adolescencia fue impulsor. Los seguidores de Williams le han propuesto para el Nobel de la Paz en cinco ocasiones, y alegan que los jueces deberían tener en cuenta su regeneración, reflejada en la serie de nueve libros para niños que ha escrito durante su larga estancia en prisión.

La intensa vida de Williams, de 51 años, dio lugar a la película para la televisión Redención, protagonizado por el actor ganador de un Oscar, Jamie Foxx, quien se ha convertido, junto con otras muchas estrellas de Hollywood, en uno de sus más ardientes defensores.